martes, 30 de agosto de 2011

Más de OGLAF Comic


Una historia divertida en la que el semen se chiva a la Señora de cuando el esclavo ha estado masturbándose sin permiso, ji ji ji.


Toda la historieta

Origen de la monogamia social femenina

"En la comunidad primitiva, la Mujer ejerce un papel fundamental, y es que la descendencia se marca por línea materna, ya que era la única certera porque cada mujer sabía cuáles eran sus hijos, más sin embargo, todos los hijos de las mujeres de una comunidad son hijos comunes, tal situación se desprende del hecho de que no era posible conocer quién era el padre, y éstos resultaban igualmente padres de todos los hijos, es esta la forma en la que se conciben los matrimonios por grupos.


El Matriarcado, propio de éste período histórico, puede definirse, como una sistema en el cual la Mujer ejerce una función social de primer orden para el desarrollo de la comunidad, no ejerciendo una supremacía sobre el hombre, ni porque era quien se encargaba de las labores internas de la comunidad (error muy común en el que se suele caer para definir el matriarcado), sino porque por derecho natural la posición social de ambos sexos era determinada de acuerdo a las capacidades, por ejemplo, un hombre anciano ya no podía dedicarse a labores de recolección, y una mujer joven, podía perfectamente, garantizar el sustento de la comunidad sin exponerse a labores o cargas extenuantes.. Puede afirmarse, tomando en cuenta las condiciones de la época, que la distribución de tareas se hacía “de cada quien según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”, sumado además a la estimada posición social que ocupa la mujer; de allí que también se le llame a este período comunismo primitivo.

Ahora bien, la ruptura que se da para despojar a la mujer de la privilegiada posición que ocupaba en la comunidad primitiva, que en palabras de F. Engels “fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo”, está determinada por la aparición de la propiedad privada y con ello la escisión de la sociedad en clases sociales antagónicas (por lo tanto éste es el origen de la opresión a la mujer). Tal influencia, se explica por el hecho de que si bien en el matriarcado, la descendencia, y con ello la herencia, se establecía por línea materna, era necesario establecer las condiciones para garantizar que ahora la herencia se marcara por vía paterna, ya que era el hombre quien había logrado acumular riquezas, y para ello fue necesario la esclavitud de la mujer, como garantía de esa sucesión.

Tal es la connotación de lo que realmente significa la familia, que el origen de su nombre famulus, significa esclavo doméstico (F. Engels. El origen de la Familia, la propiedad privada y el Estado), y ciertamente, viene la familia a representar el conjunto de esclavos (hijos, esclavos propiamente dichos, y fundamentalmente la mujer) pertenecientes a un hombre. Surge entonces el Patriarcado, el cual puede definirse como “un sistema ideológico, económico y social, que consiste en la supremacía del hombre institucionalizada”.




Cavalieri servente

Así se conocía a los acompañantes de las mujeres casadas en Venecia e Italia, durante el siglo XIX, que estaban a su servicio, las cortejaban con bellas palabras de amor y escritos inflamados de pasión, y atendían sus necesidades, caprichos y deseos, acompañándolas en actos públicos, la iglesia u otros acontecimientos sociales, consiguiendo en algunos casos sus favores.

Este arreglo era sabido y consentido por los maridos, y se practicaba ampliamente entre los nobles de Genova, Niza, Venecia, Florencia y Roma, y era mejor tolerado si el acompañante era homosexual... o al menos lo aparentaba. De esta manera los maridos se veían libres de comparecer a aburridos y tediosos acontecimientos junto a sus esposas, y todos estaban contentos.

Durante esos actos públicos no se permitían gestos de afecto entre el cicisbeo (así denominado en italiano) y su Señora, que debía permanecer siempre detrás de ella y a su disposición. La costumbre, además, prohibía que el cicisbeo tuviera ninguna otra relación en su tiempo libre, y ambas partes podían decidir dejar esta relación en cualquier momento.

También se les conocía con el nombre de Petimetres, y solían ser parientes próximos de las Damas, los hijos menores de los nobles que estaban en los últimos escalafones de la línea hereditaria, que de esta manera conseguían proyección social y estatus. Su tarea era seguir a su Señora desde por la mañana, atendiendo a su baño, acompañándola a un paseo, entretenerla recitando versos o con la música. La mayoría se convertían en amantes de sus Señoras, lo supiera el marido o no.

