domingo, 23 de octubre de 2011

The Magic Queendom (4): En clase

Él esperaba pacientemente en la puerta, tal como le habían ordenado, con su uniforme de sumiso que consistía en un collar con su número, el 28, en la chapa, y en un tanga que dejaba sus nalgas al descubierto, así como unas sandalias para no pisar directamente el suelo. La temperatura en todo el recinto era agradable, así que no tenía la sensación de frío en ningún momento. Desde que llegó tuvo la impresión de que era observado, pero no de una forma crítica o acosadora, sinó como alguien que estaba pendiente de sus movimientos para anticiparse a sus necesidades. Es verdad que no podía elegir la comida, pero era equilibrada y sana, y algunos de sus compañeros empezaban a estilizarse de forma perceptible. 

La puerta del aula se abrió y apareció Lady Katrina, sonriente. Que no pudiera mirar directamente a los ojos no significaba que no pudiera ver de soslayo.

- Número 28, puedes entrar. 

- Sí, Señora. - Siguió a Lady Katrina tal como le habían enseñado, con la cabeza inclinada y las manos a la espalda. El aula estaba ocupada por las Amas aprendizas, que se sentaban en círculo, dejando un punto de entrada por el que le hicieron pasar. Al frente del círculo estaba Ella, podría reconocer esos deliciosos pies entre centenares.

- Quédate en el centro número 28. Posición de espera. - En la posición de espera debía dejar los brazos a los lados, y mantener las piernas ligeramente abiertas, la espalda recta. Eso le permitía descansar todo el peso sin cargar las lumbares, manteniéndose a disposición de lo que necesitaran de él. Eso sí, no se le permitía levantar la mirada hasta que se lo ordenaran.

- Muy bien, Señoras... ¿podrían decirme que tenemos aquí? - Un silencio de sorpresa se instaló en la sala.

- Yo diría que tenemos a un sumiso, aunque ya me supongo que esa es la respuesta evidente, - dijo la Dama Erika, con la que había coincidido en una de las clases conjuntas en las que Dóminas y sumisos practicaban por parejas.

- Ciertamente querida, ciertamente. - Ella se levantó y se acercó a él. Podía aspirar el aroma de frutas que desprendía al rodearle. - Antes que el sumiso, está el hombre, esa es su naturaleza. Un hombre tiene la fogosidad, la velocidad, el brío de un caballo salvaje. Es una fuerza sin dirección, capaz de galopar hasta caer rendido, entregándolo todo en su carrera. - Puso una mano suavemente sobre su hombró y se estremeció, no sólo por la calidez de Su contacto, sinó por la sensación de confianza que le transmitía. - Un caballo libre derrochará esa energía, no puede evitar hacerlo, la empleará en competiciones con sus semejantes, en mostrarse como el más fuerte, el más veloz, el más valiente, o simplemente en vagar por los prados... - Lentamente siente la presión de Su mano que le va empujando hacia abajo y entiende que tiene que arrodillarse. - Pero toda esa fuerza, en las manos de una buena entrenadora, puede servir a un propósito, sin por ello dejar de ser un magnífico caballo. Aquí no tratamos de despojarles de lo que son, ni de menospreciar su naturaleza, sino de encauzarla para que puedan sentirse realizados, no por ser mejores que los demás, sinó por ser lo mejor de si mismos. - Su mano se desliza por su espalda, empujándole despacio hasta terminar a cuatro patas.- Por eso les llevamos a un viaje interior, de ahí el silencio que imponemos muchas veces, porque sólo conociéndose a si mismos podemos obtener lo mejor. - Con la mirada fija en el suelo, ve aparecer de reojo Sus pies, uno a cada lado, y entonces sucede... Ella se sienta sobre él, y puede sentir el calor de Su entrepierna ardiendo en su espalda, la presión de Sus muslos al apretar sus costados...- Y es en ese instante y no antes cuando la amazona puede montar en su caballo, con la seguridad de que cada movimiento y cada orden será ejecutada con precisión, no porque haya una obligación para ello, sinó porque el caballo ha descubierto que correr con la guía de alguien que confía en él, que se siente orgullosa de él, es mucho más gratificante que correr porque sí..... Y Señoras mías... - Ella palmea ahora sus nalgas -... un caballo necesita correr.

