miércoles, 30 de diciembre de 2009

Atrapado en Massilia... (1)


Amparada por la sombra del atrio, contemplo desde lejos tu rictus de desafío, tus labios prietos, tu mirada enfurecida. Aún conservas el orgullo de tu origen, el recuerdo de tu libertad. Desde tu llegada se ha producido un auténtico revuelo en la casa, todas las miradas puestas en tí, el centro de todos los comentarios y de no pocos sueños intempestivos acompañando el calor del estío. De nuevo te han dejado hoy sin comer, intentando doblegar tu voluntad a la fuerza, y este calor de mediodía no contribuye a aplacar tu ánimo, y aunque obligado a estar de rodillas por el cepo, sigues manteniéndote erguido.

- Lucrecia, trae agua fresca del pozo, - diligentemente, la sirvienta cumple mis órdenes. Todos están acostumbrados a ello, forma parte del status quo establecido, y nadie protesta. Las condiciones de vida para un esclavo en Via Amoena no son gravosas, se dedican a las tareas del hogar la mayoría de mujeres y a las tareas de las plantaciones la mayoría de los hombres. Lucrecia se acerca con la jarra apoyada en su cintura. - Llena una vasija y dámela.

El suelo de arena del patio central arde bajo mis sandalias y puedo hacerme una idea de como estarán tus rodillas, apoyadas durante horas. Quizá al no moverte se mantiene la frescura de la mañana justo en ese punto, pero eso no creo que te alivie de tus labios resecos. Al acercarme me miras fugazmente, directo a los ojos, intentando adivinar mis intenciones. Me sitúo entre el sol y tú, proporcionándote unos momentos de alivio, a sabiendas de que no me lo agradecerás. Tomo mi pañuelo y lo mojo en el agua fresca, pasándolo por tu rostro, que apartas instintivamente.

- No te puedes permitir el lujo de rechazar este agua. De todas formas no te dejarán morir al sol, pero puedes elegir aguantar tanto como te sea posible.- Parece que he dado en la diana, tu orgullo no te permite recibir ayuda, pero al mismo tiempo te dicta sobrevivir para demostrar que tú puedes más. Lentamente vuelves tu rostro hacia mi, sin pronunciar palabra alguna. Mojo de nuevo el pañuelo y está vez recorro tu frente, retirando el sudor, limpiando tus ojos de la arena que se ha quedado incrustada cuando te han aplastado contra el suelo. Al llegar a tu boca me detengo un momento, pasando mi dedo y notando la profundidad de su sequedad.

- Para esto necesitaré algo más que agua... !Lucrecia, acércame el bálsamo de hipericus! - La sirvienta parte veloz, volviendo con un pequeño tarro de una sustancia pegajosa anaranjada. Untando uno de mis dedos recorro tus labios, asegurándome de que la grasa penetra totalmente en sus heridas. Reaccionas ante el escozor con un mohín de sufrimiento que me divierte. Esto no es comparable con los latigazos que te han aplicado como castigo y que no han arrancado de ti ni siquiera una mueca. - Parece que esto sí es realmente doloroso, - comento con cierto sarcasmo, y tu mirada se endurece.

Te rodeo y me coloco a tu espalda, mojándola con el agua fresca, limpiando los restos de piel que han quedado adheridos a tus heridas, y noto como te estremeces por el contraste, y por el roce. El bálsamo curará tus heridas físicas, pero no creo que haya bálsamo alguno que pueda aliviar las heridas de tu orgullo. Con suavidad cubro la carne lacerante, observando de cerca tus músculos marcados y sudorosos, sabiendo en este momento que tengo que encontrar la manera de convencer a Flavius de que te quedes como servicio doméstico, para tenerte cerca.

Satisfecha con mi inspección, vuelvo a colocarme frente a ti, levantando tu rostro por la barbilla, acercando la vasija a tu boca. - Bebe, porque no sé cuando podré volver a darte agua, y la necesitas. - Fijas tu mirada en la mía, sorbiendo el agua que cae por las comisuras de tu boca, refrescando tu pecho. Me observas al igual que yo te observo, haciéndote mil preguntas y no permitiéndote pronunciar ninguna de ellas. Quizá pienses que soy una más aquí, al servicio de Flavius, aunque por mi manera de comportarme seguro que habrás adivinado que mi posición es de mayor importancia que la del resto. El que yo haya sido también esclava me ayuda a comprender por lo que estás pasando. Y el que ahora sea la señora de la casa me da el poder de enseñarte como yo quiera.


martes, 22 de diciembre de 2009

Confesión...

No soy fetichista, si como fetichista se entiende necesitar del objeto de adoración para excitarse, aunque reconozco que hay cosas que me vuelven loca, y una de ellas es ver un bíceps musculoso y fuerte... o en general un cuerpo masculino musculoso y marcado. No confundamos las cosas, no me estoy refiriendo a un body building, o llamado también "carne de gimnasio", sinó a la forma natural de los músculos masculinos. Encuentro bellas las formas masculinas, bellas y deseables, y en general me gusta que un hombre sea viril, porque no está contraindicado con ser servicial y atento.

Creo que represento el lado romántico de la D/s, en la que veo al sumiso más como al caballero de antaño, entregado a su dama, haciendo de sus deseos su vida, y de su felicidad su búsqueda constante.... ainsss. Llamadme ilusa, pero sé que ese sumiso existe, y que esta forma de vivirlo es posible.... por no mencionar lo erótico de un cuerpo desnudo, o semi desnudo....

Porqué se habla de sumisión cuando se quiere decir cibersexo

Al definirme como una Dominante suave, se acercan a mi ventana aquellas personas que se sienten atraídas por este mundo, que quieren iniciarse pero que aún ven como muy peliagudas algunas de las normas y prácticas que son habituales para sumisos más experimentados. Hasta aquí la parte lógica y comprensible de estos primeros contactos. Lo que ya empieza a resultar una pauta son los acercamientos en busca de gratificación sexual inmediata: "Señora, ¿qué puedo hacer por usted a poder ser delante de una cam, que le satisfaga y además me conduzca a una eyaculación en la tranquilidad de mi hogar?".... este sería el asunto que nos ocupa.

Veamos... si apareces en mi ventana con la loable misión de hacerme sentir bien, tus insistentes insinuaciones acerca de mostrarte en la cam, que estás dispuesto a hacer "cualquier" cosa para complacerme, lo único que consiguen es hacerme sentir incómoda, porque estás intentando llevar las riendas, es más... estás intentando llevarme al huerto. Me da igual si lo llamas sumisión, no hay signos de humildad, y encima aparece el tan manido chantaje emocional... "Señora, es que si no hago algo por usted no me siento útil".... ya lo estabas haciendo, hasta que te empecinaste en hacer de tu eyaculación una prioridad. Cuando me satisfaga verte por la cam, te lo diré, de hecho, me aburre bastante, porque no es lo mismo que la proximidad de la persona, poder escuchar cada suspiro, o notar el calor de tu piel, la dureza de tus pezones....

En resumen.... si necesitas que yo te caliente para poder eyacular, cosa que vas a hacer sí o sí, lo diga yo o no, mi ventana no es el lugar adecuado, es mejor una sala de cibersexo, donde hay personas dispuestas a mostrarse y a verte por la cam. En mi ventana no siempre hay sexo, algunas veces sí, pero hay muchas otras cosas que me complacen y en las que deseo ser complacida, como por ejemplo una buena conversación.


miércoles, 16 de diciembre de 2009

Jugando....

