domingo, 17 de junio de 2012

Hacia el Edén de Anne Rampling (Anne Rice)

  "Elliott Slater desea lo que más temor le inspira. Después de un largo periodo de educación con el maestro Martin, firma un contrato por dos años para ingresar como esclavo en un club sadomasoquista en una isla del Caribe. En Hacia el Edén, Rice explora el universo de lo prohibido en un paraíso donde ningún aspecto del placer sexual se considera tabú. "

Siguiendo con las obras más desconocidas de esta autora, llegamos a esta novela en la que recrea un paraíso sado-masoquista / bedesemero en la isla de Edén, que está gobernada por Lisa, "la perfeccionista".

A diferencia de la trilogía de la Bella Durmiente, todas las personas que se acercan a Edén lo hacen voluntariamente, aunque no siempre conocen el alcance de todo lo que puede llegar a suceder allí.

Así empieza:

"Me llamo Lisa. 

Mido un metro setenta y cinco. Tengo el cabello largo, de color castaño oscuro. Visto con frecuencia de cuero —botas altas, chalecos suaves como un guante y faldas—, aunque también me gusta el encaje, sobre todo las prendas de blonda antigua, delicada, blanca como la nieve. Tengo la tez clara y me bronceo con facilidad, los pechos grandes y las piernas largas. Y, aunque no me considero guapa, ni nunca lo he hecho, sé que lo soy. Si no fuera así, no trabajaría como instructora en El Club. 

Poseo una buena osamenta y los ojos grandes; ésa es la base de mi belleza, supongo, aparte del hecho de tener un cabello abundante, con mucho cuerpo, y una expresión dulce e incluso bondadosa, aunque puedo inspirar temor a un esclavo o una esclava en cuanto empiezo a hablar. 

En El Club me llaman «la perfeccionista», lo cual no deja de ser un cumplido en un lugar como éste, donde todo el mundo se esfuerza en hallar la perfección. Esa búsqueda forma parte del placer. 

He trabajado en El Club desde que se inauguró. Contribuí a crearlo, a establecer sus principios, a admitir a sus primeros socios y a sus primeros esclavos. Yo impuse las normas y los límites. Concebí la mayor parte del equipo que se utiliza hoy en día en El Club. Incluso diseñé algunos bungalows y los jardines, la piscina que utilizamos por las mañanas y las fuentes. Decoré varias habitaciones. Sus numerosos imitadores me hacen sonreír. Nuestro establecimiento no tiene rival."

Descargar el libro

Lo que ya no es tan conocida es la relación entre esta novela y una simpática comedia que aparece en el año 1994 de la mano de Garry Marshall que no tuvo demasiadas buenas críticas pero que se parece sospechosamente a la novela de Anne Rice: Dos sabuesos en el paraíso (Exit to Eden).

En esta película se mezcla la trama de la novela con otra más policíaca, creo yo que con la intención de disimular la verdadera intención del guionista de presentarnos el mundo tan particular de la isla de Edén y lo que allí ocurre. A mi me parece una manera bastante inocente de introducir ciertos elementos sin que nadie se escandalice, a pesar de que la trama no tiene el peso suficiente para ser considerada la película del siglo. Aún así os animo a verla.




Trilogía de la Bella Durmiente, de Anne Rice (perdón, de A.N. Roquelaure)


Después de su conocida obra "Entrevista con el vampiro", Anne Rice se lanzó a escribir esta trilogía que curiosamente no figura entre sus obras oficiales, y que firmó con un pseudónimo: A.N. Roquelaure. Su contenido claramente erótico y D/s los sitúa al margen de las historias de vampiros a las que nos tiene acostumbrados, y nos muestra un poco más sobre las fantasías de esta autora.


La historia parte justo del punto en el que algunas versiones del cuento popular terminan: el despertar de la Bella Durmiente, que en este caso sólo tiene en común el beso mágico que la hace volver del mundo de los sueños... para darse cuenta de que está siendo violada por el principe. Podría decir que "se despertó sometida en cuerpo y alma a la voluntad del libertador", pero es que a mi me gusta llamar a las cosas por su nombre, que tan dañino es decir eso como que el principe, sin conocerla de nada, la despertó con un beso de amor.

A partir de aquí la historia es un continuo ir de humillación en humillación hasta que la princesa se da cuenta de su fatal destino: seguir al principe sí o sí hasta su reino, donde le espera una suegra de cuidado. Este mismo destino lo encontramos en la versión de Perrault, en la que principe y princesa se veían en secreto y tuvieron hijos antes de casarse. El motivo de este secreto no era más que la Reina Madre, que provenía de raza de ogros y se decía que se comía a los niños. Una vez que el principe fue coronado como Rey, fue en busca de la princesa y de sus hijos y los llevó a vivir a su castillo, donde los dejó en manos de la Reina Madre porque tuvo que partir a la guerra, teniendo a partir de ahí un destino de lo más calamitoso y peligroso.

