lunes, 5 de septiembre de 2011

Análisis de Elise Sutton (1)

Me llegó la referencia a Elise Sutton desde diversos frentes, ninguno de ellos era una Dómina, todo hay que decirlo, y sus escritos, en los que plantea la Autoridad Femenina con Amor, parecen ser un referente para todo aquel que quiere comprender la sumisión y las relaciones de Dominación Femenina. Y por supuesto esto ha despertado mi curiosidad. Hasta ahora conocía de oídas sus teorías, así como lo controvertido de su verdadera identidad, de si es de realidad una mujer o un hombre, pero aparcado este prejuicio, he empezado a leer sus opiniones, y lo cierto es que coincido en muchas cosas que citaré a continuación:

<< No creo que las Mujeres sean mejores que los hombres. Lo he dicho una y otra vez: No considero que las Mujeres sean mejores o de más valía que los hombres. Sencillamente, creo que las Mujeres están mejor dotadas para dirigir el matrimonio, las relaciones de pareja y la sociedad. Los hombres tienen unas características y cualidades y las Mujeres tienen otras características y cualidades. No son iguales pero un género no es mejor que el otro. >>


<< Muchos hombres luchan interiormente al verse entre dos fuerzas antagónicas: el deseo de someterse a una Mujer y la masculinidad. Una de las malinterpretaciones más extendidas sobre el estilo de vida de la Dominación Femenina es que el hombre debe perder su masculinidad cuando se somete a una Mujer. A muchas Mujeres Dominantes les gusta dominar y controlar a un hombre masculino. Lo que a la mayoría de las Mujeres Dominantes les disgusta es un hombre machista, no un hombre masculino... Y hay una gran diferencia. A las Mujeres Dominantes les gusta despojar a un hombre de su machismo y de su ego masculino, no necesariamente de su masculinidad.>>

<< La sumisión es un deseo, pero también es una decisión. La voluntad humana será la que decida cuál de las dos fuerzas antagónicas de la personalidad acabará venciendo. Cuanto más sometido a la Mujer se está, con más fuerza crecerá el deseo de sumisión y, por tanto, más fácil será someterse.>>

<< La zona de sumisión es un estado de tranquilidad y, en cierto sentido, hipnotismo que se produce como consecuencia de la absoluta rendición de la voluntad humana. La zona de sumisión es un estado de rendición incondicional en el que el poder de la Mujer es absoluto. Es una sensación mágica en la psicología masculina que le lleva a adorar a la Mujer con todo su espíritu. Es una sensación tan poderosa como bonita. Sólo un hombre que se despoje de su voluntad ante una Mujer y acceda a la zona de sumisión puede admirar a una Mujer en la plenitud de su belleza y gloria. >>

Aquí se podría aclarar que la rendición es por propia voluntad, así que no es que se despoje de su voluntad, sinó que conscientemente decide cederla o enfocarla en otra voluntad que hace suya, como una forma de adentrarse y de simbiosis con la naturaleza femenina.


Pero también estoy en desacuerdo con otros de los conceptos que promulga:

<< Se trata de despojarlo de su voluntad y de su fuerza en tu favor gracias a tu Poder Femenino. Es un intercambio de poder. Se trata de que asuma su debilidad y reconozca que tu eres la Dominante y quien está al mando. Tu Poder Femenino y tu energía sexual lo vuelve débil en tu presencia. Por tanto, lo que te debe importar es que es débil, pero en tu presencia.>>

Quizá sea el uso de la palabra "débil" la que me hace rechinar los dientes, porque yo no considero que un hombre sumiso sea débil, en todo caso moldeable, pero no olvidemos que es por voluntad propia. Para mi es una fortaleza conocer la propia personalidad y ser consecuente con ella, buscando el equilibrio y la felicidad. No hay nada más frustrante que ir en contra de la propia naturaleza, situación que es bastante frecuente en la sociedad en la que vivimos, en la que solo ciertos patrones de comportamiento son los aceptables, tanto para hombres como para mujeres. Si entregarse fuera una cuestión de debilidad, todas las personas que dedican su vida al servicio a los demás se podrían considerar débiles, y creo que si hay ejemplos de fortaleza a todos los niveles es precisamente en esta clase de personas. Servir es domesticar el ego, flexibilizarlo,  rendirlo a un bien común, y nada tiene que ver con anular la personalidad, ni con dejar de lado nuestras necesidades. El sentimiento de servicio que surge de dentro conlleva su propia satisfacción en el acto mismo de servir, y recibe además recompensas adicionales cuando ese servicio es reconocido y valorado.