- Buenas tardes Julián, llego algo tarde, hemos tenido una reunión de claustro inesperada - dejo las carpetas sobre una silla, y el bolso y la chaqueta colgados en el gancho de la pared.
- Estaba preocupado, llevo esperando esta clase ya días, como siempre está tan ocupada, pero me alegro de que haya podido venir, ¿y cuál va a ser la clase de hoy? - te pones de pie a la espera de que me acerque a la mesa de despacho, pero no lo hago, y vacilas entre sentarte de nuevo o quedarte como estás.
- ¿Ya no recuerdas de qué iba el tema de la clase? Pues sí que empezamos bien, yo que vengo con retraso... - me dirijo al biombo que hay en un lateral del despacho - Espérame aquí que me cambio de ropa y enseguida empezamos, - sigo hablando desde detrás del biombo. - Hoy íbamos a trabajar los roles en un encuentro entre hombre y mujer ¿recuerdas?
- Ah si! ahora lo recuerdo. - Miras en dirección al biombo, esperando poder ver algo por las rendijas - ¿Tenía que haber venido vestido de alguna manera especial? Lo digo porque parece que se está preparando a conciencia.
- Bueno, ya te dije que me gustan las clases prácticas, son las que más enseñan... - por encima del biombo aparece la falda, y al poco rato la camisa que llevaba puesta, - y en este caso vamos a empezar con algo básico...
Te acercas un poco más al biombo y coges la blusa, acercándola a tu nariz para olerla.
- Buen perfume - intentas ver por encima del biombo. - Recuerdo que me dijo que le gustaban más las prácticas, pero, siendo la asignatura que es, eso podría llegar a excitarme ¿lo sabe?
Asomo la cabeza por un lateral del biombo.
- No se trata de que te excites, se trata de que aprendas, por eso esta asignatura es de Comportamiento Humano y estas prácticas se engloban específicamente en el comportamiento sexual...pero recuerda que soy tu profesora en todo momento. - Aparezco vestida con pantalones de camuflaje, camiseta caqui ajustada, y unas botas militares de caña alta. - Bien, veamos, entonces para la clase práctica de hoy, supongamos que eres un cadete recién llegado y yo soy tu sargento...veamos si eres capaz de superar la prueba, las otras veces lo hiciste estupendamente, casi de excelente.
- ¿Tengo que llamarla mi sagento? es algo que no he comprendido - tragas saliva, seguramente por la indumentaria, y las botas.
- Me llamarás Mi Sargento, y de usted, cadete - me cuadro delante de ti, con las manos a la espalda, marcando pecho, - lo primero es el respeto, - te observo de arriba a abajo con mirada penetrante.
- !!A la orden mi sargento!!, lo que usted diga - tus ojos se desplazan durante unos segundos hacia mis pechos marcados debajo de la camiseta, pero enseguida desvías tu mirada al frente.
Enarco una ceja y sonrío durante un leve momento, posando la mano sobre el bíceps musculoso del brazo que levantas en el típico saludo militar.
- Veo que has sido entrenado duramente, estos músculos parecen listos para la acción...
- Sí, mi sargento, fuí entrenado para la acción - sin dejar de mirar al frente, frunces el ceño pensando a qué clase de acción me estoy refiriendo. - Y bien, ¿qué es lo que ordena usted para hoy? - tensas más el musculo, para que siga agarrándolo y note su fuerza.
- Bien, empezaremos con unas cuantas flexiones para comprobar tu aguante...al suelo cadete, brazos estirados, ese trasero más tenso...adelante! uuuunaaaaa, doooooosssss... - me coloco encima de ti, con una pierna a cada lado, observando atentamente el subir y bajar de esos brazos musculosos.
Te colocas en posición de flexión y comienzas a bajar y subir, girando un poco tu cabeza, para observarme mientras estoy por encima de tí, e intentas impresionarme haciendo unas cuantas flexiones. Sonrío cuando sé que no puedes verme.
- No, no, cadete, estás subiendo demasiado ese trasero....- me agacho hasta quedar en cuclillas sobre tus nalgas, - cada vez que me roces tendrás que hacer diez flexiones más.
Te quedas rígido, con los brazos estirados y me miras, sonriendo levemente.
- Mi Sargento... ¿usted me quiere matar hoy?
- Estoy comprobando tu capacidad cadete, y eso implica ser capaz de ir más allá de tus límites...¿es que no te ves capacitado? - Te sonrío abiertamente mientras empujo lentamente tu espalda con el dedo índice para que inicies el descenso de nuevo. Después de dos flexiones más te quedas en el suelo.
- ¿Y qué sucedería si no fuera capaz de hacerlo? - Casi me parece detectar un tono de desafío, aunque la posición que mantienes es de aparente rendición. Enarco una ceja, y levantando una de mis botas la coloco sobre tu espalda.
- ¿Quieres desafiarme? No te lo recomiendo, puede que pases los próximos días en un calabozo frío y húmedo.....es lo que ocurre cuando el cadete no complace a su sargento.
- Es que no me veo capaz de seguir haciendo esas flexiones si la noto a usted rozándome las nalgas cada vez, creo que es superior a mis fuerzas. - Mi bota te presiona un poco más y gimes levemente.
- Date la vuelta, cadete. - De mi bolsillo trasero extraigo unas esposas y agachándome rápidamente engancho una de ellas a tu muñeca y te indico con un gesto de la mano abierta que te levantes, apartándome ligeramente pero no tanto, para que tengas que hacerlo pasando muy cerca de mi cuerpo.
- Espero que sepas comportante como se espera de tí, soldado. Te levantas lentamente y te pegas tanto a mi cuerpo que puedes sentir mis pechos, notando como con el roce mis pezones se endurecen.
- Y yo espero no defraudarle mi sargento.
Sin apartarme ni un centímetro, tiro del brazo esposado hacia atrás, y tomando el otro brazo lo llevo también a tu espalda, acercando mi cuerpo al tuyo, esposando ambas manos juntas. Mi mejilla roza la tuya, y con voz autoritaria te susurro al oído, - Sé que no me defraudarás, estoy segura de ello. Al escuchar mi voz, ya sabes que sí, que estás en mis manos y que no tienes nada que hacer.
- Mi sargento, ¿permiso para hablar?
- Adelante, tienes permiso para hablar. - Me coloco a tu espalda, tirando hacia abajo de las esposas, comprobando que están bien cerradas, observando la postura que mantienes, atenta a tus reacciones.·
- Bueno, quería decirle que su forma de instruirme me gusta, además de el tono de su voz, no sé si eso será bueno para mi instruccion, porque en cualquier momento podría sentirme atraído por usted. - Giras un poco la cabeza, mirando mis labios, comiéndotelos con la mirada. Suelto las esposas y vuelvo a colocarme delante de ti
- Así que empleando la táctica del peloteo... ¿Estás intentando camelarme cadete?¿Crees que porque me digas que soy deseable no voy a tratarte como mereces? - Agarro con fuerza tu camiseta y la desgarro de arriba a abajo.
- Mi sargento si piensa eso, es muy libre de hacerlo, solo le digo lo que mi cuerpo está experimentando, si lo prefiere le diré que no me atrae, pero eso sólo le servirá a usted. - Miras mis manos y en tu imaginación deseas que mis manos toquen tu cuerpo. - Puede hacer lo que quiera conmigo, no seré yo quien le diga a un superior lo que tiene que hacer.
- Cadete, de rodillas....mirada al frente y nada de tonterías....así que no te atraigo....
- No, no me atre nada mi sargento, - caes de rodillas, - ¿esto es lo que quiere? - tu mirada se clava en la pared, intentando no mirarme, ya que podrian delatarte tus deseos. Doy una vuelta completa a tu alrededor hasta colocarme de nuevo delante de ti.
- No desvíes la mirada.... - levanto mi camiseta caqui y acerco mi cinturón a tu boca. - Desabróchalo con los dientes. - Siento el impulso de agarrarte por el pelo y acercarte más, pero me contengo.
- Lo que diga mi sargento. - Intentas desabrochar el cintron, cosa que parece imposible, la hebilla está muy dura para tu boca, pero al intentarlo, tu lengua roza la parte descubierta de mi vientre.
- Imposible, no puedo hacerlo, espero que no se enfade...
Ahora sí que no me contengo. Te agarro del cabello y tiro de tu cabeza hacia atrás.
- ¿De qué te estás relamiendo, soldado? - Acerco mi rostro al tuyo, manteniendo mi boca a escasos milímetros de la tuya, mirándote a los ojos con severidad y lascivia. - ¿No eres capaz de cumplir una simple orden?
- No es que no sea capaz, pero que me haga desabrochar el cinturón con la boca, creo que no hay nadie que pueda hacerlo, mi Sargento.
- Entonces tendré que castigarte de forma que no olvides que siempre, siempre, debes seguir las órdenes de un superior. - Me desabrocho el cinturón y bajo la cremallera, y esta vez tus dientes tiran del pantalón hacia abajo, ahora sí puedes complacer a tu Sargento.