La versión de Anne Rice tiene mucho de la de Perrault, y la vida de la princesa está plagada de calamidades (se le quitan a una los sueños adolescentes de ser una princesita, os lo aseguro), todas ellas enmarcadas dentro de un contexto D/s en el que el reino de la Madre Ogra está plagado de principes y princesas sometidos a su capricho.

En mi opinión lo de menos es el contexto de Dominación/sumisión, y el centro de la historia está en los castigos, la humillación, la vejación y el maltrato, además del secuestro, la esclavitud, la violación y otros actos que yo no considero Dominación.

Os dejo un fragmento y las obras para quien quiera leerlas:

"La princesa forcejeó mientras la amordazaban y la ligaban, sin saber adónde la llevaban. Estaba oscuro y descendían por unas escaleras. Por un momento, Bella sintió cierto arrepentimiento y un pánico horroroso.

La colgarían en la sala de castigos, y se preguntó cómo iba a soportar el pueblo si ni tan siquiera era capaz de aguantar esto.

Pero un poco antes de que sus apresadores llegaran a la sala de esclavos la invadió una extraña calma y cuando la arrojaron a una celda oscura donde tenía que permanecer tumbada sobre la fría piedra, con ligaduras que le cortaban la carne, sintió un instante de alegría. A pesar de todo, Bella continuó lloriqueando. Su sexo palpitaba rítmicamente, al parecer al compás de sus sollozos, y lo único que la rodeaba era el silencio." El rapto de la Bella Durmiente

 

Versión de la Bella Durmiente de Perrault
Todas las obras de Anne Rice para descargar

sábado, 16 de junio de 2012

Ponte de rodillas

Arrodillarse es un acto cotidiano del ser humano, aunque no lo es tanto cuando se refiere a arrodillarse delante de alguien. Hay muchas circunstancias para hacerlo, pero sólo en algunas tiene un significado más allá de lo puramente funcional.

Diferencia entre arrodillarse, genuflexión y prostrarse

arrodillarse
tr. Hacer que uno hinque la rodilla o ambas rodillas.
prnl. Ponerse de rodillas

genuflexión
f. Acción de doblar la rodilla como reverencia

postrarse 
1. tr. Rendir,derribar.
2. prnl. Arrodillarse o humillarse a los pies de otro en señal de respeto o de ruego

Según las definiciones de la RAE, arrodillarse obedece a un mero acto funcional cuando la acción que llevamos a cabo requiere que pongamos las rodillas en el suelo (por ejemplo, para recoger algo que se cayó debajo de la cama, o para atarle los cordones de los zapatos a un niño, aunque en este caso es más habitual ponerse en cuclillas). Esta claro que cuando se pretende añadirle una intencionalidad, en este caso de reverencia, respeto o ruego, hablamos de otras acciones que también conllevan el estar de rodillas, como son la genuflexión o el postrarse.

Pero ¿de dónde viene ese significado?

Según diversas versiones, este gesto simbólico tiene su origen en la religión, como una forma de adoración a Dios, tanto en la cultura islámica como en la cristiana, no existiendo este elemento por ejemplo entre los griegos y otras religiones.

Durante la Edad Media confluyeron dos interpretaciones que se interrelacionaron, ya que al mismo tiempo que se introducía la genuflexión en la liturgia cristiana, como una derivación de la inclinación reverente tradicional, se institucionalizaba la ceremonia de subordinación de vasallaje, mediante la inclusión de las manos del vasallo en las manos del señor, acompañada en según qué casos de genuflexión para dar más acento a esta señal de sumisión de un hombre a otro.

Hasta aquel momento la genuflexión parece que no tenía mucha aceptación, porque recordaba a la humillación que Jesús sufrió en manos de los judios en su martirio hacia la cruz, y al parecer fue poco a poco aceptada por el uso que de la genuflexión hicieron los caballeros, que debido a sus pesadas armaduras tenían dificultades para inclinarse reverencialmente.

Así pues, de este origen podemos deducir que arrodillarse, hacer una genuflexión o postrarse delante de la persona Dominante tiene reminiscencias de estos antecedentes, en concreto: respeto, reverencia, vasallaje, adoración y obediencia. Hay que añadir un pequeño matiz, y es que en ambos casos esta sumisión tiene su correlación en la parte reverenciada, ya que tanto Dios como el señor feudal se suponía que cuidaban de sus vasallos.

