lunes, 19 de diciembre de 2011

¿Existe o debería existir el cortejo en el BDSM?


Ya en su momento comenté que lo que me atrajo de este mundillo fué el trato exquisito de respeto y caballerosidad que recibía por parte de los sumisos, que me devolvía a otras épocas en las que este tipo de tratamiento era habitual, y que a mi me fascina. Para mi ese tipo de trato, más allá del respeto, puede englobarse en lo que denomino BDSM romántico, quizá con ciertos toques victorianos. Más adelante mi ilusión se tornó en sorpresa al darme cuenta de que poco se hablaba de la vertiente romántica del BDSM, a pesar de que, quien más quien menos, afirmaba andar tras la relación ideal, en la que no solo existiera un vínculo Ama-sumiso, sinó algo más, lo que se suele entender como una relación de pareja (digo "suele" porque mi manera de entender una relación de este tipo es algo diferente a lo convencionalmente aceptado como tal).

¿Porqué digo que se hablaba poco? Porque en la mayoría de las explicaciones que encontraba mientras investigaba, en los blogs y escritos, se trataba mucho el tema de la obediencia, de la dominación, de la entrega de la voluntad y del control, la adoración se refería a alguna parte corporal de la fémina, y de soslayo se hablaba de algo así como subespace, como una nebulosa en la que se podía perder el sumiso absorto en sus propias sensaciones... ¿y el afecto?¿y el amor?

A esto se sumó una situación desconcertante, y es que en mis múltiples conversaciones me daba cuenta de que todo era muy directo. Me explico: normalmente cuando se conoce a alguien nos interesa saber cómo es la persona, si nos cae bien o mal por su forma de expresarse y de entender la vida, de tratarnos, saber si tenemos afinidades o intereses comunes y qué podríamos compartir,y si además nos resulta una persona atractiva o interesante, intentamos averiguarlo todo, no solo porque resulte de interés, sinó para saber si podríamos encajar. Este proceso lleva un tiempo, y durante ese tiempo existen aproximaciones más o menos sutiles, señales que nos indican si nos gusta la otra persona o si le gustamos, hay un cierto coqueteo cuando la otra persona nos resulta atractiva, insinuaciones veladas, una cierta seducción hasta que se pone de manifiesto si existe un interés mútuo. Es lo que llamamos cortejo, y a mi me resulta muy estimulante y divertido. Y útil.

Parece que al intentar separar el BDSM de los sentimientos también se ha perdido gran parte de este arte de cortejar, o eso o nos hemos vuelto más cómodos. Repasando como nos conocimos mi sumiso y yo me doy cuenta de que existió ese proceso de una forma sutil, y que así fué como, poco a poco, me fué conquistando. Quizá sea mi manera de entender las relaciones y que ésta no tenga nada que ver con el BDSM, pero lo que había visto hasta ahora no me resulta para nada atractivo. Que alguien se te presente y después del saludo te diga en qué puede servirte, y le digas que conversando ya te ayuda, y te responda "¿sólo eso?", pues la verdad es que no te predispone para seguir con la conversación. Por otra parte existe una costumbre o norma no escrita en la que yo también piqué al principio, que consiste en el trámite de la "presentación". 

Quizá esto sea fruto de los tiempos materialistas y fast-food que vivimos, y que parezca recomendable para no perder el tiempo ni hacérselo perder a la otra persona, lo de explicar nada más presentarte todas las cosas que te gustan, con las que fantaseas o que has hecho anteriormente, incluyendo la experiencia y los datos físicos. Yo no digo que no sea práctico, pero no hay magia en que alguien te cuente su currículum, porque se pierde la fascinación de ir descubriendo que se tienen gustos afines, o fantasías compartidas. Pero iré un poco más allá, y es que después de la presentación inicial, la siguiente pregunta es "¿le intereso para ser su sumiso?", a lo que a mi siempre se me ponen los ojos como platos, ¿se supone que con esos datos soy capaz de saber como es una persona? 

