domingo, 14 de mayo de 2017

Primera Convención BDSM en Chile 29 y 30 de Abril 2017: crónica de un evento

Chile se está convirtiendo en un referente a este lado del charco, con iniciativas como ésta: la Primera Convención de BDSM celebrada en Santiago los días 29 y 30 de Abril.

Con toda la ilusión de poder conocer a otros practicantes, de poner cara a nombres conocidos y de saber qué se cuece en el ambiente bedesemero de este país, asistimos a la convención.

Uno no sabe muy bien qué esperar, y a veces es mejor no esperar nada en concreto. Yo siempre digo que las expectativas son malas compañeras de vida y sobre todo, de juegos.

Nuestra primera agradable sorpresa es el lugar elegido: el Edificio Radicales, en Monjitas, 578. Al traspasar sus puertas entras de lleno en un mundo aparte, con pinceladas góticas, irreverentes, transgresoras, progresistas y estimulantes.

Nos apetecía sumergirnos en la idea concebida por nuestros compañeros de Chilenisados, y nos dejamos transportar por los distintos rincones y salas del edificio, que estaba exquisitamente engalanado para la ocasión. Miraras donde miraras tenías toda la información sobre el evento, y los propios organizadores estaban disponibles para responder preguntas, orientar, indicar o simplemente charlar un ratito.

Esto le dio un aire cálido y familiar, muy alejado de lo que uno podría imaginar en la famosa mansión FemDom checoslovaca, el Other World Kingdom, pero que en esta ocasión era el adecuado para todos aquellos curiosos y neófitos que quisieran acercarse a conocer en qué consiste el fascinante mundo del BDSM.

En la convención no faltaron las charlas-coloquio, los talleres, las exposiciones, los conversatorios, los encuentros por los pasillos, el buen humor, la sensatez, las ganas de reivindicar un espacio propio libre de crítica y condena, la camaradería, la presencia de las distintas comunidades que se reúnen a lo largo del país, un buen surtido de juguetitos y propuestas, y un rincón público de juegos que cualquiera podía utilizar.

El inicio fue algo tímido, sostenido por una estupenda anfitriona: Moire de la Soga, que nos introdujo en lo básico que uno debe conocer y entender antes de adentrarse en los distintos aspectos que engloba el amplio término BDSM. La gente iba llegando, discretamente ataviados unos, y abiertamente fetichistas otros.

Era el momento de hablar, de comentar, de compartir experiencias, de darnos ese espacio para ser nosotros mismos, sin vergüenza, sin culpa, sin temor a ser rechazados o estigmatizados, y así se hizo sentir en las charlas y conversatorios sobre la Diversidad y la Identidad Sexual en el BDSM, sobre los Roles Masculinos y Femeninos adoptados por el BDSM, y las diferentes formas de relacionarse desde la mirada de la Sumisión, la Dominación, el Sadismo y el Masoquismo.

Fue complicado elegir a qué charla asistir, porque todas parecían muy interesantes, y lo peor es que coincidían en horarios. Personalmente me hubiera gustado poder asistir a todas, pero lo apretado del programa para dos días lo hacía imposible.

Los talleres estaban a rebosar y eran muy variados: de Bondage, Pet Play, Knife Play, Agujas, Shibari, Spank y Azotes. Y aunque no cabía ni un alfiler, pudimos ver desde fuera algunos de ellos, y cómo los asistentes seguían con atención las explicaciones y las ponían en práctica.

Me gustó muchísimo el sentido común que se respiraba en todo el evento, esa sensación de estar en buenas manos, que no se trataba de una impostación de "a ver quien es el más Dominante, el mejor sumiso, el que más sabe, o el que más grande tiene el látigo". Ese es uno de los grandes peligros de una reunión BDSM, el que nos olvidemos de que el Rol no es la Persona y nos dejemos arrastrar hasta tal punto que no seamos más que una marioneta de nuestro personaje.

Y en ese sentido me encantó conocer a la Comunidad Leather de Chile, con sus uniformes militares y sus aires de Marlon Brandon. Se veían imponentes, pero después de asistir a su interesante charla sobre su formación y prácticas habituales, me parecieron entrañables. Es uno de esos casos en los que no hay que dejarse engañar por las apariencias, que cuando avanzas un poco más, descubres que las personas que hay detrás son acogedoras y amables.

No quisiera entrar más al detalle, porque esta crónica sería larguísima, pero me quedo con un buen sabor de boca, con los nombres y las caras de algunos, con la posibilidad de seguir conociendo a otros, de haber encontrado afinidad, y con el agradecimiento a los esforzados y valientes organizadores que dieron un paso al frente y plantearon esta osada convención que espero se repita en años venideros.