Hay una tercera vertiente de significado referente a la postración, y esta nos viene de la naturaleza, en la que algunos animales adoptan esta postura ante el ataque de un contrincante en clara superioridad, como señal de aceptación y rendición ante esta condición.

¿Qué nos aporta este gesto?

Llegados a este punto hay que preguntarse porqué este gesto y no otro es el que se ha adoptado como señal de reverencia, y aparte de lo que ya he comentado, existe alguna teoría muy curiosa en la que se compara el prostrarse arrodillado con la posición fetal, y que de esa manera, el estar en esa posición nos haría sentir seguros, recogidos, y por lo tanto en un estado interior receptivo a la presencia de Dios, y en este caso del Dominante, siendo así un símbolo más de entrega y adoración.

En el caso de la genuflexión, permite mantener un cierto grado de verticalidad, que se asimila a la dignidad personal, considerándose más bien un símbolo de revencia y respeto.

Habría que añadir que en el caso de la D/s, se le puede suponer un tercer matiz que sería el de la humillación, en aquellos casos en los que lo que se pretende es doblegar el orgullo de la persona sometida (en este caso diferenciaría entre sumisión y sometimiento, diferencia que comentaré en otra entrada). Parte de esa humillación estriba precisamente en tener que someterse a otra figura superior, doblegándose a su voluntad.

En el caso de la posición de rodillas, también se le asocia un significado de penitencia, de petición de misericordia, de remordimiento además del recogimiento, y en este caso se diferencia por la posición hundida de los hombros, respecto a la posición más erecta que se tiene al orar o al besar la mano de la persona Dominante.

Como se hace

Podría parecer que arrodillarse es algo innato que todo el mundo sabe hacer, pero lo cierto es que he visto peligrar más de una rodilla porque la persona se dejaba caer al suelo sin más. Y es que no es tarea baladí hincar las rodillas y mucho menos intentar permanecer en esa posición durante un periodo de tiempo relativamente largo.


Para quien lo haya probado, ya sabréis que las rodillas duelen a los pocos minutos permaneciendo en esa posición, y ya no digamos el andar de rodillas. 
Para mi, en estos casos, prima la seguridad más que la incomodidad (sí, ya sé que queda muy bonito eso de entregar el sufrimiento a la parte Dominante como muestra de devoción, pero es que eso para mi es tan, como lo diría... tan parecido a ciertas doctrinas religiosas, que me rechina un poco). Por eso recomiendo el uso de cojines, rodilleras, etc, que puedan proteger esta delicadísima parte de la anatomía de un sumiso. 

¿Porqué? Para empezar, si alguien se ha hecho esta pregunta puede ser por dos razones: la primera, porque realmente le importe saber como pueden resultar dañadas las rodillas si se efectúa un gesto tan innato en el ser humano, y la segunda, que alguien se pregunte porqué le tiene que importar si alguien se destroza las rodillas, pensando en que ese es su problema.

Para los del primer grupo, he encontrado un interesante artículo escrito por un practicante de artes marciales, concretamente de Aikido, que habla de la posición reverencial de sentarse denominada Seiza,de donde os resumo el contenido y os dejo el enlace para quien quiera los detalles.

En esta posición, la rodilla está más abierta y por la posición de los pies, los ligamentos laterales están más relajados, dejando a la rodilla en una cierta inestabilidad peligrosa.

Aparte del dolor a nivel ligamentoso, también hay que tener en cuenta que debajo de la rótula hay una zona de grasa que hace de almohadilla a la hora de apoyar la rodilla en el suelo, y que se dice que los orientales están más preparados que nosotros, ya no solo porque se entrenan desde pequeños para adoptar esta posición, muy habitual entre ellos, sino porque existe una adaptación fisiológica, creando más depósito de grasa justo en esa localización. 

Si además tenemos en cuenta el sobreesfuerzo que realizan los músculos implicados, que a su vez tiran de los ligamentos, y que necesitan de un entrenamiento constante para elongarse y alcanzar la elasticidad adecuada para mantener esta posición con comodidad, pues podremos entender porque se quejan tanto nuestros sumisos al cabo de unos minutos.

Posición de Seiza, un ejemplo de como estar de rodillas sin morir en el intento

Seiza se traduce por "correcta manera de sentarse", y por ello es la forma tradicional de sentarse en Japón. 