Siempre decimos que lo importante son las personas, pero con este intercambio de información las convertimos en meros productos, perfiles de una página de contactos, y lo que es más, este inicio afecta al resto del desarrollo de la relación. Por ejemplo, supongamos que se diera el caso de que hubiera afinidad en gustos dentro del BDSM, eso podría ser un principio si lo único que nos interesara fuera compartir un par de horas haciendo cada cual lo que le gusta. Para mi es algo incompleto, porque no es lo mismo atar a alguien a quien no conozco y que no me dice nada, a atar a alguien con quien me une la confianza y la complicidad, por no decir la atracción mútua. Sería lo mismo que ir a una sala swinger, echar un vistazo, elegir, tener un contacto sexual y después cada cual a su casa. Pobre, muy pobre. Y que conste que no digo que no pueda resultar divertido, pero para mi sería eso solamente, diversión.

Y es que como ya he dicho muchas veces para mi el BDSM es algo más que diversión (y respeto a quien lo vea y lo viva como una simple diversión, pero no nos entenderíamos). Incluso para un rato de diversión yo necesitaría algo más, una conexión, un caerme bien, y para eso es preciso relacionarse, hablar, y compartir algo más que una lista. Y tiene que haber algo más que el puro interés por satisfacer unas fantasías sexuales, porque si es para eso, yo no comparto mi intimidad, es algo muy privado.

Siguiendo con el ejemplo, digamos que las listas coinciden, y después de una pormenorización de "a mi me gusta así o asá", el paso siguiente sería conocerse, tomando un café algunas veces, pero otras se pretende pasar directamente a la acción ("me gustaría servirla, Señora", lo que yo interpreto como necesidad de tener ya una aproximación más íntima). Normalmente en una relación se da un periodo de unos meses en el que ambos se van conociendo, cuentan aspectos de su vida, de su pasado, y se comparten situaciones cotidianas que nos dan una idea de como sería una relación continuada con esa persona. En el mundillo del BDSM parece que la vida privada es otra dimensión, la dimensión desconocida, y que todo lo que se trate debe ser alrededor del BDSM, porque lo demás se califica de "vida privada" y le atañe a cada uno. Con un poco de suerte la otra persona puede llegar a ser sincera en cuanto a su situación familiar, pero el secretismo forma parte de intentar protegerse de filtraciones o de indiscreciones que pudieran ponernos en una situación comprometida en el mundo convencional. O peor aún, ocultar la absoluta falta de interés en nada más que no sea la satisfacción de los deseos.

Pero supongamos que de forma malabarista hemos conseguido arañar algunas pistas que nos indiquen que esa persona nos cae bien y que podría funcionar en una relación, al menos D/s. Después del primer café parece que nadie se plantea otras opciones, como ir a cenar, pasear, quedar para charlar... Y es como si nos despersonalizáramos, y el siguiente encuentro ya es para "jugar", sin saber siquiera como puede reaccionar una persona ante determinados estímulos, ni siquiera si puede tener problemas de salud que puedan darnos algún susto. Y se queda unas cuantas veces. Al principio son necesarias algunas veces para al menos tantearnos, porque no todo el mundo practica igual, o juega de la misma forma, ni tiene la misma forma de dominar. Pero siguiendo con un caso optimista supongamos que después de un reajuste inicial los gustos se equiparan. Ahí empieza el periodo de bonanza, en el que ambos se divierten... hasta que llega la rutina. Y ésta llega. Por mucho que se diga que lo bonito del BDSM es la fantasía, soy de la opinión que incluso la lista se llega a agotar, y se empieza con la peligrosa escalada del "más difícil todavía" o lo que se suele denominar "progreso de la relación D/s". Esto consiste en probar cosas nuevas o añadir más intensidad a las que ya se practicaban, hasta que se llega al tope, al límite. Porque los límites existen. Y ahí se llega a la meseta... y después de la meseta ¿qué queda? ¿volvemos a empezar con la lista esta vez en orden alfabético?