Todos los principios....

Toda experiencia, del tipo que sea (real, virtual, onírica o imaginaria) tiene como misión enseñarnos un poco más sobre nuestra forma de pensar, sobre nuestra forma de ser, esa es su razón de producirse, aparte de la de proporcionarnos una vivencia que permanecerá para siempre enmarcada en nuestro álbum de los recuerdos. Como todo camino que se emprende casi sin experiencias, todo resulta novedoso, llamativo como las luces de neón de Broadway. Nuestros ojos van detrás de cada parpadeo, de cada letrero, pero esa sensación se calma con el tiempo. A partir de ese momento empezamos a observar con detenimiento en lugar de dejar que nuestra mirada vague de un lugar a otro.

Ante una pregunta tan sencilla como "¿qué experiencia tiene en esto?" o "¿cuanto lleva en este mundillo?" me planteo una serie de cuestiones, como por ejemplo... ¿soy realmente nueva en esto? Pues depende de lo que definamos por "esto". Confieso que hay prácticas dentro del D/s que ni se me habían pasado por la cabeza, otras que no he tenido ocasión de practicar, y otras que claramente me disgustan. Quizá la diferencia para poder decir que se ha tenido experiencia es haber tenido un sumiso entregado a ti... y como en todo, chocamos de nuevo con las definiciones, porque ¿qué es exactamente un sumiso? Si con ello entendemos alguien entregado a intentar hacerte feliz, si le añadimos la obediencia, un cierto carácter de servicio, una entrega de la voluntad total y con total confianza.... entonces soy virgen en ello, lo reconozco. Han habido hombres en mi vida que se han aproximado a esa definición, pero no creo que ellos se hubieran autodenominado sumisos... ¿me convierte eso en menos dominante? Es algo que me cuestiono.

Cuando vives en un entorno en el que destacar demasiado, o tener una personalidad fuerte parece contraproducente, aprendes muy pronto a esconder esa parte de ti, y a mostrarte complaciente con el mundo a tu alrededor, para sentirte aceptado, y esa actitud podría incluso llegar a interpretarse como de sumisión... pero es en realidad una máscara, bien aprendida, bien interpretada. Lo malo de las máscaras es que después de llevarlas durante mucho tiempo, éstas cobran vida propia (como le ocurría a Jim Carrey).

Así que, después de encontrar un nuevo mundo en el que podría dejar salir esas partes de mi que sólo se expresan en sueños y fantasías, y cuando decido pasar a la acción... mi máscara se resiste a ser dejada de lado. No la odio por eso, es su trabajo, fué creada para garantizarme la aceptación de la mayoría, y ciertamente es muy efectiva, pero... en algunos momentos incapacitante. Se construyó en base a un modelo social, mimética, precisa, y con una pátina de esplendor. Pero en cuanto intento añadir alguna nueva faceta, un gesto, una actitud, el conjunto parece distorsionado, carente de armonía.

Como todo principio, la transición a una nueva personalidad requiere paciencia, es como una operación de estética, delicada y quirúrgica, quitar de aquí, estirar de allá, incluso añadir donde convenga. Al principio el rostro que se muestra es grotesco, con cicatrices visibles, hematomas y edemas, fruto de la reconstrucción, y solo el tiempo, la paciencia y los cuidados necesarios harán que el nuevo rostro emerja, quizá se mantenga la máscara, pero en lugar de ser opaca, será cada vez más transparente, hasta que máscara y rostro sean uno.

Soy ahora mismo un proyecto de mi misma, y como toda creación requiero paciencia, puedo resultar desconcertante, incluso decepcionante al principio, pero estoy en rodaje, necesito ponerme a prueba, comprobar si lo que siento me encaja en este momento de mi vida, y a los que os cruceis en mi vida, es posible que algunas de mis actitudes os resulten incomprensibles. Es normal, también me lo parecen a mi.... pero detrás de todo ello me guía una intución, una sabiduría que va más allá de la mía propia, una intención, que va encaminada siempre a conseguir lo mejor de cada cual, de mi y de los demás. Quizá mis pasos parezcan vacilantes, pero mi objetivo es claro, conozco el destino final porque lo he vivido en sueños, y ahora solo intento encontrar las señales luminosas que me guíen hasta ese destino.

¿Soy una mujer dominante? Mira detrás de la máscara, mírame a los ojos, siénteme....y decide.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Falacias y realidades de las relaciones D/s: qué relación quiero

De las conversaciones que he tenido hasta ahora, me he hecho una idea de todas las variantes de relaciones de tipo D/s que pueden llegar a surgir, lo que me ha ayudado a comprender qué clase de relación es la que yo quiero tener. No te lleves a engaño, que no me haya etiquetado hasta ahora como Ama, no significa que no tenga las ideas claras o que no haya tenido ocasión de particularizar mis relaciones anteriores, dentro de un marco sospechosamente parecido a una relación D/s.

Esto es un recopilatorio de ideas que me van viniendo a la mente, o comentarios sobre lo que leo por ahí, que no tienen un orden concreto, pero que en conjunto dibujan la escena cotidiana de la relación con mi sumiso.

1. Como toda relación, se alimenta de lo que ambos hagamos, digamos, sintamos... no tiene sentido por tu parte que quieras servirme y que no sepa de ti durante días, ni tampoco tiene sentido para mi no preocuparme por ti, porque tu presencia es importante en mi vida. Si hay buena conexión, si encajamos, los sentimientos aflorarán de forma natural, no los bloquees.

2. Encuentro primordial que entre nosotros haya una relación caballero-Dama, con toda la cortesía, atenciones, consideraciones que eso conlleva por ambas partes. Por eso de mi no vas a recibir ningún insulto, me considero ante todo una Señora, eso sí: si tengo algo que decir lo diré, con toda corrección y concreción.

3. Como diría un Borg en Star Trek, "toda resistencia es futil", si estabas buscando es porque querías encontrar, y yo también, no perdamos el tiempo en convertir esto en una lucha de poder. No quiero "domar" a nadie, doblegar ninguna voluntad, esa no es mi intención, sino la de disfrutar de todas las cosas que haces para que yo me sienta cuidada, cómoda, feliz, y que tú puedas disfrutar de mi saber hacer, de mi personalidad y sentirte pleno a mi lado, orgulloso, y que se despierten en ti cualidades dormidas que te conviertan en una persona más completa.

4. Igual que yo no voy a forzarte a hacer nada que no quieras hacer (aunque sugeriré, por supuesto), no intentes forzarme tampoco a hacer nada, ni a ser de determinada manera. Desgraciadamente eso ya lo han intentado durante mucho tiempo en el mundo vainilla, y no lo han conseguido, y como puedes comprender, aquí mucho menos. Yo tampoco quiero cambiarte, aunque sí quiero verte evolucionar y crecer como persona, y si en ello contribuyo será una alegría para mi.