Además del respeto a la etiqueta y las formalidades que ello supone, también tiene beneficios a nivel físico, ya que ayuda a desarrollar la fuerza y el dominio de las caderas, una postura correcta y recta, refuerza y fortalece los músculos de la espalda y piernas, la elasticidad de las articulaciones de rodilla, tobillo y dedos de los pies, desarrolla nuestra habilidad al desplazarnos y  ayuda a centrar y armonizar la energía.

A nivel emocional, es una forma de sobreponerse a los miedos generalizados de la vida y es una forma de meditación, en la que nos concentramos en la posición para abrir la mente a lo que nos rodea. En otras palabras, seiza es un método para crear una brecha en la ilusión de cada día de nuestras vidas. Cuando nos sentamos, el infinito ciclo de pensamientos se rompe y estamos más abiertos a la llegada de nuevas ideas.

Para sentarse correctamente de rodillas en la posición Seiza, se siguen unos pasos, y para ello más vale una imagen que mil palabras:








Lo ideal sería tratar de sentarse en Seiza por alrededor de 30 minutos al comenzar la mañana y a la noche. Se comienza la práctica en periodos cortos de tiempo hasta que las piernas se vuelvan más flexibles y la circulación mejore. Si las piernas comienzan a adormecerse, levantar las caderas para permitir la circulación. Como alternativa se puede doblar una sábana o algo similar y colocarla entre las piernas para separar la cadera de los talones, o usar un cojín hasta que los músculos y tendones se acostumbren a la posición. Es de esperar una pequeña cuota de dolor pero no hay que convertir esto en un test de resistencia. 

Cuando se termine o cuando las piernas requieran alivio, inclinarse hacia adelante y apoyar la frente en el suelo mientras se mantienen las caderas en los tobillos. Colocar las manos con las palmas hacia arriba en el suelo al costado de sus cabeza, y levantarse un par de pulgadas. Esto simboliza una apertura (y aceptación) a lo que el mundo pueda ofrecernos. Respirar en esta posición por un corto tiempo antes de sentarse nuevamente luego de períodos de práctica prolongados.

Para mi es una forma beneficiosa de adaptar el conocimiento de otras culturas a nuestras prácticas y deseos, teniendo además la tranquilidad de que estamos previniendo lesiones y favoreciendo la buena salud de la persona que tenemos en nuestras manos.


Más información



Relajación en posición fetal

Seiza: 

miércoles, 13 de junio de 2012

Doma, castigos y disciplina

He pensado en varias maneras de enfocar esta entrada y creo que la mejor es empezar con algo real, que me haya ocurrido a mi.

"Ha vuelto a hacerlo, sé que no quiere pero está en su naturaleza el hacerlo, y a mi me disgusta que lo haga. Me cuesta mucho tiempo y esfuerzo recordarle lo que le he enseñado, cómo quiero que se comporte, y en el momento parece que lo entiende, y las siguientes veces actúa realmente como si lo hubiera entendido, pero al cabo de un tiempo vuelve a aparecer ese molesto comportamiento y tengo que castigarle, para demostrarle que lo ha hecho mal y que no me gusta. Y entonces me mira con esos ojitos de remordimiento y culpa, y sé que no ha habido mala intención, que de verdad me adora y soy el centro de su vida, que me espera todos los días a que llegue, y me recibe a cuatro patas, con esa mirada de ilusión y alegría, que duerme a mis pies y que es ahí donde encuentra la tranquilidad, y que se esmera en continuar adaptándose a mi, y en esos momentos sé que mi disciplina está teniendo el efecto que esperaba."

Esto es un caso real, y lo escribo teniéndola a mi lado, en el sofá, lamiéndome el pie hasta hacerme cosquillas, con una de sus patitas apoyada en mi muslo y la cabecita en la mesa donde está el ordenador. Que esta perrita me adora es innegable, y que me cree suya también, por eso le gruñe a cualquiera que se me acerque. Y parecería un perfecto ejemplo de relación D/s, sino fuera porque ella es un pastor alemán, un perro de los de cuatro patas.

Doma

El concepto de Doma proviene de cuando el ser humano necesitaba de los animales para ayudarle en ciertas tareas, y de ahí surgió la necesidad de capturar a animales salvajes y modificar su comportamiento para que aceptaran ciertas normas o circunstancias de vida (pérdida de libertad y adaptación a los usos a los que se les destinaba). 