Para saber algo más...






sábado, 27 de agosto de 2011

El primer paso

Siempre hay una primera vez para todo, pero hay pasos que son más difíciles de dar que otros. Recuerdo lo asustada que estaba cuando el monitor de natación, después de explicarnos brevemente como mover los brazos y las piernas, nos dijo "y ahora a la piscina honda". Me quedé petrificada en el borde de la piscina, observando como los demás se iban tirando, hasta asegurarme de que realmente no se moría ninguno ahogado, y aún así tenía miedo. Hizo falta que se tirara el monitor al agua y me dijera "no temas, si te hundes yo te saco", para que diera ese paso. Y no me hundí.

El valor se adquiere con la experiencia, con cada primer paso que damos, salga bien o salga mal, porque en realidad el resultado no importa, si no ser capaces de dar ese primer paso, a pesar de saber que puede salir mal. Ha habido otros momentos en mi vida en los que me he visto impulsada a actuar sabiendo que no era el momento, que no estaba preparada para ello. Y en alguno de esos momentos hubiera querido fundirme y desaparecer, es cierto, momentos de miedo, de vergüenza, o de tristeza. Momentos en lo que hubiera preferido no dar ese paso, pero al final te das cuenta de que sería mucho peor vivir con la sensación de no haberlo siquiera intentado.

Cuando uno se aproxima al mundo de la Dominación/sumisión y al BDSM se encuentra con un mundo fascinante, variado, complejo, pero irremediablemente atractivo. Pocos son los que llegan de la mano de otra persona, que lo descubren de forma gradual y placentera. La mayoría lo descubrimos al "azar", a través de algún vídeo, novela, imagen, o experiencia que otra persona nos relata, aunque también los hay que lo descubren en una etapa temprana de su vida, cuando se dan cuenta de que determinados estímulos les provoca una reacción poco habitual para los demás. Y a partir de ahí empezamos a fantasear, a crearnos una idea sobre en qué consiste, a dejarnos llevar por nuestros deseos más ocultos que parecen tener salida en este mundo mágico y oculto.

Durante un tiempo investigamos, avidamente buscamos cualquier fuente de información, nos empapamos y disfrutamos con nuestras fantasías, pero llega un momento en el que eso no es suficiente, necesitamos más. En sí podría describirse como una forma de adicción, no podemos dejar de pensar en ello, y elevamos el nivel de dificultad, en este caso empezamos a desear el contacto real con otra persona, poder llevar nuestras fantasías a la realidad. Pero este es un paso difícil, por muchas razones.

Entramos en los chats, y buscamos personas afines con las que compartir nuestras inquietudes, y empezamos a darnos cuenta de que hay mucha más complejidad de la que habíamos previsto. En un vídeo o en un relato, la situación ya está en marcha, las dos personas ya se conocen, pero para nosotros aun queda un largo recorrido hasta llegar a ese punto. Lo que hasta entonces parecía idílico empieza a rozar la realidad ¿y si resulta que me pongo en manos de la persona equivocada?¿y si resulta que me encuentro con un perturbado? El mundo de la sexualidad alternativa tiene la puerta abierta para toda clase de individuos, desde el maltratador camuflado de protector, hasta la vengadora que busca expiar su dolor a través de otros, pasando por los innumerables casos de personas que simplemente se entretienen manipulando o aprovechándose de los deseos y las necesidades de los demás.

Por suerte, aunque sea el menos común de los sentidos, el sentido común nos ayuda a discernir cuando hablamos con alguien de quien podemos fiarnos, a quien confiar nuestra virginidad, sobretodo si se ha tenido la precaución de pasar muchas horas de conversación, y de compartir momentos de intimidad, en los que hemos abierto nuestro cofre oculto y mostrado nuestros secretos más inconfesables.

