martes, 26 de julio de 2011

Fantasias y Sardax

"El destino de los esclavos numidas había sido, desde tiempo inmemorial, estar al servicio de la diosa Isis, y al de sus sacerdotisas, que practicaban en secreto las artes de la subyugación, más allá de la esclavitud forzada a la que se veían sometidos, cayendo en un estado de adoración por una diosa que les era totalmente ajena, pero que se convertía en el centro de su vida y el motivo de su aliento. Ninguno de ellos hizo nunca el menor intento por escapar, incluso teniendo ocasión para ello, tal era el grado de pertenencia y de asimilación, que cualquiera de ellos hubiera dado su vida con gusto si cualquiera de sus sacerdotisas así lo hubiera ordenado..."
 "Durante los largos periodos en los que se veía obligada a permanecer en la plantación, siempre encontró la manera de distraerse, y de conseguir que las horas transcurrieran plácidamente. Encontraba un especial placer en atormentar a la servidumbre, que por temor a castigos aun peores, se sometía a sus caprichos y juegos, en los que solía participar alguna de sus amistades. Poco a poco el rumor se había ido extendiendo por la caprichosa sociedad que ella alternaba, y recibía peticiones de caballeros que se ofrecían a acompañarla en su periodo estival..."

"Como capitana de la nave no podía permitir que se originara un motín entre la tripulación por las ideas insurrectas de uno de sus marineros, así que decidió dar un castigo ejemplar, uno que no olvidaran fácilmente aquellos que tuvieran en mente seguirle, y le hizo atar en la cubierta principal. Desnudó su cuerpo y lo contempló largamente, acariciando su piel, marcando con sus uñas el recorrido que iba a seguir con su látigo, encontrando una cierta satisfacción en doblegar aquella voluntad a la suya, aunque ello significara encerrarle en la bodega durante el resto del viaje, un viaje largo y tedioso hacia las Costas de Nueva Guinea, con mucho tiempo para someter lenta e inexorablemente su cuerpo, y finalmente su mente..."
 "Durante los años de su relación siempre había notado en él una caballerosidad extrema que la había conquistado, y que con el tiempo se había ido acentuando, hasta el punto de haberle pedido si podía hacerse cargo de dejar limpia su ropa interior, si podía ocuparse de la cocina, de servirle la comida, de prepararle el baño, hasta que finalmente, aquella tarde de verano, ataviado con un pequeño taparrabos le pidió ser un mueble más para ella, sostener sus pies, sentir su peso igual que sentía su impactante presencia en su vida..."

"Su personalidad extravagante era ampliamente conocida en sus círculos más íntimos, pero últimamente se estaba convirtiendo en el centro de atención de los titulares de los periódicos locales al aparecer en público acompañada de una mascota humana, con su correa y su collar, totalmente desnudo y comportándose como si de un animal se tratara. Las primeras reacciones no se hicieron esperar y las críticas surgían desde todos los ámbitos, pero ella era inmune a las habladurías. Cuando la policía la detuvo se limitó a contestar ante sus acusaciones "pregúntenle a él si lo hace contra su voluntad, si no es así, es libre de hacer lo que quiera". Una vez superado el asombro inicial, las autoridades únicamente pudieron multarla por escándalo público, multa que pagó con gusto y siguió pagando, por el puro placer de captar las expresiones de sorpresa, desagrado, curiosidad e incluso complicidad de las personas con las que se cruzaba..."

 "Ella era la encargada de cuidar de los cautivos, mantenerles con vida, antes de decidir si se quedarían al servicio de la tribu o serían intercambiados por mercancías. A pesar de las duras condiciones en las que sobrevivían, ella sabía que su presencia provocaba en ellos un estado de ansiedad que ella disfrutaba. De vez en cuando incluso se acercaba a las jaulas para que pudieran olerla, su perfume de hembra, su sudor, y si se sentía generosa, incluso les dejaba lamer su piel..."


2 comentarios:

  1. ...estos relatos de las ilustraciones...son deliciosos...calientes..escitantes...;)

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  2. un verdadero deleite como siempre leerle. Gracies, Senyora...
    A les Vostres Peus...

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