Existe una definición en términos hípicos que me parece muy significativa: "La doma clásica o adiestramiento, tiene como objeto el desarrollo del caballo mediante un entrenamiento racional, metódico y equilibrado por medio del cual el jinete consigue que éste realice todas sus órdenes con armonía, equilibrio y actividad. El caballo se vuelve tranquilo, elástico, ágil y flexible, a la vez que se hace más confiado y atento a las órdenes del jinete, llegando a formar con él un binomio perfecto."... ¿no os recuerda a algo?¿no os suena vagamente familiar? Sólo tenéis que cambiar caballo por sumiso.

Disciplina

El concepto de disciplina no está claro: por una parte puede entenderse como el entrenamiento para que alguien se comporte de una determinada manera (mucho más aceptable que su comportamiento actual, y adaptado a unas normas familiares, sociales o colectivas), y por otra también puede referirse a una observación constante de una instrucción para llegar a un fin (por ejemplo, la autodisciplina necesaria para dejar de fumar). 

Tener una cierta disciplina en nuestra forma de actuar parece que nos dota de mayor confiabilidad, supongo que porque de esta manera los demás saben qué esperar de nosotros. Y en todas sus modalidades implica una modificación de la conducta para adaptarnos a algo establecido o a un fin.

En su origen, la disciplina es una forma de educación que se emplea para "formar el carácter" de los niños, y de esa forma, acomodarlos a las normas de la sociedad. Este concepto de educación se emplea también en otros colectivos, como el militar o el eclesiástico, en el que una comunidad de gente está implicada y es importante que se cumplan unas normas establecidas para su armoniosa convivencia. En su esencia, trata de la imposición de unas normas, empleando una instrucción sistemática con métodos coercitivos, para concienciar a las personas disciplinadas de que hacer lo contrario no les resulta de beneficio. Esto se consigue mediante el sistema de refuerzos, de premios y castigos, o lo que se denomina Técnicas de Modificación de la Conducta.

No os voy a soltar un discurso sobre esto, porque estoy convencida de que todos habeis leído algo sobre ello, sobretodo en lo que se refiere a "pasos necesarios para disciplinar, educar, o domar a un sumiso", y hay sobrados ejemplos de ello en internet.

Castigo

Un castigo se aplica, en principio, para corregir una conducta que reiteradamente se produce en contra de lo establecido. Y hay muchas variantes de castigo, desde los físicos que suelen acompañarse de dolor, a los psicológicos, el castigo positivo y el castigo negativo, que podéis encontrar explicados en los siguientes artículos:


Reflexiones personales

Son varias las reflexiones que me hago acerca del tema de la doma, la disciplina y los castigos, y es que me da la sensación de que, en ese intento de recrear una fantasía de Dominación/sumisión, tomamos elementos desfasados o que se utilizan con los niños y los animales para su educación.

Yo me pregunto si un adulto hecho y derecho necesita de toda esta tecnología psicológica para modificar su conducta (a no ser que estemos hablando de deshacerse de una adicción o un hábito pernicioso), si no basta simplemente con la voluntad de complacer a otra persona para cambiar una conducta, siempre que esa conducta no sea esencial, y siempre que ese cambio no sea forzado.

Es decir, si necesito someter a alguien a una instrucción férrea, con un manual de normas y castigos a recibir en caso de no cumplirse, y eso implica que esté constantemente observando y evaluando a la otra persona, incluso previniendo los casos en los que se puedan llegar a infringir esas normas a mis espaldas, creo que quien está siendo sometida en este caso soy yo.

Los castigos, salvo que sean con intención claramente erótica o para provocar el temor en la otra persona (si eso es lo que se busca), se ha demostrado que no son útiles para la modificación de la conducta. En el caso de los niños y los animales, por ejemplo, se ha estudiado el efecto que se consigue aplicando tanto el castigo como el refuerzo positivo, demostrándose que el último es mucho más efectivo. 

Puedo entender que con los animales y con los niños hasta cierta edad, a los que no podemos hacerles entender razonadamente lo que queremos, haya que emplear ciertas técnicas conductistas para amoldarles a la manera "aceptable" de comportarse según la sociedad y según nuestros estándares. Pero hay que tener en cuenta que a la hora de hablar de "conducta aceptable" eso depende mucho del entorno, del momento y de las personas implicadas, y que en el caso de los sumisos, depende mucho de los gustos y valores de la persona Dominante. Eso me hace preguntarme si una persona sumisa que cambia de Dominante tiene que volver a someterse en cada caso a una férrea disciplina para cambiarle sus hábitos, que en el mejor de los casos habrá aprendido diligentemente de otros Dominantes anteriores.