5. No quiero un niño, ni un esclavo, ni un perrito, quiero un hombre, orgulloso de serlo, que busca complementarse, totalizarse. No te menosprecies, pierdes valor a mis ojos, y no hay nada deshonroso en que una mujer te indique el camino, pero para ello no es necesario perder esa virilidad que a mis ojos te hace tan deseable. Date cuenta que cuanto más de ti entregues, cuanto más puedas ofrecer, mucho más valioso resultas, y eso no significa perderlo, significa ponerlo a mi servicio para lo que yo crea conveniente. Otra cosa muy diferente son los papeles que adoptes en nuestros juegos, y en ese caso, si necesito que seas un torrezno de pan espero que resultes convincente.

6. No quiero llevar tus finanzas, ni controlar tu vida, !bastante tengo con la mía! eso sí, como buen caballero espero que pagues la cena si me invitas a cenar, eso indica generosidad, y si no tienes medios, hay otras formas de hacerme sentir obsequiada, usa la imaginación, soy una mujer fácil de complacer, porque valoro el gesto.

7. No dudes de que voy a usar todas mis armas para seducirte, esa es mi forma de ser, y me estimula sobretodo si tú también entras en el juego y haces lo posible por seducirme. Como he dicho otras veces, la pasividad resulta aburrida, y al final infructuosa, porque para esta gata juguetona no hay nada de divertido en dar golpecitos a un ratoncito inerte.

8. Por supuesto que el sexo me interesa, pero no es lo único que me interesa. Nuestras conversaciones pueden tratar de la última editorial del periódico, de la próxima película de X, de la sociedad, de los vecinos, de la última tendencia de moda, de platos suculentos, del destino de viaje más exótico posible, de si las alfombras de pelo largo son las mejores o no.... me interesan muchísimas cosas, y me gustariá poder hablar contigo de todas ellas, o al menos de la mayoría. De igual manera no todas las cosas que hagamos juntos se orientarán al sexo, saldremos a cenar, al cine, a pasear, quizá vayamos de viaje juntos, a algún concierto, o a alguna fiesta, a bailar seguro, y a muchas otras actividades de ocio que podamos disfrutar juntos. Eso sí.... estate preparado para cualquier cosa, soy impulsiva, fantasiosa, entusiasta, mística, divertida, provocadora, picante, traviesa..... y sobretodo hablaremos de ti y de mi, de lo que sentimos y de como pensamos, esto SI es fundamental, y NO negociable.

9. Ya sé que te ofreces a mi abiertamente para TODO lo que se me ocurra... pero déjame a mi que se me ocurra. Acepto sugerencias, ideas, seguramente si ya me conoces me parecerán estupendas y podremos llevarlas a cabo, valoro tu iniciativa en lo que vale.

10. Tu inteligencia, imaginación, humor, saber estar, habilidades y capacidades, cualidades y debilidades, aquello en lo que destacas y aquello que querrías mejorar, lo que sueñas con ser o hacer, tus necesidades... todo eso me interesa, cuéntamelo, y no es necesario que esperes a que te lo pregunte, deja que fluya en la conversación parte de tí, eso forma parte de tu entrega. También quiero saber cuando te sientes excitado, presionado, incómodo, agradablemente sorprendido, contrariado....no eres una máquina ni un objeto, y para llevarte tengo que saber como te sientes... y que aprendas a saber como me siento contigo.

11. Preguntar es signo de inteligencia y prudencia, nunca me molestarás con tus preguntas y dudas, y aunque habrá cosas que no podré o querré responder, la mayor parte servirán para aclarar las cosas o para facilitarlas, recuerda que el diálogo es la base para crear la confianza y sobretodo la complicidad.

12. Esta relación es un proceso, no intentemos desenterrar a cada momento la semilla para saber que está creciendo, no tengamos prisa por llegar a ninguna parte ni nos marquemos objetivos, dejemos que esto fluya de forma natural y nos lleve donde nos tenga que llevar. Ahora estamos en periodo de prueba los dos, de tantearnos, de conocernos, de explorarnos, hay un cierto nivel de compromiso que se irá reforzando a medida que esta relación evolucione, no nos marquemos nada que no podamos cumplir

13. Si no estás a gusto conmigo, o no soy lo que buscabas o quien creías que era, o no te sientes satisfecho a mi lado, simplemente, dímelo. Es mejor que fingir o llegar al agotamiento, de todas formas cuando una relación no funciona se nota. Y así ninguno de los dos perderá el tiempo, eso es signo de madurez.

14. Todo cuenta: una palabra, un gesto, una llamada, un correo, un pensamiento expresado, un silencio, una ausencia, una risa, un sollozo, un susurro, un gemido, un "te necesito", un "te echo de menos".... en una relación cualquier pequeño detalle construye, cualquier desatención destruye. Yo me tomo esto en serio, y pongo mi corazón en ello, un "te acepto" de mis labios es lo mismo que mis brazos abiertos... valóralo.

15. Hay un elemento esencial, que no responde a la voluntad, y que se llama conexión, feeling, química...llamémoslo X, que para mi es necesario en esta relación, igual que en cualquier otra. Quizá diría que en esta mucho más, ya que el grado de complicidad necesario es más elevado. Si no hay atracción mútua desde un principio, no hay una semilla que sembrar, porque no hemos creado un puente entre nosotros.

Aparte de mis propias conclusiones, este artículo me ha parecido muy sensato y coherente, te lo recomiendo: Cómo encontrar y conservar a un/a Dominante sin morir en el intento.


domingo, 13 de diciembre de 2009

De càsting (cierre)

Bien, creo que ya está bien de marear la perdiz, al final hay que decidirse, y dejarse llevar por lo que se siente, así que el cásting se ha cerrado. Para los finalistas, que ya sabeis quienes sois, bienvenidos a mi vida, y a la montaña rusa, abróchense los cinturones porque vamos a despegar, y que dios reparta suerte jajajaja.

Espero que todos seais conscientes de dónde os meteis y con quien (ahora es el efecto de las puertas que crujen y los aullidos de fondo), porque de este encuentro saldreis como mínimo transformados, cada cual en la medida que lo necesite y que sea capaz, pero espero que seais flexibles, y hayais trabajado el músculo de la improvisación y la adaptabilidad.

A partir de aqui, este blog servirá para comentar lo que me gusta, disgusta, lo que quiero, y cualquier cosa que se me ocurra (para eso es mi blog).

sábado, 12 de diciembre de 2009

De cásting (segunda parte)

Aunque no lo parezca, elegir sumiso no es sencillo, cuando abres la puerta entra de todo, hasta polvo. Algunos resultan prometedores, otros interesantes, pero dejan de hablarte... una actitud curiosa de alguien que busca que le acepten como sumiso, si ya esa es su actitud inicial... y se repite muchas veces lo mismo, hasta la saciedad. Al menos conoces gente nueva, puedes charlar un rato, pero al final todas las conversaciones se parecen, porque excepto aquellos que destacan por ser originales, por tener una conversación amena, los demás se limitan al menú establecido.

Aparte de eso, resulta difícil escarbar bajo la capa del D/s e intentar llegar a la persona, y cuando por fin llegas al messenger, te das cuenta en la cam de que esa persona no es el hombre risueño que parece en sus escritos, o que se limita a exhibirse en la ventana.... hay que ser un poco coherente, si lo que quieres es dar rienda suelta a tus fantasías, no busques una Ama, entra en el canal de sexo y habrán otras personas como tú ansiosas por compartir experiencias ante la cam.