Este último comentario provoca algunas risas entre las Damas allí reunidas, y él siente un fogonazo de vergüenza aflorar a sus mejillas, al verse tan desnudamente expuesto, no por su expresa casi desnudez, sinó porque este discurso y Su forma de exponerlo le ha provocado una erección de complacencia que no ha podido ocultar incluso en esa posición.


sábado, 22 de octubre de 2011

El respeto y el tratamiento en el BDSM

Creo que todos estamos de acuerdo en que es primordial el respeto entre las personas, y mucho más en el mundo del BDSM. Sin embargo el concepto de respeto es muy resbaladizo, más de lo que pueda parecer.

Este concepto, que se aplica en las relaciones entre las personas y con uno mismo, se basa en una actitud de reconocimiento, tanto del valor único de una persona, como de los sentimientos y necesidades de cada uno en una relación. Dentro del contexto de una relación D/s, esta definición tiene que adaptarse además a la asimetría en cuanto a la voluntad, ya que se establece una desigualdad consensuada entre la parte Dominante y la parte sumisa respecto a quien toma las decisiones. Tal es así que, aunque la parte Dominante tenga en cuenta las necesidades y deseos de la parte sumisa, decidirá el cuando, el como, el donde y si le concede esos deseos. Esto forma parte de lo aceptado entre ambos, o así lo entiendo yo, por lo que cuando la parte sumisa no puede/quiere asumir esta desigualdad, quizá no estamos hablando de sumisión, sinó de algo diferente.

No hay nada de malo en que cada cual quiera incluir en su sexualidad los juegos y prácticas que son habituales en el BDSM, como una forma de intensificar las sensaciones, pero en ese caso sería recomendable no confundir esto con "sumisión", y mucho menos aparentar ser sumiso para formar parte de estos juegos. De ahí que el respeto básico que se exige en estas relaciones es la honestidad. Si cada uno expone claramente sus motivos para estar en la relación, y sus circunstancias particulares, nadie se llevará a engaño ni a decepción.

Otro de los temas contemplados dentro del respeto se refiere al tratamiento entre sumisos y Dominantes. Hay quien defiende el trato de Usted en todo momento y quien aboga por un tratamiento más distendido, siempre que se mantenga la actitud adecuada. Personalmente opino, que tratar de Usted a las personas Dominantes es una forma de entrar en ese estado de sumisión. Por supuesto, el trato de Usted no implica necesariamente respeto, ni mucho menos entrega ni disponibilidad hacia la parte Dominante a quien se dirige... se puede calificar a alguien de estúpido con la mayor de las cortesías, y hay quien prefiere reservar este tratamiento únicamente para la Dómina con la que mantiene una relación. 

Pero también es cierto que en un contexto más social, ese tratamiento de Usted permite diferenciar un entorno más tradicional de una situación D/s. No siempre resulta sencillo pasar de un trato de tú a uno de Usted en la misma relación en distintos momentos, y en mi apreciación se pierde algo de magia cuando ese tratamiento desaparece. Y es que precisamente esa exquisita educación y trato es lo que más me atrajo, al principio, del BDSM. Si eso se perdiera, para mi le quitaría encanto. Comprendo que haya quien sienta que ese tratamiento de Usted pueda resultar de alguna forma humillante, y es que con el tiempo se ha perdido esa formalidad, como muchas otras, de tal manera que al final la familiaridad puede conducir a un exceso de confianza. 

Al final, por supuesto, queda la decisión individual de cada Dominante sobre como desea ser tratad@, y también de cada sumiso de como prefiere tratar a l@s Dominantes (entendiendo que dentro de una relación se amoldará a lo que la Dómina le requiera). También añado un matiz, y es que no se percibe igual el tratar de Usted a una Dómina que a un Dom. En el primer caso puede atribuirse a una galantería caballerosa, y en el segundo percibirse como un innecesario doblegamiento. 

Y de aquí surge mi comentario sobre lo resbaladizo del respeto, y es que hay una zona de intersección entre el respeto que merece un sumiso y el respeto que merece una persona Dominante: ante una discrepancia de pareceres ante la necesidad de un tratamiento,o de una actitud determinada... ¿cómo se resuelve sin menoscabo para ninguno?

En mi caso, puedo aceptar un trato de tú, siempre que eso no comporte una actitud de familiaridad, pero si me preguntan por mi preferencia, mi respuesta es.... A mi de Usted, por favor.




miércoles, 19 de octubre de 2011

La psicología en la Dominación Femenina (Blog: Mi insecto insignificante)


"Como todos sabemos, no hay reglas escritas mas allá del típico SCC (Sano, Seguro y Consensuado), dentro de lo que es el BDSM, y particularmente en la Dominación Femenina. Cada pareja, escribe sus propias reglas, ya sea por contrato, o por algún otro método, a fin de que nada quede fuera de control.