Creo que la fantasía de control, y la fantasía de los sumi-mascotas pueden tener su gracia durante el juego sexual. Esa especie de entrenamiento sumi-canino en el que el sumiso aprende a hacer una serie de monerías para su Dom, o ese otro en el que aplicando esa disciplina consigue que el sumiso se acuerde de todas las manías y costumbres de la parte Dominante, pueden resultar muy atractivos y excitantes, pero que pretender aplicarlos en serio para cambiar a alguien está fuera de lugar.

Los Dominantes no somos los maestros, terapeutas, consejeros, educadores, jueces, ni madres/padres de las personas sumisas. 

Podemos fantasear con ello, incluso recrearlo, pero creérselo es colocarnos en una posición que no nos compete, porque estamos ante otra persona adulta, cuyo criterio y personalidad son tan respetables como los nuestros.

¿Quiero decir con ello que tiene que desaparecer la Doma, la Disciplina y el Castigo dentro de la D/s? 

No, siempre que seamos conscientes de que, o bien es un juego sexual, o bien lo que estamos haciendo en realidad es pretender que cambiamos la conducta de otra persona, y que si aparentemente existe ese cambio es porque para esa persona le es útil, práctico, aceptable o beneficioso. 

Las adaptaciones entre Dominante y sumiso (ya que son ambos los que se adaptan), se producen de forma natural al conocerse mejor, y por la voluntad de agradar y de estar con esa persona. Los cambios forzados, impuestos, y el "porque yo lo valgo" tienen un contexto muy concreto, un momento adecuado dentro de un juego,  una situación establecida o pactada, pero fuera de ahí entraríamos en el aspecto oscuro que rodea las relaciones D/s, del que ya he hablado en otras entradas.

Si lo que en realidad quiero es que la persona sumisa, que voluntariamente ha aceptado ese rol y estar conmigo, haga determinadas cosas porque es mi gusto que las haga, pues para eso está la comunicación, y si veo que esa persona no las realiza o se le olvidan sistemáticamente, o hay rebeldía manifiesta, y para mi se trata de cuestiones esenciales, pues lo que me plantearé seriamente es porqué estamos juntos, en qué nos beneficia a ambos, si nuestros caracteres son compatibles o no lo son, porque no creo que aquí se trate de cambiar a nadie, sino de encontrar a esa persona que me complementa, y que hará las cosas por mi, no porque yo se las mande, sino porque sea feliz haciéndome feliz al hacerlas. 

lunes, 11 de junio de 2012

Una relación sin etiqueta

Creo que empiezo a entenderlo. 

Comentaba una amiga que cuando existe una relación de pareja ya no es una relación D/s, sino una relación normal en la que hay momentos D/s. Al principio no estaba de acuerdo, pero desde que empiezo a plantearme que lo que se denomina "relación D/s" puede ser, en realidad, la recreación de una fantasía, esta frase tiene más sentido, y muchas de las cosas que leo por ahí también.

Esto también me ayuda a entender a los que dicen que la D/s y el BDSM son juegos sexuales, en los que además se puede dar una relación (aunque también conozco a quien dice que una vez que surge la relación el D/s se va al carajo). Claro, entonces también tiene sentido fantasear con que realmente estamos consiguiendo la sumisión de alguien, gracias a nuestra aplicación, disciplina y seguimiento, y fantasear con que hemos conseguido esa intangible sumisión mental en la que la otra persona está totalmente entregada a nuestra voluntad.

Sí, empieza a tener sentido por lo que decía de que al final uno termina por creerse lo que se repite constantemente. Creo que se podría definir como un delirio, uno en el que poco a poco nos alejamos de lo que es para adentrarnos en lo que creemos que es, o mejor aún, en lo que queremos que sea.

Sí, ya veo claro que es un macro juego de rol, en el que cada uno asume un papel, de cara a una experiencia entre erotizante y excitante, con un objetivo muy claro, que es conseguir el mayor placer posible, y que para ello se pueden adoptar múltiples estrategias, algunas incluso extravagantes.

Y ahora lo que me pregunto es, si no estamos teniendo una relación D/s.... ¿qué tipo de relación es? ¿es que las relaciones D/s fuera del contexto sexual no existen? ¿qué significa entonces vivir la D/s? Creo que ahora mismo tenemos una relación buscando una etiqueta... o no... quizá sencillamente no la necesitamos.

sábado, 9 de junio de 2012

Bondage con cinta (tape)

¿En qué consiste?

El bondage con cinta (americana, de látex, etc) es una técnica muy diferente al bondage con cuerdas, no sólo por el material utilizado, sino porque la propia técnica del bondage es distinta.