Para las que buscamos la esencia del D/s, resulta descorazonador, y aunque es cierto que hay abundancia de sumisos, yo prefiero lo selecto, pero comprometido. Si estás casado, habla con tu mujer, quizá puedas convertirla en la Dómina que buscas y ya tienes camino ganado. Si eres un adicto al sexo y a las parafernalias, acude a alguno de esos locales donde hay barra libre en este sentido, colócate una capucha y a disfrutar, los demás vienen a lo mismo.

Por suerte también llegan aquellos que parecen encajar con mi visión de las cosas, y eso me anima a seguir adelante. Soy consciente de que toda relación hay que cultivarla, pero si la semilla no es buena, nada aprovechable crecerá aunque la tierra sea muy fértil. Paciencia.... todo llega para quien sabe esperar.

Antes de decir "Sí, quiero"

He estado considerando varias opciones de acuerdo, y está claro que en un principio debe existir alguna clase de acuerdo, sobretodo porque estamos empezando a conocernos, y yo no podré evitar ser quien soy desde el principio y tú no querrás que lo haga, pero aún así, somos dos extraños que compartimos una visión, y el resto está aún por construir. Podría escribir una lista interminable de condiciones que un sumiso debe cumplir, como las que he encontrado en webs dedicadas al mundo de la D/s, pero la verdad, no me parecen coherentes en este punto, así que por mi parte será algo corto y sencillo:

- Si quieres mi compañía, si quieres disfrutar de mi manera morbosa, imaginativa, entusiasta, cariñosa, humana, próxima, atenta, indisciplinada, tentadora, provocativa, innovadora, inspiradora, compleja, divertida, extraña, única, mística, arrolladora de acercarme al mundo de la D/s, lo único que te pido es:

  • que me respetes, en las formas que acordemos, yo también te respetaré
  • que me obedezcas, sin resistirte, lo que hago tiene su razón de ser, confía en mi, no quiero torturarte, quiero ayudarte a conseguir que te sientas completo y realizado
  • que me conozcas, no solo como tu Ama, sinó también como una amiga, una mujer, tengo fortalezas y tengo debilidades, no me conviertas en un estereotipo
  • que me complazcas, no solo porque te lo ordene o se espere de ti, sinó porque realmente quieras hacerlo, porque una sonrisa mía te llene de orgullo
  • no esperes que yo lo haga todo porque la pasividad convierte un diálogo en un monólogo, que yo lo dirija no significa que no siga siendo un juego de dos
  • no temas equivocarte, todos lo hacemos, para eso se hablan y se comentan las dudas, preguntar es mejor que actuar si crees que algo me va a molestar, y si haces algo que me moleste te lo diré, para que puedas corregirlo
  • no busques el castigo, ni la humillación, eso me entristece y me hace sentir manipulada, porque me convierto en una Ama castigadora, cosa que detesto
  • quiero que te arriesgues para hacerme feliz, que busques nuevas fórmulas, sorpréndeme, facilítame la vida, como haría un caballero con su dama
  • que me mimes, que me consientas, que sigas mis juegos y mis travesuras
  • no me subas a un altar intocable, eso me coloca en una posición demasiado alejada, el poder no tiene porque ser algo reservado a las Diosas del Olimpo
  • quiero que te impliques, y eso solo se consigue estando próximo, búscame, hazme saber que piensas en mi cuando realmente lo hagas, yo haré lo mismo contigo, porque a mi mi sumiso me importa, como hombre, como persona, como compañero de visión
  • que tu mayor satisfacción real sea verme contenta y realizada, una mujer feliz busca la felicidad de quienes le rodean, y más aún de quién se entrega a esa noble misión
  • no me mientas, la deshonestidad es algo que se siente, y si vas a hacer de esto una simple diversión para tu satisfacción sexual, entonces no estamos hablando de lo mismo, y para eso mejor quedamos para hacer un parchis o jugar a las cartas
  • no quiero que hagas nada que no quieras hacer, quiero ser tu inspiración para plantearte los retos que te sugiera, tu fortaleza para asumirlos, y tu admiradora cuando consigas superarlos. Quiero sentirme orgullosa de ti y de tu entrega, que sea algo valioso, un regalo que me haces porque ves en mi valores y actitudes que te motivan a hacerlo.
  • cuéntame tus deseos y fantasías, me gusta conocerte, al igual que tus inquietudes personales, tus aficiones, tus sueños, lo que te hace feliz e infeliz. Esto no deja de ser una relación, particular en su forma, pero en su contenido no se diferencia mucho de las demás. Acércate a mi con ilusión, con esperanza.
  • nuestra relación no se limitará a la intimidad, saldremos y formaré parte de tu vida, igual que tú de la mía, lo que nosotros seamos el uno para el otro es algo que solo nos atañe a nosotros, a no ser que ambos decidamos comentarlo.
  • es posible que no seas el único sumiso, pero cuando esté contigo, el tiempo que compartamos será de calidad y no existirá nadie más, soy una mujer compleja, con muchas facetas y cuantas más complementes, más tiempo pasaré contigo, pero mi tiempo sigue siendo mío para decidir con quién quiero pasarlo.
  • en cuanto a la exclusividad por tu parte, y la castidad, son parte de la entrega absoluta que quieres llegar a sentir, y creo que si no las cumplieras estarías traicionando aquello mismo que estás buscando, pero solo tú puedes saber cuando es el momento de asumirlo, y si lo incumples, a mi puede que me decepciones, pero tú te sentirás peor, porque no habrás alcanzado ese estado de adoración y arrobamiento que te ofrece esta clase de relación.
De esto va este tema, yo te llevo por un camino, y los dos ganamos con ello, ganamos en confianza y en satisfacción, si no, nada de esto importa. Y como toda relación, si alguno de los dos no se siente cómodo, y después de haberlo hablado queremos dejarlo, cada uno seguirá por su camino.... y la vida continuará. Tú has llamado a mi puerta, y yo te la he abierto, es algo que se va formando lentamente, piensa detenidamente antes de decir "Sí, quiero", porque no me gustaría tener que estar recordándote que fuiste tú el que quiso tener una Ama.

viernes, 11 de diciembre de 2009

A mi sumiso por-venir (pos-it 2)



Hoy no me apetecía cenar en casa, así que hemos quedado en el restaurante. Me gusta este ambiente elegante donde la gente guarda tan bien las apariencias. Ahí estás, sentado, esperándome y tu cara se ilumina al verme.
- Veo que has hecho una buena elección, tendré que dejarte hacerlo más a menudo, esa camisa ajustada te queda muy bien, y el negro es mi color favorito - sonríes encantado por mi comentario, porque si me gusta como te sienta algo, te miraré con mucha más atención, y sentirte observado te hace sentir valioso.
- Lo sé mi Señora, por eso la elegí - buscas en mi mirada ese signo de aprobación que te hace feliz.
Me siento enfrente de ti, este lugar es uno de mis favoritos porque aún usan esos manteles largos tan discretos, que llegan casi hasta el suelo. Cuando el camarero se acerca pido un plato de pasta y de segundo la ternera con salsa de queso, y para beber una botella de agua fría.
- ¿Y el señor qué va a tomar? - me miras, esperando a ver qué decido.
- El señor no va a tomar nada, gracias, solo me acompaña - el camarero, frunce el ceño pero recoge la carta y se retira con una leve inclinación de cabeza.
- Yo la sirvo mucho mejor, Señora, si me permite decirlo.
- Por supuesto, pero sabes que me gusta cambiar de ambiente, y verte aquí sentado, como un señor, me parece muy adecuado esta noche.- Te ruborizas, el que te considere un señor te hace pensar en lo importante que eres para mi, porque estarías dispuesto a ser el mendigo más pobre si con ello me contentaras. Llega el primer plato y empiezo a comer la pasta, saboreándola. - Estoy realmente hambrienta... ven acerca tu silla y siéntate a mi lado - obedeces en décimas de segundo, poder estar más cerca de mi es todo un privilegio. Cojo el tenedor y enrollo unos spaghetti, llevándolos a tu boca. El camarero al pasar observa la escena aun más extrañado. Quizá piensa que la crisis hace que la gente se comporte de manera extraña... y no sabe hasta qué punto...
- Gracias mi Señora, está delicioso cuando viene de su plato.
Lentamente van desapareciendo los spaghetti, en tu boca y en la mía, usando el mismo tenedor, y con cada bocado, las miradas son más intensas. Sabes que te está permitido mirarme a los ojos, que puedes mirar mi boca cuando paso la lengua para recoger los restos de salsa. Noto ese gesto inconsciente de relamerte al mismo tiempo, como imaginando que es tu lengua la que recorre mis labios.
- ¿Tienes sed? - te pregunto, llenando el vaso de agua.
- Un poco sí - te ruborizas, como si tener una necesidad fuera algo prohibido. Bebo del vaso y te hago un gesto para que te acerques. Cojo tu mentón con el índice y acerco mi boca a tu boca, traspasando hasta la última gota.... y antes de separarme recorro tus labios con la lengua, limpiándote los restos de salsa.

