miércoles, 17 de octubre de 2012

24/7 The passion of life

24/7 The passion of Life es una película alemana del año 2005, en la que el BDSM y el mundo liberal sirven de telón de fondo para hablar de la soledad, de los deseos ocultos, de la doble moral de la sociedad, de que al final nos pasamos 24 horas al día, 7 días a la semana, a solas con nosotros mismos y nuestros deseos. Es un guiño a la reflexión, con diálogos llenos de contenido y situaciones de una belleza poética.

Este cruce de historias entre las dos protagonistas, el dúo clásico de una morena y una rubia, nos permite adentrarnos en la vida de Magdalena, una socióloga que como Ama profesional, Lady María, está realizando una tesis doctoral sobre el mundo del BDSM a través de las personas que la visitan en su estudio; y en la vida de Eve, hija de un hotelero que está buscando su individualidad lejos del negocio familiar, y su identidad sexual después de conocer el curioso estilo de vida de Magdalena (Lady María).


La película propone una ecuación difícil de asumir pero no por ello menos digna de estudio, entre sexualidad, religión y sadomasoquismo. La película desarrolla este triunvirato y lo lleva tan lejos como hasta la elección de la música, los nombres de los actores principales (no es casualidad que Lady María sea el nombre elegido como Dómina por Magdalena, la socióloga, y que la otra protagonista se llame Eva), la larga sesión en la que se pretende reproducir los dolores de la agonía de Cristo, etc.

Para algunos, se trataría de sustituir la espiritualidad religiosa por la sadomasoquista. Para otros, la permanente provocación a los estamentos religiosos pretende simbolizar la búsqueda de la libertad individual a través de la entrega absoluta al “otro”, y a través de la ruptura con todos los valores establecidos, tomando la religión como referencia más sólida en el tiempo. (WTP international)




Los personajes que aparecen se debaten entre su doble vida, lo aceptable e inaceptable, su propia necesidad de expresarse sexualmente, la culpa y la vergüenza, la soledad vivida en grupo, la religión y su influencia sobre los deseos sexuales, la libertad de ser uno mismo, la ocultación a ojos de la sociedad de esta forma de vida, la profundidad de sentimientos que acompañan a la liberación y aceptación, la espiritualidad que surge de las pasiones de la vida.


Frases interesantes

"Sin la bestia que llevamos dentro, somos ángeles castrados."
"Cuando un hombre está dentro de una mujer está más cerca de Dios de lo que estaría en una iglesia."
"Creía que un estudio SM sería diferente. Un sótano desordenado, sucio, con cadenas oxidadas colgando de las paredes."
"El deseo de experimentar todo está inevitablemente asociado a entregarlo todo."
"La libertad en una sociedad se puede medir por su censura."
"Ser lujurioso como una forma de salvación. La combinación de Eros y Religión es la búsqueda de lo perdido."
"Alguien que no ha definido su propia sexualidad no es una personalidad independiente. La sexualidad es identidad."
"La sexualidad es una necesidad humana primitiva. Quien vive acorde a su sexualidad no está atrapado en formalismos sociales, es libre."
"¿Acaso no vivimos todos en un mundo irreal construido por nosotros mismos?"
" ¿Cuáles son los mandamientos? Primero: Debes vivir tu lujuria y no debes seguir lo que otros piensen. Segundo: Debes entregarte por placer, porque el que se somete con placer y por propio deseo está más emancipado que un gobernante que ordena sin entusiasmo. Tercero: Debes vivir tu lujuria cada día como si hoy fuese el único día."
" La vergüenza es solo miedo de ti mismo."
"- Lo que hacemos en el estudio, ¿crees que es enfermizo?. 
 - No, tan solo una parte de ti mismo. Si no la aceptas y la vives te perseguirá. Día tras día.
 - Algunos piensan que es enfermizo y perverso.
 - Mira, la sociedad quiere personas estándares. Obedecen con más facilidad. Pero, ¿pueden ser estandarizadas las emociones?¿Quién establece esas normas?¿Quién vive nuestras vidas? La mayoría de las personas simplemente existen, pero no están vivas. !Vive TU vida!"