Pero aun así, dar ese paso no es fácil.... no es fácil admitir que lo que fantaseamos pueda al final ser lo que somos, que lo que somos puede que no sea comprendido, valorado, que en realidad ofrecemos lo más vulnerable de nuestro ser, nuestra identidad. Y llegado el momento de enfrentarse a ello, de abrir la puerta y decir "aquí estoy, esto es lo que deseo", se nos despiertan muchas dudas y temores, a no estar a la altura, a decepcionar a la otra persona, a darnos cuenta de que en realidad nuestras fantasías se perderán para siempre en ese mundo de ficción y que no tienen sentido en nuestra realidad. No es fácil enfrentarse a lo desconocido, aunque tengamos toda la información en nuestras manos, porque quizá lo que suceda no sea lo que esperábamos.

Y solo hay una manera de dar ese paso.... dándolo.

Ya habrá tiempo de lamentarse, de rectificar, de corregir, de buscar otra cosa, de hacerlo de manera diferente, incluso de dejarlo correr, pero si no damos ese paso, jamás sabremos si este mundo es realmente el Valhalla que soñábamos. Eso sí.... con precaución.




jueves, 25 de agosto de 2011

OGLAF COMIC


- Esta celda no va a mantenerme encerrada.
- Soy tan hábil que puedo follarme a un hombre hasta que muera y hacer que su viuda se corra antes de que él golpee al suelo.
- ¿Estás intentando seducirme?
- No creo que pudieras aguantarlo.
- ¿Y eso?
- Oh, te hice un rápido trabajo manual mientras te robaba las llaves... pero mis dedos son tan suaves que ni te diste cuenta.




miércoles, 10 de agosto de 2011

La diferencia entre querer ser y ser

En el mundo del BDSM se entremezclan muchos conceptos en un intento de definir la amplísima variedad de situaciones que engloba y de forma general se suele intentar definir a cada cual dentro del rol de Dominante o de sumiso, intento que puede conllevar desconcierto e incluso frustración.

La personalidad humana es rica en dualidades y aspectos, y en toda persona existe en forma latente el binomio Dominante-sumiso, entendido en este caso como persona que lidera y toma decisiones, y persona que sigue las indicaciones de otra... quien no ha estado en un punto y otro de este binomio alguna vez ¿verdad? Tener esa capacidad no quiere decir, sin embargo, que tengamos una preferencia marcada, y tampoco implica que seamos una cosa u otra.

Y es que, para complicarlo aun más, una cosa es la personalidad, donde todo funciona por dualidades, como si se tratará de un menú donde elegir en cada momento, y otra muy distinta es el Yo, el quienes somos, que permanece mucho más tiempo. Por poner un ejemplo, en mi caso podría tener relaciones sexuales con una mujer, incluso quererla muchísimo, pero eso no me convertiría en bisexual. Y eso ocurre también en el caso de Dominantes y sumisos. Uno puede tener un determinado comportamiento en una situación concreta, pero eso no le convierte en ello. Por ejemplo, arrodillarse y besar los pies de alguien no le convierte en sumiso, incluso gustándole, y es que se tiende a simplificar en un mismo saco naturalezas muy distintas.

Comentábamos en una charla muy interesante la otra noche, que alguien puede ser masoquista, o fetichista, o morboso, o curioso, sin necesidad de ser sumiso, que una cosa no conlleva la otra. Y más aún, intentar ser lo que no se es produce una tensión y una frustración innecesarias. Y es que, a mi entender, solo puede desarrollarse aquello que está en nuestra naturaleza, y si no lo está no puede inventarse. Yo podría en un determinado momento tener una actitud más sumisa, por las circunstancias o para mi beneficio, pero eso no me convertiría en sumisa, y si me empeñara en serlo me provocaría un conflicto interno importante.

Por eso me parece muy importante que cada cual reflexione y llame a las cosas por su nombre, sin intentar simplificar o encajar en un modelo si no está en su naturaleza ser así. Si a alguien le gustan determinadas prácticas, como ser tratado como un perro, o ser sodomizado, o sentirse indefenso, eso no quiere decir que sea una persona sumisa, lo que significa es que le excitan esas prácticas, y punto. Puede ser sencillamente algo morboso, y eso se aplicaría a cualquiera de los roles o a ninguno de ellos. No debemos confundir sexualidad con concepto de vida, y es que cuando hablamos de un rol, hablamos de definir una visión, una serie de creencias entorno a una idea que marca nuestra forma de entender las relaciones y la vida en general.