El camarero nos observa sin decir palabra y los comensales de las mesas adyacentes hacen algunos comentarios por lo bajo. Me resulta estimulante provocar que el orden y las formas establecidas se tambaleen. Sé por el suave suspiro que exhalas que estás ya excitado, y deslizo mi mano por debajo del mantel, para acariciarte. Tus ojos se cierran por un instante, no hay nada tan esperado, ni tan deseado como el momento en el que te toco.
- Señora, sé que se lo digo a menudo, pero me vuelve loco.
Sonrío, mientras te desabrocho el pantalón.
- Pues aún nos queda la carne y el postre.....
Tu paciencia es infinita, sabes que este juego se prolongará hasta que decida qué quiero hacer esta noche contigo.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Yo no podría haberlo dicho mejor (quizá solo más sensual)

Cuanto más navego e investigo, más me apasiona lo que encuentro, así que voy a colocar aqui la referencia a dos artículos que me han emocionado... literalmente... es lo que ocurre cuando no te sientes sola en tu forma de entender las cosas. El primer acto de humildad debe ser el de la Domina, que constantemente se ocupe de su crecimiento como persona y del de su sumiso.

¿Cómo debería ser un Dominante?

La eterna pregunta para las personas sumisas que exploran por primera vez el mundillo del BDSM, e incluso un íntimo pensamiento de muchos/as Dominantes que se cuestionan qué pueden mejorar de sí mismos/as: ¿Cómo debería de ser un Dominante?Publico esta traducción, mía, de buen ánimo, sin pretender arañar susceptibilidades ni ofrecer dogmas. Para muchos/as puede resultar un texto naif y exageradamente emotivo, para otros/as puede ser una clara descripción de las adecuadas actitudes que todo Dominante debería mostrar, y para otros/as... quizá es un onírico planteamiento con visos de absoluta irrealidad.
 
 
Reglas para Dominantes novatos (y no tan novatos)
 
Creo que todos, y todas, leemos a diario los reproches que las personas Dominantes hacen sobre las personas sumisas y las quejas de las personas sumisas hacia los Dominantes. Que dos personas se encuentren hoy en día, y que además sus personalidades, deseos y expectativas encajen, se hace realmente difícil. Muchas veces no nos damos cuenta de que con nuestra actitud y maneras provocamos silenciosos rechazos, y que perdemos muchas oportunidades de ser valiosos para los demás. Y peor aun, perdemos oportunidades de encontrar lo que buscamos. Mucho se ha escrito sobre cómo debe comportarse una persona sumisa, sobre qué debe tener en cuenta para conseguir tener Dom, pero... ¿y los Dominantes?



De cásting

No hay otra forma de hacerlo, por desgracia no llevamos una etiqueta donde se especifique claramente: Ama o sumiso. Así que para encontrar a alguien hay que buscar, y abrir las puertas. Ahora que ya me he decidido, esto va en serio, mis puertas están abiertas. Soy una mujer exigente, pero también doy mucho, quizá no es lo que esperas, quizá no se ajusta a lo que buscas... o a lo que quiero, eso solo las conversaciones pueden decirlo, pero ya es más de lo que ofrecen muchas otras Amas por esos mundos de Dios.

Esa es la primera fase, que me encanta, no lo voy a negar, abrir privados, hablar con varias personas, hasta que algunas te hacen tilín, hay feeling, y pasamos a la segunda fase, la del messenger, donde más que conocer tus fantasías, me interesa conocer tus realidades: cómo eres, qué te gusta hacer (fuera del campo del D/s), que habilidades, hobbies, conocimientos, aficiones... no busco un sumiso de unas pocas horas, sinó alguien con quien sentirme bien dentro y fuera de la alcoba. Si nuestros gustos son similares, si me siento cómoda contigo, eso te hace ganar puntos para vernos en persona.... aquí ya la química decide, si hay o no hay una conexión real entre nosotros: si la hay, estupendo, de aqui puede nacer algo más, si no la hay, habrá sido un ratito bueno (no me como a nadie en persona, aunque a más de uno le gustaría)

Y el resto del camino, como dice el poeta, se hace al andar.

¿Que valoro en un candidato a ser mi sumiso?

Sobretodo, que me haga sentir cómoda, que se contagie de mi alegría y me la recuerde cuando la pierda, que me haga reir, el sentido del humor es fundamental a mi lado, vitalidad (no vigorismo ;) ), que disfrute de las pequeñas cosas de la vida, gran curiosidad, disposición para aprender y experimentar, una pizca de vergüenza (eso me resulta estimulante), cierto grado de exhibicionismo, obediencia, buen conversador de muchos temas, porque a mi me interesan muchas cosas, y también hay que hablar, digo yo, sobretodo porque me gusta salir al cine, a pasear, a bailar, a ver espectáculos, a cenar.... ¿hasta aquí parezco exigente? pues aún hay más.... elegancia, saber estar y comportarse en todo momento, yo no voy a estar pendiente de todo, que sepa valorar mi complejidad y atenderla, que sepa adelantarse a mis necesidades, deseos y caprichos, que me consienta y me mime, que le gusten los juegos (de todo tipo) .... uisss, se me olvidaba algo importante, que sea cariñoso, atento, educado, complaciente pero al mismo tiempo con iniciativa (no estoy por la labor de domar a nadie, si alguien es un rebelde sin causa, que busque a Marilyn Monroe en Ama)....hasta aquí parece ya mucho, pero.... aun me quedan otras dimensiones ^^, que le interese la vida, que crea en los milagros, que se ilusione por casi todo, que tenga una vocación que le llene (aparte de servirme a mi, que en si mismo será como una vocación), alguien que quiera compartir un trecho de su vida conmigo, y no solo meter unas monedas en el parquímetro del D/s.

¿Qué le ofrezco a mi sumiso?

Pues..... veamos que tengo en el baúl.... ofrezco lo mismo que pido, porque ni más ni menos busco un alter ego, alguien muy parecido a mi que me complemente. Con el tiempo he comprendido que las mejores relaciones surgen con la afinidad, porque cuando nos reconocemos en el otro y admiramos lo que vemos, la complicidad está asegurada. Quiero sentirme orgullosa de mi sumiso, porque formará una parte importante de mi vida. Y si te estás preguntando por la parte más sexual.... eso, querido sumiso, lo guardo como sorpresa, porque ni yo misma sé lo que se me puede ocurrir en cada momento. Ese es tu riesgo, el mío.... abrirte mi corazón. Siempre tendrás respeto y cariño, me preocuparé por tu bienestar, y será importante lo que pienses o sientas, soy una persona comprensiva, agradable de trato, de simpatía comprobable, con mucha ilusión y ganas de vivir.