La película se puede ver aquí, y bajarse los subtítulos en español aquí

lunes, 3 de septiembre de 2012

Cb (chastity belt o cinturón de castidad)

Hace tiempo que no escribo nada en este blog. La causa no es que esté un poco cansado de cierto tipo de gente que navega por estos mundos del Bdsm, ni que no tuviera nada que decir, o que estuviéramos más en un periodo de vivencias en las que hay que dejar pasar un poco de tiempo para poder transmitir a los otros. La causa es que nos hemos ido a una isla desierta del pacífico sur y, claro, el wifi cogía un poco mal.

La idea de comprar un Cb fue mía. Alguna vez lo habíamos comentado porque la idea me atraía mucho. Hasta tal punto de pasarme las suficientes horas para conocer los diferentes modelos disponibles, con sus ventajas y desventajas. Luego la idea desaparecía por alguna semana pero, poco después, volvía a asaltar mi mente.

A mi Señora Alyna al principio la idea no Le hacía demasiada gracia. Casi ninguna. Supongo que a base de comentar la idea se fue persuadiendo poco a poco. Pero claro, la pregunta fundamental era el por qué, para qué queremos nosotros un aparatito de ese tipo. La pregunta en nuestro caso supongo que tiene más sentido porque yo, pese a que nos pasamos en ocasiones semanas sin vernos, no me toco desde que nos conocimos sin su permiso. ¿Para qué entonces un Cb?

La pregunta tenía, y supongo que tiene para muchos, dos respuestas.

La primera es sin duda de tipo físico o mecánico: la sensación de cuando se tiene una erección sentir el miembro aprisionado, o imposibilitar la erección completa. Y, efectivamente, se trata de una sensación particular. El modelo que compramos – una variante del Birdlocked – es de silicona blanda, que tiene un tacto agradable por dentro, que permite apretarlo y estrujarlo. Sensación... no sé muy bien que palabra utilizar... pero sin duda positiva.

Y después está la respuesta dos: la complicada. La cuento en dos partes: el antes y el después. Lo que me imaginaba y nos imaginábamos, y cómo se han dado las cosas después.

El antes

1.- Entrega: es como ponerle la guinda al pastel. Yo no es que no me toque porque mi Ama no quiere que lo haga. Es que no quiero hacerlo sin Su permiso. Me parece que la diferencia es notable. Pero, claro, desde ese punto de vista parecía como completamente innecesario. Sin embargo, yo intuía que podía dar un algo más, como hacerse más presente.

2.- Humillación: quien haya leído anteriormente este blog sabrá que nos llevamos un poco a puñetazos con la palabra. Pero claro, cuando el río suena agua lleva. Y del mismo modo que nos produce cierto rechazo también nos atrae, probablemente en la misma medida. La idea es que sentir el Cb debería tener un efecto en el que mi sexo – en ambos sentidos: órgano y vida sexual – se convierte casi en un estorbo, incluso para mí. Dejar de ser una parte de un mismo, y convertirse en algo menos. Aquí el sentido de privación, de impedimento, hacía su Agosto.

3.- El efecto doble A (de Ama Alyna): a decir verdad, en las semanas precedentes a la compra habíamos encontrado una especie de Cb casero. Muy, pero que muy rudimentario, pero que cumplía una cierta función. Y descubrimos que mi pene y mi sexualidad se convertían en irrelevantes. Algo de lo que mi Ama y yo mismo podíamos dejar de preocuparnos. Tan es así que lo que produjo es que mi Señora se encontrara más cómoda, haciendo mucho más presente Su lado dominante (¡Sí! ¡Sorpresa! ¡No se comporta como una super-Dómina 24 horas al día!). Mucho más despreocupada, más tranquila y satisfecha.

Es algo parecido a cuando ella coge uno de los gatos (flogger): al principio mucho cuidado porque al no estar caliente la piel se puede hacer bastante daño dando no demasiado fuerte. Pero cuando la cosa avanza, ella lo disfruta más pues puede entregarse en cuerpo y alma, y con menor preocupación, en lo que está haciendo. El Cb estaba consiguiendo un efecto parecido.

Y el después

Con eso de haberlo pedido a un vendedor en china y estar preocupado por cuanto tiempo tardaría en llegar, no me cortaba y miraba la página cada dos por tres. Ansiedad creo que es decir poco y, como tenía la excusa perfecta, lo miraba sin pudor. Y llegó. Y lo probamos. Y supongo que lo seguimos probando. A ratos: al principio lo lleve sólo alguna hora. Después pasamos a que lo llevaría casi un día entero. Y ahora estamos pensando en periodos más largo. Y yo sinceramente me muero porque me lo ponga. Supongo que algunos pensaran que me falta un jugador en el medio del campo, pero voy a tratar de explicar por qué, a lo mejor, la cosa es que estoy jugando con 12 :).