Pero aún así creo que existe una regla muy a tener en cuenta para que una relación FemDom tenga éxito. Y es que en una situación de poder, hay que tener cierta mano derecha, o psicología a fin de saber llevar al sumiso al terreno adecuado.

Es muy común encontrar parejas en que la relación de poder les lleva hacia el despotismo, los malos modos, los insultos y humillaciones constantes, el maltrato, en definitiva. Si ambos están de acuerdo en ello, no pasa nada, pero bajo mi modesto punto de vista, esto puede llevar, a la larga hacia una situación de desprecio total de la persona dominada, lo cual puede ser muy negativo, sobre todo para el sumiso, ya que puede caer en una espiral de subestima que afectará a su rendimiento.

Hay que tener siempre en cuenta, que el sumiso es una persona ante todo, y no siempre vale tratarlo como algo sin sentimientos. El siempre agradecerá ser conducido y premiado de la manera adecuada, y eso estrechará todavía mas los lazos entre ambos.

Por tanto, la Ama, como responsable que es del sumiso, debe tener la psicología necesaria para saber llevar al sumiso hasta donde ella quiere. No nos engañemos, la Dominación Femenina debe ser un juego de equilibrios, donde la Ama debe saber dar, en el momento adecuado, para que su sumiso se entregue en todo momento.

De nada le sirve a una Ama un sumiso que se menosprecia, que se subestima, que es temeroso de la ira de la Ama, por que esta es desproporcionada. Ese tipo de sumiso acabará fracasando, aún habiendo entrado en la relación con la mayor de las ilusiones.

Queda claro pues, que el papel de la Ama es fundamental, y por tanto, duro de llevar. Llevándolo a la analogía del vino, si una Ama desea conseguir un buen vino, deberá cosechar con el mejor abono, recoger la uva en el momento adecuado, y fermentarla con todo el cariño y tiempo suficiente, para que llegado el momento de abrir ese vino, el placer de probarlo sea cuanto menos el deseado.

Por supuesto, un sumiso que es consciente de que es apreciado y valorado por la Ama, se entregará mas allá de lo que el mismo se imaginaba. Su placer lo hallará en complacerla, y a los ojos del sumiso, la Ama estará por encima de cualquier Diosa.

En la naturaleza de la mujer está la fuerza necesaria para conseguir crear a un buen sumiso y sin duda, el premio de tener un sumiso cien por cien entregado es el resultado de haber invertido en su doma."



El contrato en el BDSM

Hace unos días fui testigo de la lectura y firma del contrato entre una sumisa y su Señora. Fué un momento emotivo e intenso, un momento esperado por ambas y que consolidaba una relación que he visto crecer, y a pesar de que no creo en la necesidad de formalizar un compromiso, tengo que reconocer que tener el privilegio de asistir a esta ceremonia me hizo reflexionar.

Quizá un contrato de este tipo sea mucho más que una formalidad, y puesto que no tiene ninguna validez legal en este caso, su significado radica en su simbología. Escribir un contrato como el de shura{DZ} implica conciencia... ser consciente de quien se es, de lo que se está haciendo, de lo que se quiere, de lo que se ofrece, del tipo de relación que se está estableciendo, y de las consecuencias y términos de su entrega. Aunque sospechosamente parecido al conocidísimo "... en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad...", me doy cuenta de que todo ritual que se vive desde el corazón deja una profunda huella. No se trata de pronunciar unas simples palabras protocolarias, sinó de una verdadera declaración de intenciones (y es que nuestra intención es lo único que podemos garantizar, y por lo tanto ofrecer).

Escuchando a shura{DZ} leer con voz trémula lo que había escrito, lo que había nacido de su noble visión de las relaciones dentro del BDSM, me sorprendí al descubrir que deseaba que alguien se expresara hacia mi en esos términos, que realmente un contrato te vincula emocionalmente y marca un antes y un después. Y es que, como dijo Dómina Zara al terminar.... "Ahora por fin la siento mía".... no creo que haya un sentimiento más hermoso para una persona Dominante...



viernes, 14 de octubre de 2011

Shibari: el arte japonés de la atadura erótica (Josep Lapidario para Jot Down Cultural Magazine)

"¿Por qué resulta erótico inmovilizar o restringir el movimiento? Para la persona atada, el efecto es en parte físico: la presión de las cuerdas sobre puntos sensibles y zonas erógenas, el roce que puede ser suave o áspero según el tipo de cuerda…  En una suspensión entra en juego la ingrávida sensación de volar y perder los referentes; en una atadura sobre tatami o una cama, el sentirse manejada, empujada, acariciada por las cuerdas. Los efectos psicológicos son potentísimos y a veces contradictorios: el chorro de adrenalina al sentirse indefenso y a la merced del atador, frente a la relajación y confianza de saberse en buenas manos y poder librarse de toda responsabilidad y vergüenza (“no puedo resistirme al placer que se me proporciona”). Como sostiene el propio Araki, atar fuertemente es abrazar… Las cuerdas se convierten en una extensión de los dedos del atador."