Y.... eso es lo que hay :), si no te has asustado por la magnitud del reto... pasa y hablemos.

Palabra de sumiso


"Por eso es muy importante medir y pensar bien las palabras que se dicen cuando un sumiso se esta ofreciendo a un ama .

Muchos sumisos solo ven la sesión el momento de ser azotado o castigado , pero no es solo eso el ama también busca, alguien con quien hablar, con quien salir a dar un paseo , con quien incluso ir a bailar y hay sumisos que no quieren que los vean en publico con una ama , vale si el sumiso tiene pareja o esta casado , pero si no tienes pareja que miedo puedes tener a que te vean con tu ama , es una mujer normal no lleva un cartel ni una marca que diga soy ama , ni se va a poner a azotarte en medio de una discoteca.

Por eso también es importante el ofrecerse como una persona en general para cualquier situación de la vida , ser el chófer de tu ama , ser el que le haga los recados , sin mas sin esperar nada a cambio ni las gracias ni un azote , solo estas cumpliendo con tu obligación de sumiso.

Si te ofreces y tienes la suerte de que la ama te de la oportunidad de tomar un café juntos , no pienses que es una sesión , no vayas buscando nada mas que lo que es u café para charlar y conocerse y sobre todo no la dejes tirada , que ella llegue al café y el sumiso no aparezca eso pasa muchas veces y no tiene perdón.

Este tema quizás este relacionado con alguno ya tratado aquí pero es de suma importancia que el sumiso se tome muy en serio lo que ofrece y no esperar nada a cambio , cuando un sumiso ofrece algo y luego espera pues follar con el ama va muy mal encaminado , la gran mayoría de las amas el pene de un sumiso es lo que menos les interesa.

El tener y ofrecer confianza a tu ama eso es básico si tu ama no confiá en ti nunca podrá estar a gusto con su sumiso , ofrece lo que puedas y lo que estés seguro que puedas cumplir , con el tiempo seguro que puedes ofrecer muchas mas cosas que pensabas no serias capaz , pero no ofrezcas de repente que harás todo todo lo que te ordena tu ama cuando no lo vas a cumplir y lo sabes."

Extraido del blog "Como ser un buen sumiso de A.A"

A mi sumiso por-venir (pos-it 1)


Me despierto, y aún estás dormido, en tu rostro se refleja la satisfacción de conseguir que me durmiera a pesar de estar inquieta, con tus caricias suaves y cariñosas. Ya me vas conociendo, y sabes cuando quiero caricias de un tipo o de otro. Sonrío al coger la pluma que guardo en el cajón, y la paso lentamente por tu cuerpo desnudo... lentamente te desperezas y te sobresaltas al verme despierta, casi siempre eres tú el primero en hacerlo, y en observarme hasta que abro los ojos, para poder desearme los buenos días.
- Señora, lo siento me he quedado dormido (haces ademán de levantarte, pero te detengo)
- Tranquilo, esas cosas suceden (sonrío bromeando. Sabes qué cosas son importantes para mi, y aunque te gusta llenarme de atenciones para que me sienta mimada, en realidad no son imperativas, las haces porque te gusta hacerlas, y a mi me parece bien)
- Pero... no tengo preparado el desayuno (pareces encantadoramente preocupado)
- He pensado en algo mejor para desayunar...(la pluma desciende por tu cuerpo, haciéndote cosquillas, y provocando que se erice el vello por donde pasa)
- Señora.... no voy a poder evitar excitarme si sigue así... (sonrío de nuevo y detengo la pluma en el aire, disfrutando de tu expresión de consternación)
- Tienes razón, quizá sea muy temprano para jugar (me tumbo en la cama boca arriba, paseando la pluma por mi cuerpo, mientras tus ojos te delatan, y sé que te gustaría poder ser esa pluma sobre mi piel)
- Lo que guste, sabe que estoy aquí para servirla... (titubeas, no sabes si continuaré o no, pero lo deseas)
- Bien, entonces prepárame un baño (tu cara se ilumina, sabes que me enjabonarás, que tus dedos rozarán lugares prohibidos, que me abrazarás al rodearme con la toalla, y que después vendrá el ritual de la crema hidratante, empezando por los pies, y das gracias por haber aprendido a dar masajes, porque estás seguro de poder provocarme esos gemidos suaves que tanto te excitan)
- Sí, Señora, enseguida.

Dejando las cosas claras: algunos conceptos

Para aquellos que buscais descripciones detalladas del kamasutra de la D/s. éste no es vuestro blog, ni vuestro lugar. Mi interés en este mundo de la Dominación-sumisión va más allá de unas simples prácticas sexuales, para mi es una forma de vida, no se termina al salir de la alcoba. Es sobre todo una actitud vital de comprensión, y la búsqueda de la realización personal de las personas involucradas.

El mundo que conocemos funciona en ciclos, ciclos que se cierran sobre sí mismos pero en espiral, alcanzando un grado más de desarrollo con cada vuelta. El momento actual, a mi parecer, está llegando al punto extremo de experimentación de lo masculino, y vuelve de nuevo sobre sus pasos hacia lo femenino, y fruto de ello se ha despertado la sensibilidad en muchos hombres, que buscan la forma de expresarla. Entre esas formas está la sumisión, o como yo prefiero denominarla, la ENTREGA.

La mujer en general, ha sido un exponente de entrega a la sociedad, a la familia, al hombre, y quedaba fuera de su educación la entrega a sí misma. Esta tendencia también está cambiando, y la mujer del siglo XXI está descubriendo su fortaleza, su independencia, su poder, explorando de esta forma su lado masculino, y necesitando cada vez menos de la figura autoritaria masculina: la del padre, la del proveedor de sustento, la del protector. Os hemos observado, sabemos en qué consisten esos roles y los estamos asumiendo. No todas las mujeres lo llevan de la misma manera, y no voy a abogar por la supremacía del sexo femenino. Esto es una cuestión de dos, y si esto nos lleva a crecer, ambos sexos deben hacerlo, en conjunto.

Hay mujeres que embriagadas de poder se pasan al extremo contrario, y viven las cualidades masculinas en toda su dimensión, olvidando incluir su propia naturaleza en ello. Y esto sigue siendo un extremo de la escala. Lo ideal es buscar el equilibrio.

¿Qué ocurre con los hombres ante estos cambios? Los hay que se resisten y siguen abocados a una visión polarizada de las relaciones, en la que ellos siguen siendo ellos, recluidos en un rol que muchas veces les produce angustia, por el exceso de responsabilidad, o de soledad. ¿Cómo desarrollar las cualidades femeninas innatas en todo hombre? sí, sí, existen cualidades femeninas en todo hombre, no os extrañeis. Muchos desarrollan la sensibilidad y la sensualidad a través de las artes, y encuentran una forma de expresión muy válida. Pero los hay más osados aún, que sienten la llamada a sumergirse en la psique femenina, convirtiéndose en observadores y colocándose en un rol que hasta ahora se consideraba femenino: la entrega, la sumisión, la obediencia.

Mi forma de entender la Dominación se aparta de un matriarcado masculinizado en el que nos limitamos a repetir lo mismo que hemos visto hacer. Tiene más que ver con la expresión de una plenitud, en la que la mujer ha alcanzado una visión diferente, integrando sus cualidades femeninas y masculinas. Una mujer Dominante, no reactiva a la sociedad, mostrará su poder de una forma femenina, seductora, diplomática, y en su papel dominante tendrá en cuenta las necesidades de todos aquellos bajo su protección y cuidado. No perderá sus cualidades esenciales convirtiéndola en una guía atenta y comprensiva... aparte de esto, dará rienda suelta a su feminidad y a su sexualidad, buscando su disfrute primero, pero también el de él.