En mi opinión se pierde lo más bonito, que es disfrutarse como personas, porque el mundo de las sensaciones es limitado. Y a eso contribuye el cortejo, no porque intente conquistar a la otra parte, que en parte también, sinó porque es un periodo en el que se mantienen latentes nuestros deseos sexuales, y desarrollamos otro tipo de deseos diferentes. Deseo por coincidir con la otra persona, de que nos hable o nos mire, deseo de mostrarnos, de buscar en nosotros aquello que le pueda gustar, de ver en la otra persona qué nos gusta, de valorarla, compartir lo que decubrimos, lo que vamos sintiendo, anhelar una simple caricia o una sonrisa... es una fase de sufrimiento: ¿le gusto?¿le intereso?¿podría funcionar?, pero al mismo tiempo es una fase de ilusión, donde cualquier indicio se vive con esperanza. 

Me entristece pensar que eso se pierda en aras del pragmatismo, del "yo Tarzán , tú Jane", de las matemáticas bedesemeras o la lógica que dice que "si a A le gusta X y a B le gusta X, entonces A+B = X2"... ¿no resulta esto un poco frío? Falta el calor de compartir algo más que los cuerpos o las fantasías, falta el derretirse ante cada gesto del otro, anhelar su presencia, devorar cada cada miguita en el camino que indique que al final nos espera una casita de chocolate. 

O incluso cuando todo este proceso pueda desembocar en el desencanto, en que la relación no se consolide o no exista esa conexión, me parece muy enriquecedor. No es necesario verlo como un fracaso personal, sinó de vivirlo como lo que es: el natural desarrollo de nuestra vida social, en la que a veces encontramos personas afines y a veces no, en la que a veces se consigue lo que queremos y a veces no, pero que eso no nos desmerece en absoluto como personas.

Me gusta la magia, y si puedo elegir, prefiero que exista esa magia también en el BDSM.


11 comentarios:

  1. Buenas tardes Señora, cada vez que entro en su blog y me encuentro con un pensamiento nuevo suyo, sin ánimo de parecer zalamero, más la admiro como Ama y como Mujer que sabe como transmitir pensamientos que tenemos algunas personas y que por no verlos en algún blog o por seguir la estela de la Dominación en los comentarios que se cuelgan, nos olvidamos o nos resistimos a abrir nuevos caminos, que los tenemos dentro y seguimos sabiendo que también son comportamientos de seducción, y no sólo de Dominación.
    Cada vez que hago eso, entrar en su blog, veo que Usted tiene las ideas cristalinas, como la “visionaria” de a dónde se debe dirigir el futuro de la Dominación Femenina, tocando temas que hasta el día de hoy, le juro que no he podido ver en ningún otro sitio.
    He quedado gratamente sorprendido por este pensamiento nuevo, ¿Existe o debería existir el cortejo en el BDSM? Si existe, está muy en la sombra por los pensamientos de que en estas relaciones no tiene cabida este tipo de tratamiento, sino exclusivamente la Dominación y sumisión tradicional, ¿pero a quien no le gusta ser tratado y tratar así? Yo creo que es fundamental la educación, la cortesía y el detalle para con la persona a la que dedicas tiempo en intentar hacer que sea alguien especial para ti, alguien en quien se piense no sólo por ser la portadora del látigo y la poseedora de tu sumisión, sino de los sentimientos que hace nacer en el sumiso las ganas de disfrutar por el mero hecho de verla, y poder dispensarle ese trato, que no se debe de catalogar de machismo como quieren vendernos hoy día. Tanto a los que nos gusta entregar ese tratamiento, como a las que les gusta recibirlo, pues, si en las relaciones convencionales es un punto a favor, en este maravilloso mundo es un acicate más para profundizar, y que servir no sea sólo eso, sino tener la complicidad y saber que se hacen las cosas bien, y como en cualquier pareja tiene esa compenetración de la mejor manera y desde un punto, por qué no decirlo, más romántico. Mi visión de la Dominación Femenina, es también eso que Usted decía con tanto acierto anteriormente, “…que no sólo existiera un vínculo Ama-sumiso, sino algo más”, y para mi ese; algo más, no es otra cosa en el cortejo del BDSM, que estar atento de lo que pueda necesitar para intentar hacer más gratificante el tiempo que esté con la persona entregada, al igual de estar dispuesto a cada necesidad de la persona que se pretende. También eso de cederle el paso, abrirle la puerta, ayudarle a levantarse de un banco, del césped, y aún más, preguntarle que tal ha pasado el día, como se encuentra o que le pasa, o por qué no, esa mirada en un momento de complicidad al recibirla, que te hace estremecer y permanecer enhiesto ante ella, la persona que genera todos esos sentidos en mayúscula, que hacen que te recorra todo el cuerpo como un rayo por la espina dorsal. Ese algo más al que Usted se refiere, y que yo leo, no es sólo porque la Mujer a la que se le dedica ese comportamiento sea la que detenta la parte Dominante, sino que haga que de mi salga ese sentimiento de hacer que se sienta más cómoda a mi lado, la cual se le trata no sólo como a una Dómina, sino como a una Señora.
    Este tema que ha tocado se acerca muchísimo a mí, y he escrito en algún lugar en el que me defino como una persona clásica, pero sin renunciar al presente, y que doy por hecho todo lo que Usted escribe en referencia a este pensamiento, no todo es llegar, presentarse y comenzar una sesión de Dominación, porque el amor, el afecto y el cariño existe por el hecho de ser personas, porque en cualquier relación se valora, creo, más esos pequeños retazos de detalles, de atención y entrega que se anclan más profundamente, incluso más que los pomposos.

