miércoles, 16 de mayo de 2012

La verdad de un sumiso - Responsabilidades

"Sé consciente de la dependencia que tú has generado en mí. No olvides que eso conlleva unas obligaciones morales que si obvias me dañará profundamente.

Cuídame, protégeme, valórame. Es la más básica responsabilidad de quien se adueña de un semejante.

Estoy ahí para tu placer, tu disfrute y tu bienestar. Nunca lo olvides. Nunca me permitas olvidarlo.

No te limites a hacerme mejorar como perro y como sumiso. El D/s es una forma maravillosamente eficaz para hacernos mejorar también como personas, inculcándonos valores extrapolables al conjunto de la vida. 

Haz de mi tu orgullo, púleme cada día, hazme cada momento a tu lado más fuerte, más puro. Perfeccióname 

Lo que se desencadena dentro de mí frente a situaciones tales como la de comer de tu mano, carentes de todo contenido sexual y rebosantes de simbolismo, es mucho más de lo que en un primer momento pude imaginar.

El eje y núcleo de la satisfacción personal de todo sumiso reside en hacer que su dominante se sienta como él desea sentirse, debiendo enfocar a esta meta todo medio y acción.

El lograr anticiparme satisfactoriamente a tus necesidades, cubriéndolas previo a su manifestación por tu parte, me hace sentir útil y único.

No necesitas disfraces, guiones, ni nada artificial más allá que tu propia naturaleza dominante. Nada me excita más, nada me impone más respeto. El resto es secundario. 

Haberte cedido libremente mi libertad es una de las libertades de las que que más he disfrutado haciendo uso en mi vida."

Estas palabras pertenecen a un joven sumiso, a su visión de la Dominación/sumisión, y me han hecho pensar en las responsabilidades que tanto unos como otros tenemos en una relación de este tipo.

Me vienen a la mente otras palabras que se repiten a menudo y de las que quizá uno no capta la profundidad de su significado: "en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, en lo bueno y en lo malo, hasta que la muerte nos separe". Quizá sea sólo una fórmula, quizá lo sean muchas de las palabras que nos decimos en una relación, y cuando me paro a pensarlas me pregunto ¿son ciertas? ¿son válidas? ¿eso es lo que quiero?

¿Existe realmente dependencia en una relación D/s?

Diría que una relación afectiva, la que sea, conlleva un cierto grado de dependencia, en el sentido de que nos importa la opinión de la persona a la que le tenemos cariño, que nos importa que nos quiera, que nos preguntamos si siendo o haciendo tal o cual cosa nos seguiría queriendo, y la sombra de la decepción aparece en algún momento u otro.

Una relación entre iguales con buena base puede resistir todas estas consideraciones y sostenerse, ocurra lo que ocurra, ya que inevitablemente las personas cambian, se producen errores y altibajos, y comprender forma parte de aceptar que cada uno, al final, tiene la libertad de ser uno mismo.

Pero una relación D/s me plantea dudas de hasta qué punto es una relación entre iguales, y me explico. Por supuesto que son dos individuos que libremente han decidido compartir un tipo de relación particular, pero precisamente esta particularidad es la que pone más acento en esas consideraciones de las que hablaba antes: no es lo mismo que mi hermana se olvide de algo que le he pedido que haga a que lo olvide mi sumiso.

La carga de dependencia en este sentido es mucho mayor, y en parte es eso lo que se busca. Ahora bien, ¿hasta que punto?¿y qué supone eso para ambas partes?

Para la parte sumisa puede parecer que la obediencia o anteponer los intereses de otra persona a los propios (hasta unos límites) es lo deseable y además es el camino fácil: si me dicen lo que tengo que hacer basta con cumplir con eso para mantener el cariño o satisfacer a mi Dominante. Por supuesto que en esto hay muchos grados, hay quien espera que el sumiso esté pendiente de cada suspiro, y hay quien no precisa de tal grado de atención. A mi me parece un concepto muy romántico, de hecho está basado en un concepto victoriano de servidumbre: el perfecto criado que se adelanta a las necesidades de su Señor. 

Se podría decir que esto crea un alto grado de dependencia, ya que cualquier error se magnifica debido a que existe esa intención de base de satisfacer a la otra persona, y en consecuencia, un error o indolencia puede interpretarse como falta de interés, y la parte sumisa intentará evitar esto a toda costa, esforzándose aún más. Pero en este caso, la dependencia es mútua, ya que la parte Dominante llega a confiar tanto en que la parte sumisa asume esa responsabilidad, que se vuelve dependiente de esas atenciones.

Lo que me parece peligroso es cuando esa dependencia natural se utiliza para hacer que la otra persona nos considere imprescindibles en su vida, de tal manera que anulemos su capacidad de reflexión y de acción más allá de nuestra manera de entender la vida. La entrega es un acto consciente y constante, cuestionable a cada momento para que sea significativa. No me sirve alguien que se acomoda en una situación, sino alguien que a cada momento elige estar en esa situación, porque le hace feliz, porque es lo que quiere, y eso requiere de un cierto grado de independencia emocional para poder evaluar la relación, sin ataduras ni obligaciones, siendo plenamente conscientes de las responsabilidades que asumimos.

¿Cuáles son entonces esas responsabilidades básicas?

Estoy de acuerdo en que una de ellas es cuidar de la otra persona, en el sentido de procurar su bienestar, y dentro del BDSM, intentar no producir un daño innecesario o irreversible, y me refiero en ambos sentidos, ya que la parte dominante también puede resultar dañada por la negligencia del sumiso.