<< Empieza a concebir el sexo como algo para tu placer y adquiere la buena costumbre de ir prohibiéndole al sumiso los orgasmos. Si no se los permites y lo mantienes excitado y frustrado sexualmente la mayor parte del tiempo, estará mucho más motivado a servirte y obedecerte, se concentrará en tus necesidades y su excitación sexual será siempre alta. Necesitas controlar ese aspecto tan importante para controlarlo a él.>>

Aquí parece que el sexo se convierta en el conejito que el galgo persigue incansable, el premio cuando el sumiso se porta bien y hace todo lo que se le pide, manteniéndole el resto del tiempo "a pan y agua" para que se muera de ganas. Ese para mi es un concepto ligado a la forma en la que tradicionalmente la mujer relegada a un segundo plano conseguía rescatar una brizna de poder, mediante la negación del sexo, y sinceramente, esto lleva a la frustración, y muchas parejas y relaciones han perecido con esa estrategia. 

En mi opinión, esa práctica de la negación del orgasmo se debe realizar con plena conciencia por parte del hombre, no como una imposición en sí, sino con su propia finalidad, que para mi es doble. Por una parte, el aspecto sexual del hombre tiene una gran relevancia, y puede incluso determinar su forma de ver la vida y de actuar, y tener control sobre ese instinto le permite dominarlo en lugar de sentirse dominado por él. La frustración llega cuando el control es externo e impuesto, no interno y buscado. Personalmente prefiero que el sumiso se dé cuenta de que, con el deseo, se genera mucha energía sexual, que es la energía que potencia la creatividad, y que además estimula la producción de numerosas hormonas que contribuyen a la sensación de bienestar. Mantener ese estado de excitación permite tener a mano una gran reserva de energía, mejora el humor, y si no se racionaliza en una necesidad de eyacular, de forma natural se distribuye por todo el cuerpo, nutriéndolo. Es una sexualidad en meseta, latente, en ondas, muy parecida a la sexualidad femenina, que no busca debilitar la masculinidad, sinó fortalecer la personalidad.


Sobre Elise Sutton


4 comentarios:

  1. Confesión: reconozco que he tenido que tomar apuntes, jejeje. Y que se me ha borrado la versión anterior de este comentario... (soy un borreeeeeeego). Hay un montón de cosas interesantes que decir, pero me voy a limitar a unas cuantas... que ya soy yo bastante pesado...