La sensación también es diferente, tanto si se usa la cinta con adhesivo como si se usa la cinta de látex que se puede comprar en las tiendas eróticas (que tiene la mala costumbre de enrollarse sobre si misma con el movimiento, sólo queda como en la foto si la persona se está quieta). 

De hecho lo más recomendable es usar un material sin adhesivo, incluso es posible usar vendas elásticas de 5 o 10 cm de ancho, o tiras de tela, o cinta de mercería. O también se pueden usar al revés, es decir, por la parte que pega hacia fuera, de modo que el efecto adhesivo persiste pero no sobre la piel, aunque esta manera de usarla requiere apretarla más, ya que se resbala.

Yo recomiendo empezar con cinta de carrocero, que es la que usan los pintores para proteger de la pintura, que tiene un adhesivo menos agresivo pero suficiente para dar la sensación de agarre que no tienen otros materiales, y porque al tirar de ella no se lleva todos los pelos por delante. 

El atado con cinta americana es también menos elaborado en general, y permite recrear fantasías de secuestro o de aprisionamiento con relativa facilidad y rapidez, usando otros elementos como sillas, barras, barrotes de la cama, una barandilla de escalera, etc.

¿Como se hace?


En este caso se podría decir que consiste más en enrollar que en atar, y aunque se puede cambiar de dirección al hacerlo, es una única dirección (a no ser que combinemos dos rollos de cinta americana a la vez). También se puede optar por enrollar localizadamente, por ejemplo las muñecas, y cortar la cinta. En conjunto es un bondage más sencillo porque no requiere hacer nudos y su resultado es también vistoso.

Existen diferentes formas de atadura con la cinta, pudiendo incluir el efecto mordaza.

a) Inmovilización: basta con enrollar las muñecas entre si, los tobillos, y hacer un bondage de piernas y brazos.



b) Momificación: Es mucho más entretenido que con el plástico, pero también se puede conseguir una momificación con cinta.



c) Mordaza: Con las precauciones necesarias de comprobar que la persona puede respirar sin dificultad por la nariz, y las que comenté en el uso de las mordazas.


d) Incorporando otros elementos: silla, barras, barrotes de la cama...


e) Limbtaping: esta técnica consiste en sujetar brazos y piernas doblados sobre si mismos.








f) Atrapado en la pared: ésta tengo ganas de probarla... aunque creo que necesitaré ayuda.


g) Bondage continuo y bondage discontinuo (cortando la cinta)


Precauciones


Por supuesto hay que tener a mano unas tijeras de punta roma para cortar en caso de necesidad, y no aplicar la cinta con demasiada fuerza, ya que excepto las cintas de látex, las demás no suelen ser flexibles y pueden pellizcar la piel. Para que esto no ocurra, es mejor primero estirar la cinta y después colocarla sobre el cuerpo, sin tensionar.

Hay que tener en cuenta que el uso de cinta americana o cualquier otra que contenga adhesivo puede producir alergias cutáneas importantes, según la extensión del bondage. Es bueno tener a mano crema para escoceduras de las que se usan para la piel delicada de los bebés (para evitar las escoceduras se puede enfundar a la persona en una malla parecida a la jamonera, que evita el contacto directo de la cinta sobre la piel, pero la sensación también cambia).

El látex también puede producir alergia: se dan casos de personas que con el uso continuado desarrollan una alergia por este material.

Hay que tener en cuenta también que, aunque no apriete como las cuerdas, también puede cortarse la circulación en zonas como las manos y pies, y hay que controlarlo, sobre todo porque la cinta de látex se enrolla sobre si misma y puede ser tan compresiva como una cuerda fina.

Si se usa una cinta con un adhesivo fuerte será necesario usar agua caliente y jabón para ir despegando despacio, evitando así llevarse trocitos de piel (abrasión)

El uso en la cara puede ser más delicado, tanto por el material como por el uso como mordaza. No dejar a nadie sin supervisión.

Más información:
Técnicas de bondage con cinta (en inglés)


Fantasías de rol... ¿dónde empiezan y dónde acaban?

Veía el otro día un programa en el que se hablaba de una chica que cuando llega a su casa lo primero que hace es ponerse un pijama de bebé y acostarse en su cunita a cenarse un biberón. Esto podría ser una fantasía, como las hay, de alguien a quien le gusta sentirse como un bebé porque eso le produce una excitación erótica relacionada no sé muy bien con qué, probablemente con el hecho se sentirse indefenso ante el mundo y que alguien le cuida, o también con el hecho de que los bebés están explorando su genitalidad en un entorno inocente bajo la atenta mirada de una figura materna/paterna sensible a sus necesidades.