Y es que una persona Dominante, en mi opinión, suele ser una persona que abre caminos, que tiene la habilidad de guiar y de  potenciar a otras personas, que tiene una perspectiva amplia de las situaciones, con un afán de mejora y de superación constante, un desvelo por las personas que acoje y un gran respeto por la responsabilidad que todo ello conlleva... y todo ello sin incluir necesariamente ningún matiz sexual.

Y desde aquí invito a quien se sienta sumis@ a contar cual es su visión del mundo, de las relaciones, o de la vida... una forma de conocernos mejor unos a otros, y es que no soy la más indicada para decir como es una persona sumisa, ya que no lo soy.


martes, 9 de agosto de 2011

lunes, 8 de agosto de 2011

La negación del orgasmo

He leído en foros, blogs y chats acerca de las bondades de la negación del orgasmo para potenciar el estado de sumisión, y es algo que me he planteado recientemente. 

Es verdad que esa retención del deseo de eyacular produce un estado de excitación constante, muy parecido al que podemos sentir nosotras que gozamos de una sexualidad ubicua, pero al mismo tiempo causa un estado de frustración que únicamente cuando tiene un propósito, una meta y un final esperado puede tomarse como beneficioso. Me pregunto, si la negación fuera una constante, si se aceptaría con el mismo agrado. Por supuesto existe una gran satisfacción en ver como aumenta el deseo en la persona sumisa, como poco a poco haría cualquier cosa por complacernos, a la espera de esa tan anhelada satisfacción. Pero al mismo tiempo siento que se desvirtúa la esencia de la sumisión, que se convierte en una negociación, en una idolatría supeditada al deseo y a su disfrute, y que en el momento en el que se ve cumplido ya no tiene razón de ser... y eso, aunque útil, me entristece.

Yo no quiero ser un interruptor de encendido y apagado, un instrumento de prolongar el placer, o al menos no quiero significar únicamente eso. Quiero pensar que la adoración puede incluir la admiración por las cualidades propias de la personalidad, que no enmascaramos una situación de connotación simplemente sexual de adornos que la hagan parecer algo más trascendente.

Y es que en el momento en el que el deseo lo inunda todo parece que no sea posible apreciar nada más, que las conversaciones se centren en dar una salida verbal a la necesidad imperiosa de derramarse, que se convierte entonces en incontinencia, en halago baldío, en un interés interesado. Quizá es que aspiro a algo más que a un simple intercambio de orgasmos... por más placenteros que resulten.


sábado, 6 de agosto de 2011

Una parte de mi

Llevaba tiempo detrás de hacerme un tatuaje, pero no encontraba un dibujo adecuado, algo que me representara para siempre, hasta que al fin ha llegado: un ave fénix.

Según la mitología, esta ave no muere nunca, o mejor dicho, muere cada 500 años para resurgir de sus cenizas, y simboliza la renovación, y el renacimiento espiritual y físico, el poder del fuego, de la purifiación y de la inmortalidad, y según el mito poseía varios dones, como por ejemplo que sus lágrimas eran curativas.

A lo largo de mi vida he transitado por diferentes ciclos de vida y renovación, y si miro hacia atrás tengo la sensación de haber vivido muchas vidas en una, así que este símbolo no solo refleja como ha sido mi vida, sinó que me recuerda que es posible morir y renacer una y otra vez, surgiendo cada vez con más fuerza y más confianza.



jueves, 4 de agosto de 2011

La confianza

Leyendo el blog de mi querida amiga shura{DZ}, surge el tema de la confianza entre la parte sumisa y la Dominante, con la siguiente reflexión:

"Siempre me ha dicho que la confianza del esclavo/sumiso permite que el juego fluya y que se entregue al placer -no olvidemos que el fin del BDSM es el placer. Y es verdad. No se lo discuto. Sin embargo pensé que, si la confianza era importante para la parte dominante, ¿no debería serlo también para la parte sumisa? Pensé en ello porque tenía la sensación de que muchas veces Mi Señora se reprimía y era demasiado suave conmigo. Eso me dejaba insatisfecha y me cuestioné por qué no iba más allá si yo sabía que mi cuerpo podía soportar una intensidad mayor -es más, sentía que lo necesitaba. ¿Será porque no confía en mí y por eso no quiere pasarse?"