    1.- El primer punto de Sutton no resulta convincente: aunque dice que hombres y mujeres son iguales, establece diferencias y todas las positivas van a parar a las mujeres. Eso equivale a decir que son mejores.
    2.- Peca de esencialismo: tal y como lo presenta Sutton, pareciera que fuera una cosa con la que se nace. No digo que factores genéticos no tengan nada que ver, pero la construcción de la identidad está determinada sobre todo por factores sociales. Este es el mismo tipo de operación que han cumplido los machismo más recalcitrantes: las mujeres son por naturaleza incapaces o solo aptas para el cuidado de la casa. Lo mismo pero al contrario.
    3.- Sutton apunta bien el tiro pero yerra el blanco: desde luego que desde que se dio la revolución de las mujeres, muchos hombres andan con un problema de identidad de género serio. Es, dicho brevemente, como si se nos pidiera al mismo tiempo ser los machos de siempre pero no como antes.
    El problema es que Sutton dice que quiere un hombre masculino, no machista, pero sin ego. ¿Un hombre sin ego es un hombre masculino? ¿Realmente quiere a alguien sin ego?
    4.- Afirma Sutton que la voluntad es lo que determina si predomina la sumisión o la decisión. Pero decisión y voluntad parecen lo mismo. Si es así, entonces no hay "rendición incondicional": aunque suene raro, uno no puede suicidar su voluntad voluntariamente, porque tal renuncia nace precisamente... de un acto de voluntad.
    5.- Como yo lo veo, es dejarte que entres tanto en mi que mi voluntad se confunda con la tuya. El aire que respiro es que el que sale de tu boca.
    6.- Lo de "débil" son como unas uñas en una pizarra... ¿Ir en contra de los estereotipos de género que nos quieren machos dominantes, reconociéndose como sumiso, es un acto de debilidad? A mi me parece justo lo contrario: hay que ser muy fuerte para aceptar eso.
    7.- Pero lo del Poder Femenino también me suena un poco mal... me recuerda a los clásicos estereotipos sobre las mujeres: brujas, santas, heroínas, malvadas, putas, etc. Esto es precisamente lo que justificaba que se dijera: "atención chicos que son peligrosas, controladlas".
    8.- Benditas palabras las tuyas respecto a la negación del orgasmo. Creo que tienes muchísima razón. Existe, dicho claramente, un caso en el que se plantea como juego, y hay no es tanto la ausencia del orgasmo lo que provoca excitación sino la prohibición misma. Pero llevado más allá de un juego, es como si alguien quisiera tener al lado a alguien que piense con el pene. Contenta Sutton... Otra cosa es lo que dices: control de los propios instintos :)
    9.- Última: me parece que tus comentarios tienen, sincera y humildemente, bastante más profundidad que los de Sutton.

    Ciao! (in realtà vorrei dire ben'altro...)
    machiavelli

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  2. machiavelli, puedo decir que tu análisis no se queda corto tampoco. En realidad el ejercicio no se trata de una crítica en sí, sinó de no aceptar como hechos lo que no son más que opiniones, y valorar hasta que punto coinciden con las nuestras, porque al final nuestro criterio es el que nos permite interpretar nuestra realidad.

    Gracias por este granito de arena elaborado y reflexivo.

    A rivederci! (ci sono parole che suonano più da vicino)

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  3. Saludos Dra. Elise Sutton:
    Tengo 40 años y a la edad de 13 años descubrí que era un hombre sumiso. El asunto fue que le hice una fresquería a la que hoy es mi mejor amiga. Estábamos en un salón de clases lleno de estudiantes y ella, sin encomendarse a nadie me dió una terrible bofetada en la parte mas sensible de la cara que es entre el ojo y la nariz. Con voz temblorosa le pregunté " que pasa ahhhh? Acto seguido y con una voz firme y segura de sí misma me respondió " pa' que aprendas a respetarme' y procedió a retirarse con la cabeza en alto porque me había impuesto respeto. Tengo que confesarte que sentí miedo porque jamás pensé que mi amiga me fuera a pegar una bofetada delante de todos mis amigos y amigas. Pasé la verguenza de mi vida además que experimentaba un riquísimo quemazón en mi cara. Desde ese momento mi amiga se convirtió en una Diosa para mí y así se lo hice saber ya que un tiempo después me arrodillé ante ella y le besé los pies. A ella le encantó que le besara los pies aunque, lamentablemente para mí, no me ha vuelto a pegar. Añoro profundamente que una mujer me pegue en la cara con todas sus fuerzas para poder adorarla chupando sus pies y su vagina, en especial cuando llega de trabajar y aún no se ha bañado. Creo firmemente que lo mejor de la vida es recibir bofetadas de mujeres y que me escupan en la cara. Siento una necesidad de rendirme a los pies de una mujer y adorarla por toda mi vida. Sé que no estoy loco. Solo que valoro demasiado a la mujer y creo firmemente que las mujeres fueron creadas para ser adoradas por nosotros los hombres. Estás de acuerdo conmigo? Me despido por ahora y con mucho respeto le digo que tiene en mí a un admirador que estaría dispuesto a recibir sus bofetones para luego adorarla como se merece. Hasta luego

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    1. Si supiera quien es Elise Sutton le haría llegar tus palabras Carlos Pérez, de momento tendrá que bastar con que dejes aquí tu testimonio de adoración hacia ella y su manera de entender la Dominación Femenina.

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Se agradecen los comentarios