Con lo andado hasta aquí, y después de ver la larguísima lista de filias eróticas existentes, ya hay poco que nos pueda extrañar, y no pretendo opinar sobre lo que a cada cual le excita, que al final, bastante raritos somos todos, sino de dónde acaba la fantasía y se convierte en una situación que, por su naturaleza, es una distorsión de la realidad.

Si esta muchacha de veinticinco años se vistiera de niña de vez en cuando como una forma de erotismo pues sería una de las cientomil formas de excitación posibles (no existe límite para la imaginación), pero cuando se pasa más de 12 horas al día vestida así, cuando su casa es una recreación total de una nursery, cuando usa pañales todo el día para hacer sus necesidades, y todo ello le hace pensar que el mundo "ahí fuera" no es algo que vaya con ella y se aísla en su casa y en su cuna... entonces empieza a ser un problema. No quiero entrar tampoco a comentar el porqué de esa distorsión de la realidad, porque no la conozco en persona, excepto decir que probablemente está escapando hacia un momento de su vida en el que se sentía segura, querida, tranquila y feliz. La búsqueda de la felicidad es uno de los principales motores del comportamiento de las personas, aunque cada uno tiene su propia definición de felicidad.

Y después de ver este reportaje me pregunto si no existen más fantasías distorsionadas de las que nos pensamos. Y quizá sea yo misma la que estoy viviendo en una de esas fantasías distorsionadas, y de verdad me creo que lo mío es una relación D/s, y se trata de cualquier otra cosa.

No es la primera vez que leo sobre la cuestión de que lo ideal es ponernos las mujeres terriblemente seductoras y cariñosas para calentar las neuronas y lo que no son neuronas de un hombre, con la promesa de un dulce néctar que solo conseguirá a cambio de someterse a nuestra voluntad (todo esto dicho muy suavemente, que tal como yo lo he leído no suena así, sino que uno se vuelve más sumiso cuando le cortan el grifo).

Ahora que lo pienso, esa opinión de que es mejor tener controlado al hombre usando el sexo como medio para conseguirlo es bastante más antigua que la aparición del concepto de Dominación/sumisión. Tanto es así que ya se ha integrado en la mentalidad tanto masculina como femenina, y cuando alguien "decide" que no va a permitirle al otro tener orgasmos a no ser que haga las cosas "bien hechas", que traducido significa "como me gusta a mi que se hagan", pues eso me recuerda a algo que ya hacían nuestras abuelas cuando sus maridos llegaban a casa con una copa de más pretendiendo terminar la fiesta con la parienta en la cama.

Comentaba ayer con alguien que un poco de frustración puede ser un acicate para desear algo con más ganas, pero que no se puede usar ni abusar de ello porque a la larga produce el efecto contrario, que es precisamente dejar de desear aquello que nos frustra. Si esa frustración se produce a causa de una circunstancia externa, como una situación laboral, social, geográfica, etc, uno busca el camino para disminuir su frustración o para resolver esa situación de insatisfacción. Cuando nos referimos a una situación creada expresamente para influir sobre el comportamiento de otra persona, posiblemente funcione durate un tiempo pero después se genera un cierto resentimiento, que no es más que ese mismo impulso a querer resolver esa situación de insatisfacción.

Y ¿realmente una relación D/s va sobre eso, sobre modificar la conducta de otra persona para volverla totalmente dependiente, o supeditada a nuestras decisiones en lo más básico como es su placer? Entiendo que poner nuestro placer en manos de otra persona puede resultar excitante, el no saber cuando ni como, o puede ser algo muy íntimo el sentir que nuestra sexualidad pertenece a otra persona, como una regalo que le hacemos, pero de ahí a utilizar ese regalo como una forma de manipulación de su conducta me parece que hay un largo trecho que para mí sobrepasa los conceptos de Dominación/sumisión, y se adentran en el terreno de la ética.

Creo que, llegados a este punto, en realidad esa visión de lo que es la D/s lo que está haciendo es recrear una fantasía individual en la que somos el centro de atención y protagonistas absolutos (ya que buscamos la atención constante de la otra parte a base de presentarle un dulce caramelito que el otro desea con todas sus fuerzas, ya sea ese orgasmo solicitado, o bien esa sumisión esperada). 

En nuestras fantasías los demás son simples actores secundarios que están ahí para dar cuerpo a lo que nosotros queremos que suceda, diciendo y haciendo exactamente lo que esperamos de ellos (faltaría más que los personajes de nuestras propias fantasías hicieran algo diferente a lo esperado), y en ese intento de llevar a la realidad nuestras fantasías acabamos por confundir fantasía con realidad.