Estoy convencida de que he suscitado esa misma pregunta, sobretodo porque se entremezclan por una parte la confianza en la Dómina con la impaciencia por poder sentir y vivir aquello que tanto se anhela y fantasea, y con la necesidad de complacer y agradar, ya que por fin has encontrado a la persona con la que vivir esa experiencia. Por supuesto que cada cual tiene sus razones para actuar como lo hace. En mi caso no es una falta de confianza, al contrario, ya que sin esa confianza de base no sería posible iniciar una relación D/s. 

Se puede pensar que la parte Dominante no tiene porqué implicarse, que puede limitarse a hacer o dejarse hacer aquello que más le plazca, y que la parte sumisa se amoldará o debería amoldarse a esas disposiciones con devoción. Pero yo no lo veo así. No se trata tanto de "usar" a la otra persona para nuestro placer (y esto se aplica a ambos roles), sinó de coparticipar en el placer de la otra persona con el propio. 

Diría que encuentro mayor satisfacción en proporcionar placer ya que, sumado a la excitación que ello me produce como parte activa por la sensación de logro, ser espectadora privilegiada de la íntimidad expuesta de otra persona me deleita más allá de lo que sería puramente orgásmico. Recorrer otro cuerpo requiere de gran confianza y aceptación por parte de esa persona, al igual que dejarse llevar en los juegos y prácticas que rodean este mundo de la D/s. La responsabilidad para la parte activa es elevada, el cuidado ha de ser exquisito, sobretodo si lo que vamos a hacer puede causar incomodidad, dolor o rechazo. Somos el vehículo para que esa persona pueda explorar sus sensaciones, descubrir su sensualidad y su sexualidad, y no solo a nivel físico, sinó también emocional y mental. Y es que la sexualidad humana lo impregna todo.

¿Por qué existe esa contención de la parte Dominante? Al igual que al inicio de una relación no podemos saberlo todo sobre el otro, tampoco podemos conocer el grado de sensibilidad, ni el umbral de dolor, ni los estímulos que le excitan, y se inicia un viaje conjunto de exploración, una fase de tanteo, que nos proporciona las herramientas sobre las que construir la relación y abrir las compuertas a nuevas experiencias. La confianza necesaria para este camino de descubrimiento proviene de la base que proporciona la parte sumisa, pero también la que se va creando al conocerla mejor, al ir pulsando las diferentes teclas, hasta sentir que realmente "dominas", que en tus manos está el entendimiento de como es esa persona, casi mejor de lo que pueda conocerse a si misma.

Y es a partir de ahí que surge mi confianza en la parte sumisa, la suficiente para a mi vez dejar que me exploren, compartir aquello que me estimula, que me hace vibrar, mostrarme... exponerme. Y es que no dejo de ser una depredadora en el fondo, alerta, cauta, prevenida, y sólo a través de esa entrega incondicional se vence mi natural precaución, mi sentido de supervivencia y me dejo llevar en las manos de quien tanto me ha ofrecido. 



Blog de shura{DZ} - Behind the mask

El poder de la sumisión


"El poder de la sumisión no radica en la habilidad de arrodillarse ante otro, entregar el cuerpo o llevar un collar.

El poder de la sumisión puede encontrarse solo en el corazón, que entrega su amor a otro libremente, sabiendo que el goce y el dolor provendrán de ello."


lunes, 1 de agosto de 2011

Los placeres prohibidos - Luís Cernuda


    Los placeres prohibidos”
    Luis Cernuda, 1931

    Si el hombre pudiera decir lo que ama,
    si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
    como una nube en la luz;
    si como muros que se derrumban,
    para saludar la verdad erguida en medio,
    pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad
    de su amor,
    la verdad de sí mismo,
    que no se llama gloria, fortuna o ambición,
    sino amor o deseo,
    yo sería aquel que imaginaba;
    aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
    proclama ante los hombres la verdad ignorada,
    la verdad de su amor verdadero.
    Libertad no conozco sino la libertad de estar
    preso en alguien
    cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
    alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
    por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
    y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
    como leños perdidos que el mar anega o levanta
    libremente, con la libertad del amor,
    la única libertad que me exalta,
    la única libertad porque muero.
    Tú justificas mi existencia:
    Si no te conozco, no he vivido;
    Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.