1.- Entrega: efectivamente ha sido la guinda del pastel. O a lo mejor habría que decir la cobertura de chocolate del pastel. Es como si ahora no quisiera correrme sin Su permiso: es que quiero hacerlo solo cuando me lo pida o me lo ordene mi Señora. Es la entrega de cualquier sensación de tipo erótico o sexual. Es como si esta barrera lo hiciera todo más puro. Es, en cierto sentido, como si La quisiera más intensamente.

2.- Humillación: yo no pido. Me cuesta. Rogar ya es casi un tabú. La mente humana es un misterio, y la mía uno grande: lo mismo que me imaginé miles de cosas, no me imaginé supongo que una de las más obvias. A saber: que mi Ama se divirtiera un montón conmigo, con mi cuerpo, haciéndome experimentar sensaciones que, con el Cb puesto, se elevan a la enésima potencia. Como el efecto doble A.

No estar un poco excitado... rogar, morirme, ver Su sonrisa tremendamente maliciosa disfrutar de mi estado. Excitarme solo con pensarlo o recordarlo. Imaginarme mi propia cara casi desencajada. Pero no es solo, ni principalmente, el sufrimiento que todo aquello podía producirme sino la sensación de ser su juguetito, pero con un grado de (¿)maldad(?) que pocas veces había visto en Sus ojos. Perdón por la comparación pero me sentí como las moscas con las que juegan los niños: no sólo a Su merced sino también siendo considerado como poco más que una diversión.

3.- El efecto doble A (a la enésima potencia): Sus ojos, Su sonrisa, Su forma de expresarse y hasta el propio tono de voz. Todo ha cambiado. No mi percepción de ellos, que seguro, sino que reconozco nuevas formas de expresarse y de dirigirse hacia mi. Sin ningún titubeo. Como si se hubiera acomodado en el Olimpo. Completamente despreocupada de mi: no que le dé igual lo que me pase pero poniendo de manera neta y clara Sus preferencias, dando por hecho que yo las satisfaría a la menor brevedad.

4.- Presencia: supongo que puede ser hasta inapropiado contarlo pero yo, de pequeño, me dormía con la mano en mi sexo muy frecuentemente. Para mi no es algo obsceno ni necesariamente sexual ni erótico tocarme el sexo. Bueno, eso en mi caso pero, más en general, actos como ir a orinar, ponerse unos pantalones, cruzar las piernas o sentarse con ellas abiertas, son actividades normales y cotidianas sin importancia... hasta que llevas un Cb. No es que sea incómodo, o no demasiado, aunque eso cambia dependiendo del modelo.

Pero el Cb, siempre ahí, siempre presente, te recuerda por qué haces lo que estás haciendo. Es parecido a esa dulce sensación que experimento cuando mi Ama me pone el collar, o cuando jugueteó con mi dedo en su anilla. Un escalofrío que recorre la espalda, que hace que desee intensamente estar entre sus brazos, entre sus piernas.

5.- El placer de dar placer: ¿qué pasa si el propio placer no se convierte en secundario sino que desaparece completamente de la escena? Pónganse el cinturón (o en este caso, el Cb) que despegamos. Como si la imaginación se disparara, todo se sintiera mucho más, y uno dedicara cuerpo y alma (literalmente) a dar placer al otro. Con una nueva dimensión o matiz.

Tres detalles y precauciones:

1.- Manchitas moradas: El Cb que compramos trae tres anillas, de diferentes tamaños. El grande no era el mío, y dudábamos entre el mediano y el pequeño. Probando con el pequeño, hice un poco de fuerza presionando el pene, no recuerdo bien si llevaba las uñas demasiado largar... pero el resultado fueron unas manchitas moradas. Es decir, unos moratones. Lo quitamos enseguida y en unos días las manchas desaparecieron.

No os asustéis demasiado si os pasa: se quita el Cb, cremita, y se mete en la cajita hasta la semana que viene. Eso sí, lo mío fueron pequeños puntitos, no un morado generalizado (en ese caso yo me iría de inmediato al médico). Y si la cosa no desaparece, al médico, claro. Pero no os asustéis, como hice yo, que pensaba que se me iba a gangrenar y caer al suelo como quien pierde una moneda.