La parte sumisa asume muchos riesgos, y emocionalmente se expone al hacer suya la voluntad de otra persona, ya que en ello hay una responsabilidad de moldearse o adaptarse a otra manera de pensar, de forma simbiótica. ¿Significa eso aceptarlo todo a pies juntillas? No lo creo, significa presuponer que la otra persona no quiere dañarnos, al contrario, pero sobretodo aceptar que estamos ante una persona, llena de verdades y contradicciones, imperfecta en cuanto cambiante, compleja en cuanto humana.

Y en base a esa misma condición, la parte Dominante tiene una responsabilidad de comprensión, de valoración del empeño que la otra persona pone en satisfacernos, de procurar una comunicación fluída y sincera, en la que se cuente todo, no porque sea inaceptable que la persona sumisa pueda tener parcelas individuales y propias, sino porque es preciso, imperativo, que en una relación en la que se enfatizan tanto los deseos, las opiniones, éstas se expresen continuamente, dejando poco margen a la adivinación y al malentendido.

No creo que podamos proteger a la otra persona más allá de nuestra intención de no causarle daño (que es diferente a causarle dolor, ya que éste puede ser buscado), y es que no es posible saber por adelantado todo lo que puede resultar dañino para otra persona, y mucho menos evitar que la vida o que otras personas lo hagan. En todo caso es una protección interna, entre los dos, en la que ambos son a la vez dadores y receptores, sabiendo que en un camino tan intenso y de evolución tan exponencial, es fácil encontrarse con situaciones en las que la otra persona sufra, pero el daño llega cuando ese sufrimiento no se acompaña de comprensión y de corrección.

¿Debe existir crecimiento en una relación D/s?

Creo que debe existir crecimiento en cualquier relación, que sin crecimiento una relación se estanca. Eso no significa estar poniéndonos a prueba constantemente, ni tampoco pasarnos el tiempo en un constante "vamos a hacer algo diferente y/o más arriesgado", pero está demostrado que el ser humano es curioso, y le gusta descubrir cosas nuevas, acerca de si mismo y del mundo que le rodea, por eso una relación, del tipo que sea, debe moverse por nuevos caminos y derroteros, saliendo de las rutinas necesarias para la convivencia, venciendo esa tendencia a buscar la seguridad de lo que ya conocemos. 

Podría parecer que el punto álgido de una relación D/s es cuando ambos están perfectamente sincronizados, cuando ya se conocen de tal manera que no hace falta casi ni hablar para que se entiendan, y aunque esto pueda parecer tremendamente bucólico, puede conducir fácilmente al aburrimiento. Y es que la fase de adaptación tiene sus tropiezos, pero también sus recompensas, mientras recorremos el mundo interior de la otra persona para llegar a conocerla.

Conocerse es una responsabilidad mútua en este caso, la añado a la lista de responsabilidades, porque sin conocerse no podemos cuidar, ni prever, ni valorar, no podemos saber qué necesita la otra persona, que sueños le motivan, que le resulta placentero ni qué le hace feliz.

Y es que las personas vamos cambiando con el tiempo, y asimismo lo hacen nuestros sueños y deseos, y es preciso actualizarse, no perder el interés, ya que es un camino que no termina, no tiene un final objetivo. Y hay quien se desanima pensando en que llegará a un punto en el que pueda ser el perfecto sumiso/Dominante, cuando eso es pura utopía: no existe la perfección, solo la evolución. 

Al final este camino resulta en un aprendizaje mútuo, y cuando se tiene una relación con alguien para quien somos especiales, para quien resultamos un mundo vasto que explorar, para quien cada uno de nuestros pensamientos y deseos resulta valioso, esa relación nos impulsa a crecer, a buscar nuevos retos que resulten en el beneficio de ambos, a mejorar y ganarnos esa consideración de ejemplo... y eso se cumple para ambos.

En este caso el ejercicio de la libertad es para ambos, no solo para el que cede, ni para el que acepta libremente esa cesión, sino que redunda en la libertad de ambos de ser y mostrarse tal cual son, sin tener que esconder lo que sienten ni como lo sienten.

Haberte cedido libremente mi libertad es una de las libertades de las que que más he disfrutado haciendo uso en mi vida.

2 comentarios:

  1. Ojalá todos los doms pasarán un ratito por las letras de aquel sumiso. Ojalá pasaran otro ratito por las tuyas. Y ojalá que quienes lo hicieran, captasen la esencia de lo que se intenta transmitir. La sola palabra "responsabilidad" es algo que muuuuchos doms no llevan dentro de vocabulario (y sumisos de igual forma eh?).

    Un placer leerte.
    Buena tarde de miércoles!

    ResponderEliminar
  2. Muy agradecida por tu comentario Sweet, y creo que tienes mucha razón, y parte de ello puede ser porque se le da más enfasis a la parte lúdica, entendiendo que, como es algo para pasarlo bien, ¿porqué voy a añadir preocupaciones a las que tengo cada día? Que yo hago esto para divertirme!! Sin darse cuenta de que puede que sí, que haya parte de juego, pero en el fondo hay mucho más, una parte afectiva, una parte adictiva, una parte transgresora que puede causar daños colaterales.

    Un besito preciosa!! Gracias por pasarte :)

    ResponderEliminar

Se agradecen los comentarios