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  2. Me alegra saber que mis reflexiones te parecen acertadas Sacher Masoch, y es verdad que tengo las ideas claras sobre algunas cosas, y cuando no las tengo claras me hago mil preguntas. Para mi el mundo del BDSM es relativamente nuevo, y no pretendo cuestionarlo, pero sí ofrecer una visión complementaria que puede resultar enriquecedora. Aún me siguen sorprendiendo algunas tendencias, normas no escritas y actitudes que veo en el mundillo, y como mujer curiosa me planteo el porqué de lo que veo. Y tienes razón, o al menos estoy de acuerdo, en que el amor, el afecto, el cariño, exsten por el hecho de ser personas, y que pretender lo contrario es despersonalizar un tipo de relación que se podría decir que es de las más auténticas que existen. Gracias por tu opinión :)

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  3. Buenas noches Señora, gracias por darme su parecer respecto al comentario, no es que sus reflexiones me parezcan acertadas, sino certeras, clavadas. Como a dicho Usted, el mundo del BDSM, que yo prefiero llamar de la Domninación Femenina, para mí es más sutil y te hace entrar como en trance, más que nuevo, es un mundo vivo en el que se camina hacia la satisfacción personal y busqueda de nuevas metas. Yo, como persona de corte clásico que soy, prefiero quedarme en lo más tradicional de todo esto, respetando profundamente las nuevas incursiones o actulizaciones, porque pienso que si se busca demasiado teniendo algo muy satisfactório, se puede perder, o por lo menos dejar de saborear las sensaciones que aporta lo conocido. Por ejemplo, dónde esté la Catedral de León, que se me quiten las nuevas edificaciones modernas que se hacen, son impersonales. En esto opino lo mismo, dónde esté un Ama con un "simple" traje de Dómina o una falda vaquera, que se me quiten todas esas Amas que se ponen caretas parecidas a las que hay contra el humo. Posiblemente haya nacido en una época equivocada respecto a ciertos gustos, pero permítame volar con la imaginación a lugares palciegos con Mujeres de época y hombres que hacen lo imposible por que éstas estén lo más cómodas posible en columpios colgados de árboles entre vegetación exuberante, a la vez que erótico y sensual de estilo inglés, empujadas por esos mismos hombres para hacerlas pasar unrato agradable, como en el cuadro de Fragonard, "El Colúmpio".
    Perdón por salirme del tema Señora, ya me despido, buenas noches y como siempre, gracias.

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  4. "MI SUMISO Y YO.."


    La verdad es que dice tantas y tan interesantes cosas que como no me apetece mucho escribir,lo único que se me ocurre decir Señora Alyna,es que veo Amas por todas partes-no sé si será mi imaginación-,pero cazar,no las cazo ni con la escopeta en la mano.