Un artículo muy interesante sobre el shibari, y sus orígenes y evolución, un excelente trabajo de Josep Lapidario en JotDown Cultural Magazine.



Una visión, un arte: Elisabeth García

Tengo la enorme suerte de conocer a personas con mucho talento, personas especiales que encuentran la manera de expresar su particular visión de la vida, y una de ellas, una muy buena amiga, es Elisabeth García. Nadie diría cuando la ves con su cámara que sea capaz de captar la realidad con tanta belleza e impacto, parece como si pasara por ahí y simplemente disparara, pero el resultado es de una meticulosidad y una exquisitez que es difícil de encontrar. Os dejo unas muestras de su trabajo en el reciente Salón Erótico de Barcelona.





Para ver más de su obra: Elisabeth García


martes, 4 de octubre de 2011

Spanking



Bondage genital

Dejando de lado que la Mistress se hace un lío con el aparatejo del principio, le queda un bondage genital de lo más apañado, para quien no sepa lo que es.



lunes, 3 de octubre de 2011

Y Dios creó a la mujer....

Estaba leyendo un libro que no tiene nada que ver con el mundo BDSM, cuando me he tropezado con este fragmento que me ha parecido una reflexión interesante (una de tantas, por supuesto). Transcribo lo que considero relacionado, y recomiendo leerlo todo hasta el final, aunque rechine:

"La teología cristiana tiene una alegoría parecida cuando cuenta que Dios creó el mundo en seis días y al séptimo día descansó. Esos seis días son los seis chakras, los seis centros del ser. El séptimo es el descanso: uno llega a casa, descansa.....

....Dios creó el mundo, primero creó la materia y por último creó al ser humano. Durante cinco días creó todo lo que hay en el mundo, materia, animales, pájaros y entonces, el sexto día creó al hombre. Y en el último momento del sexto día creó a la mujer. Esto es muy simbólico: la última creación fue la mujer, ni siquiera fue el hombre. Y la alegoría es todavía más bella porque dice que creó a la mujer a partir del hombre. Esto significa que la mujer es un refinamiento del hombre, una forma más purificada.

En primer lugar, mujer significa intuición, poesía, imaginación. Hombre significa voluntad, prosa, lógica, razón. Son símbolos: hombre significa cualidades agresivas, mujer significa receptividad. La receptividad es más elevada. Hombre significa lógica, razonamiento, análisis, filosofía; mujer significa religión, poesía, imaginación, más fluida, más flexible. El hombre lucha con Dios. La ciencia es básicamente un derivado del hombre, del hombre luchando, forcejeando, intentando conquistar. La mujer no lucha, simplemente acoge, espera, entrega...

.... El amor nace del sexo, es un logro más elevado, más puro. Dios creó a la mujer después de crear al hombre porque sólo la podía crear después. Primero tienes que crear la energía en bruto para después poderla refinar. Y hay un mensaje en esta alegoría: que todos los hombres se tienen que volver femeninos antes de alcanzar el séptimo centro. Esto sucede en el sexto centro. En el sexto centro, el hombre tiene que convertirse en una mujer y tiene que utilizar toda su voluntad únicamente para una cosa, que es desear rendirse. Desear rendirse es lo más grande del mundo; esto sólo puede hacerse si tienes una fuerza de voluntad fuera de lo normal, extraordinaria.

Habitualmente, créeis que los que se rinden son unos cobardes, estais equivocados. Sólo las personas muy fuertes se pueden rendir, para rendirse hay que tener fuerza, mucha fuerza. Si te rindes por debilidad, tu rendición es insignificante, impotente. Si te rindes porque eres fuerte, entonces tu rendición tendrá significado, relevancia. En el sexto centro, cuando la voluntad alcanza su grado más elevado de enfoque, es posible la rendición. De la voluntad nace la rendición, del hombre, Dios creó a la mujer."

Osho, El libro de los chakras

Es una opinión, por supuesto, pero ¿a que da que pensar?