Busco mi realización a través de representar los roles que decido representar, alejándome de lo establecido y dejándome sorprender a mi misma. Lo establecido estanca, lo espontáneo libera. Me siento cada vez más completa, y en la relación de Dominación-sumisión puedo ser quien yo quiera en cada momento, seguida de cerca por unos ojos atentos, observadores, que aprenden de mi forma de vivir y que en ese aprendizaje se descubren en mi. Eso es lo que significa para mi... sirvo de espejo de lo que tú llevas ya dentro.


Sumisos y asimilados

Dando una vuelta por lo que se cuece en este mundillo, pronto se hace patente que existen dos grandes bloques de sumisos: los auténticos y los asimilados. Pondré varios ejemplos...

"Señora, a sus pies para ser azotado, humillado, vestido de mujer, usado como reposapies, para cocinar, fregar, ser atado, sodomizado, aguanto bien el dolor, y estoy dipuesto a probar cosas nuevas..."

Muy bien sumiso número 1, no me dejas mucho margen a la improvisación, cuando ya me has preparado una lista exhaustiva de todas las cosas que TE gustaría que TE hicieran. En este ejemplo poco importa la personalidad del Ama mientras use bien la fusta y tenga a mano la batería del coche para unas descargas eléctricas en los testículos. Esto no es sumisión, esto es pasividad y autodisfrute. El Ama se convierte en la profesional que ejecuta, nada más y el centro de la acción es el sumiso. Aunque parezca que están abiertos a todas las fantasías del Ama, simplemente buscan satisfacer esos deseos mórbidos de ser utilizados y humillados, y a esto yo lo llamo terapia. Y se cobra por ello.

"Señora, ¿en qué puedo servirla?" Bien, es un buen comienzo, al menos sabe que yo existo, algo es algo..."¿Qué es lo que le gusta hacer?"... sospechosamente se parece a la afirmación anterior, disfrazada con el caramelo del interés, ¿qué me gusta hacer? muy sencillo, lo que me apetezca en cada momento, eso es fácil de adivinar. A partir de ahí las preguntas se dirigen todas al plano sexual, si me gusta así, o asao, y pienso, bueno, es una primera toma de contacto y ESE parece ser su principal interés, démosle una oportunidad. Al cabo de varias conversaciones ya me ha ofrecido desnudarse por cam, masturbarse para mi, y cualquier cosa que a mi se me ocurra... que a la fuerza se me tiene que ocurrir o se siente decepcionado, vaya Ama de pacotilla que no aprovecha la oportunidad de torturar a un sumiso.

Sumiso número 2, eso es coacción velada, y no soy yo quien tiene que estar a la altura de tus expectativas, sinó tú a la altura de las MIAS. También es cierto que hay toda clase de Amas, pero si me ofreces sexo, eso recibirás en el mejor de los casos, en el peor de ellos una paliza. Hay mujeres necesitadas de expresar su frustración con el sexo masculino y les irás al pelo. Pero yo me pregunto...¿es eso la verdadera sumisión? No como yo la entiendo.

"Señora, no me importa qué prácticas la hagan sentir bien, aunque tengo mis límites, me ofrezco para que se realice a través de mi, porque a mi me llena hacerla feliz de la forma que sea. Busco una Ama de la que pueda sentirme orgulloso de pertenecerla."

Mi corazón se acelera al encontrar una muestra de verdadera sumisión, una en la que el centro de atención está donde debe estar, en el Ama. Es curioso que alguien pretenda hacerme feliz sin preocuparse de cuáles son mis deseos, mis ilusiones, mis gustos, mis problemas, mis necesidades, porque el plano sexual es sólo una dimensión en el complejo Universo que constituye una persona.

Sumiso número 3, tú has sobrepasado ya la barrera del capricho, has resistido la tentación de las imágenes lascivas que nos han vendido como mujer Dominante y te has aproximado a la esencia del concepto: servir como camino al éxtasis. Aquí no hay gran diferencia con los grandes místicos, que buscaban llegar a la esencia de Dios a partir de su entrega y devoción. En este caso, la entrega se realiza como debe ser, a una mujer que admiras, que respetas, que te hace sentir que a su lado puedes crecer como hombre, porque al hacerla feliz sientes plenamente la generosidad que implica salir de tus deseos para convertirte en los míos.

Esa es la actitud correcta, ahora, deja que yo me encargue del resto.


miércoles, 9 de diciembre de 2009

El despertar

Tenía que ser así, ya hacía unos meses que me rondaba y no me atrevía a mirar. Al final, cuando sigues el camino del autodescubrimiento, consigues llegar a los rincones más escondidos y he aquí que me encontré con este armario sin abrir: mi relación con el sexo... y como no, mi relación con los hombres.

Después de dos matrimonios y de algunas relaciones cortas, de encuentros y desencuentros, hace unos meses me planteé si realmente llegaría a entenderme con algún hombre a nivel sexual. Si bien es cierto que he tenido buenas y gratas experiencias, siempre he llegado al punto del aburrimiento y de la falta de deseo. Cuando has sido educada en una sociedad católica, lo primero que te planteas como mujer es que es culpa tuya, que no has sabido darle a "tu hombre", lo que se esperaba de ti, y durante un tiempo finges interés, pero finalmente, o te da un ataque de nervios, o te hinchas a comer sin medida o tiras la toalla: no se puede fingir en la intimidad que se siente aquello que no se siente.

Al principio me lancé a vivir el "sexo libre", después de más de quince años con la misma persona es como una liberación pensar que podrás hacer lo que quieras con quien quieras. Pero, esta puerta tenía trampa: aunque es verdad que es con quien quieras, no se siente lo mismo, hay un importante componente afectivo ausente en esa clase de encuentros esporádicos. Me sentía vacía, y lo que es peor, aun más utilizada que en mis matrimonios, así que este no era el camino.

Así que empecé a plantearme el tener relaciones con hombres afectuosos, con quien poder además tener una vida sexual activa, pero me encontré con mi primera sorpresa....todo iba bien hasta llegar a la intimidad, donde la intimidad se convertía en intimidación. Mis gustos particulares, lo que me excita, parecía tener el efecto contrario en los hombres con los que me relacionaba. Y esto se convirtió en un problema para mi, porque cuanto más me esforzaba era peor..... incluso llegué a plantearme si con mujeres no me iría mucho mejor, pero una es heterosexual hasta la médula, así que....¿dónde me dejaba esto?

Desde pequeña me inculcaron el valor de la humildad, del pasar inadvertido, de ser buena y adaptarme a la sociedad, como una forma de ser aceptada. Aún así, había aspectos de mi vida en los que me podía permitir destacar, porque estaba bien visto: en los estudios, como delegada de clase, como organizadora de fiestas, viajes, en el trabajo...son formas aceptables denominadas Liderazgo. Pero el terreno personal.... eso es otra cosa.

Hasta que mi curiosidad me llevó a las puertas de este Armario, la Dominación/sumisión. No soy amante de las etiquetas y no quisiera colocarme el traje de látex y el látigo, pero es cierto que ciertas características de este mundillo me quedan como anillo al dedo: el respeto, la deferencia y adoración del sumiso hacia su Ama, ese toque de picardía, lascivia y morbo, la aceptación de la fantasía como parte del sexo, la exploración de los límites, la complicidad dentro y fuera del escenario de la alcoba. Algunos lo consideran perversión, para mi es un mundo nuevo, y quizá el que consiga realizarme como mujer.

Así que aquí estoy: Señora, porque siempre lo he sido, y Ama .... en construcción.