2.- Colocar bien: parece una perogrullada, pero el Cb hay que colocarlo bien para que no haga daño. Y a veces no se consigue a la primera. Si no lo conseguís a la primera y comienza a haceros daño, se quita y se vuelve a poner. Y si no, se vuelve a guardar en la cajita. Que jugar mola mucho pero estos son juegos serios, que entrañan algo de peligro.

3.- Spanking: ojo... en el modelo que compramos nosotros los testículos quedan ligeramente aprisionados, y la sensación de un golpe ahí – fusta, látigo, o la mano – se multiplica. Habrá a quien le guste, pero no sé si sea una buena idea porque hay puntos que ya están bajo una cierta, aunque no muy grande, presión. Precaución...

machi{AmAly}

Pd: estoy deseando que me lo ponga otra vez.

domingo, 19 de agosto de 2012

Con las manos en el látex

Y entre esas cosas con las que nos entretenemos, esta vez hemos querido aprender a manejar el látex casi desde sus inicios (látex líquido), preparando las planchas y al final consiguiendo estos látigos de diferentes longitudes y diseños, todos artesanos.


jueves, 19 de julio de 2012

Fantasía de sometimiento

Igual que no es lo mismo dormirse al instante que dormirse en el acto (o durante el acto...), tampoco se pueden comparar sumisión y sometimiento, al menos tal como yo los entiendo. Creo que tratamos conceptos e ideas diferentes y que el "sometimiento" dentro de este mundillo se refiere en realidad a una mera fantasía, en cambio detrás de la sumisión puede haber una fantasía para algunos pero para otros es una forma de entender las relaciones que se vive de una forma muy real.

Significado de Sometimiento
sometimiento
m. Acción y resultado de someter o someterse:
      no le obedecían por convicción,sino por sometimiento.

someter 
   1. tr. Sujetar a dominio o autoridad a una o más personas:
       el ejército conquistador sometió al pueblo. 
   2. Subordinar la voluntad o el juicio a los de otra persona. 
       se ha sometido completamente a su marido.

Aunque no figure en las definiciones, en los ejemplos se aprecia un matiz de imposición, de obligación, de pérdida de la libertad para decidir, pero no por propia voluntad, sino por la fuerza o por coacción. Frente a una figura de autoridad aceptamos su mandato aunque vaya en contra de nuestro deseo o intención, simplemente porque tememos el castigo si no lo hacemos. Las personas realmente sometidas suelen tener a la larga síntomas de estrés, baja autoestima, inseguridad, ansiedad, anulación de los deseos y de la voluntad, y miedo.

En el momento en el que estamos de acuerdo, o tenemos el mismo punto de vista o deseo, ya no podemos hablar de sometimiento, sino de aceptación, se trata entonces de una colaboración, no de una obediencia por temor.Este sería el caso de la Fantasía del sometimiento, en la que ambos participan voluntariamente y de mutuo acuerdo en una representación con una finalidad última de tipo sexual (producir excitación).

"Busco Ama estricta y severa que me someta"

Cuando leo este tipo de peticiones no puedo evitar sonreir, ya que existe una pequeña contradicción de base en lo que se está planteando. Para empezar el deseo nace de la parte que ha de ser "sometida" no de la parte que supuestamente tiene el poder o la autoridad. Además de que ya se está marcando una pauta de como debe ser ese "sometimiento": estricto y severo.

Yo entiendo que hay fantasías, como ésta que no deja de ser una fantasía de rol, en las que rozar una situación de riesgo, de peligro, resulta de por si excitante (no hay que menospreciar el poder de la adrenalina), y por eso se pide que la fantasía se realice de una forma lo más "realista" posible. Pero al mismo tiempo se debe mantener la idea de base de que es puramente con un fin de disfrute sexual, y que si se sale de ese contexto entonces ya no interesa.

¿Quién no ha fantaseado alguna vez con tener/ser un esclavo encadenado, privado de lo más básico como ser humano? De ahí surgen muchos roles, como el de salvador, el de justiciero, el de torturador, el de negociador, etc... Esa supuesta resistencia del preso estimula nuestra inteligencia para conseguir "quebrar" su voluntad y que se rinda a nuestras manos, deseos o encantos.... y mientras todo se trata de un juego, puede ser muy divertido intentar encontrar "los puntos débiles" de la otra persona, hasta que se "doblega" a nuestros caprichos.