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  5. Es verdad que se pasa un poco canutas cuando estas en la fase de cortejo, te dan las mariposillas en el estomago, y no paras de mirar el movil, el correo.... para ver si tienes noticias de esa persona especial. Pero es una fase que hay que pasar para vivir la mágia de la seducción, y además, ¿y lo bonito que es cuando te dan las miguitas que te conduce a la casita de chocolate?. La buena cocina se hace a fuego lento, aunque a veces la impaciencia por comer antes de tiempo te tiente.
    Las palabras , las miradas, los gestos, los tiempos, las acciones.... todo eso puede decir mucho más que un simple cuestionario.
    Ah, y otra cosa más, a mi también me encanta la galantería y siempre he soñado con mujeres que disfrutaran de ello, que no nos quiten la mágia y el romanticismo.

    Siempre es un placer leerla Ama Alyna.

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  6. Sacher Masoch, me temo que yo también soy de las clásicas, de las de la sutileza, de las de la galantería, como dice chatman, y del coqueteo, por eso me entristece ver cuando eso se va perdiendo, o cuando los sumisos hacen las cosas no porque las sientan, sinó porque es lo que toca.

    Espero que no desaprezcan nunca la magia y el romanticismo chatman, y no hacen falta grandes gestos, sino grandes intenciones.

    Y espartaco... me temo que quienes cazan son ellas, no tú... quizá aprovechando la Navidad, unas orejitas de reno... ;)

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  7. "no hacen falta grandes gestos, sino grandes intenciones."

    Me parece una frase muy interesante y muy bonita a la que le voy a sacar un poco de punta :-).
    Ama Alyna, si detrás de los grandes gestos no hay grandes intenciones entonces yo diría que lo que hay en realidad son grandes artimañas ¿no?.
    Y bueno, los gestos mejor que sean elegantes y no extramboticos que no se trata de incomodar a la dama que se corteja.... que no por extramboticos son más grandes....
    Ah, y prometo no sacar punta a cada una de sus frases Ama Alyna que sino no acabamos nunca jajaja.

    Un placer siempre leerla Ama Alyna.

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  8. Hola Señora, dicen que dónde ha habido fuego, siempre quedan rescoldos. Esos rescoldos son los que quizá, algún día las Dóminas que no creen en ese tipo de ver la Dominación, vean la luz, así como los sumisos que lo único que buscan es estar arrodillados y recibir latigazos.
    Éstos últimos lo tienen más fácil, en el momento en que las Dóminas les empiecen a hacer ver otro tipo de Dominación, que está ahí para quien la quiera descubrir.

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  9. No te das una idea de como coincido con vos Alyna.. La fase del cortejo o el conocerse, es muy importante y enriquecedora.. se aprende mucho del otro.. y, si el otro se interesa, aprende mucho de vos. Pero realmente se han perdido un poco los "códigos", creo yo.. Si soy sincera, mas de un vez me veo apabullada por la insistencia de los sumis.. no porque yo sea "oh, la Dómina" (que no es así porque soy novata y no me siento de ese modo) sino porque a mi me gusta conocer gente.. y es difícil de lograr si están tratando de "tirarte los perros" cada dos palabras.. Se ha perdido la magia y el interés por el otro como persona y es algo que advierto tanto del lado Dom como del lado sumi... Saludos y espero no te moleste mi levísima reflexión.

    ROMA

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    1. Bienvenida ROMA, me parece una acertada reflexión la tuya, ese es uno de los principales problemas: la despersonalización, y creo que proviene de que la mayoría lo que busca es hacer realidad sus fantasías, tal y como las ha imaginado, lo que requiere que los demás participantes se ajusten a sus personajes y dejen de ser personas.

      En el momento en el que uno despierta del sueño y es capaz de ver la realidad, y aceptar a las personas más allá de sus personajes, es cuando yo creo que empieza a vivirse plenamente esta particular manera de entender las relaciones.

      Muchas gracias por tu interesante aportación :).

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