Si esto no fuera un juego, sería un proceso de tortura (hablaré en otra entrada de la Fantasía de la tortura), y los puntos débiles atacados lo que conseguirían sería hundir la dignidad, la autoestima, el propio respeto, hasta conseguir que la otra persona fuera la sombra de si misma, apenas carne y hueso que reacciona por temor a los castigos físicos y psicológicos... y eso no me resulta excitante, sino escalofriante.

Por supuesto que para mi esto no tiene nada que ver con la sumisión, en todo caso, y solo como fantasía, tendría que ver con otras tantas fantasías de rol que pueden llegar a compartirse en una relación D/s, siempre que no se pierda de vista que es un juego, y no se pretenda realmente quebrar la voluntad de nadie (y no digo esto porque sí, sino que he visto por ahí comentarios de quien piensa realmente que la educación de un sumiso pasa por quebrar su voluntad, concepto que se me escapa cuando hablamos de alguien que voluntariamente desea estar contigo, no entiendo qué voluntad hay que quebrar...). 

Las consecuencias y secuelas físicas y psicológicas de un mal entendimiento de esta fantasía pueden ser importantes, incluso catastróficas, como todo lo que se refiere a intentar manipular la psique o la voluntad de alguien, y mostraría una falta total de respeto por la otra persona. Por eso considero imprescindible que cuando comentamos con alguien nuestra fantasía de sentirnos sometidos se especifique a qué nos referimos, nos dejemos de retóricas fantasiosas y llamemos a las cosas por su nombre, no vaya a ser que nos topemos con alguien que nada tenga que ver con la D/s, y nos tome al pie de la letra.

jueves, 5 de julio de 2012

Personajes del BDSM: Pigmalión

En un entorno en el que hay mucho de simbología y de estereotipo, no es de extrañar que entre las formas que adopta la D/s se encuentren algunos modelos o mitos que no le son extrañamente ajenos. Uno de esos mitos es Pigmalión, del que existen muchas versiones.

El mito

Existen varias versiones del origen de este mito, en las que interviene Afrodita, la diosa del amor, el deseo, la lujuria y la sexualidad.

Una de ellas cuenta que Pigmalión fue un rey de Chipre, que buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la que casarse. Pero, con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar. Una de ellas, Galatea, era tan bella que Pigmalión se enamoró de ella. Mediante la intervención de Afrodita, Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida.

En otra versión, Pigmalión era un escultor que no había hallado mujer alguna digna de su amor. Afrodita se apiadó de él y decidió enseñarle las maravillas del amor. Un día, Pigmalión fue inspirado por un sueño de Afrodita para fabricar una mujer de marfil semejante a ella, a la que llamó Galatea. Pigmalión se enamoró de la estatua y decidió que no podría vivir sin ella. Rezó a Afrodita, quien llevó a cabo la última parte de su plan infundiendo vida a la exquisita escultura. Pigmalión amó a Galatea y pronto estuvieron casados.

Otra versión de este mito cuenta que las mujeres de la ciudad en la que Pigmalión vivía se enfadaron porque no se hubiera casado, y pidieron a Afrodita que le obligase. Afrodita aceptó y fue esa misma noche a ver a Pigmalión, pidiéndole que eligiese una mujer con la que casarse y adviertiéndole de que si no, lo haría ella en su lugar. No queriendo casarse, Pigmalión le suplicó más tiempo, pidiéndole que le permitiese hacer una escultura de Afrodita antes de que tuviese que elegir novia. Halagada, aceptó.

Pigmalión empleó mucho tiempo haciendo pequeñas esculturas de arcilla de la diosa, afirmando que era necesario para poder elegir la pose adecuada. Cuando comenzó a hacer la escultura real, quedó sorprendido al descubrir que quería terminarla, incluso sabiendo que tendría que casarse con alguien al hacerlo. La razón de esto era que se había enamorado de la escultura. Cuanto más trabajaba en ella, más la cambiaba, hasta que no se pareció a Afrodita en nada.

En el mismo momento en que Pigmalión se separó de la escultura terminada, Afrodita apareció y le dijo que eligiera a su novia. Pigmalión eligió la estatua, a lo que Afrodita respondió que no podía ser, pidiéndole que eligiese otra. Pigmalión abrazó la estatua, y pidió a Afrodita que le transformase en estatua para así poder estar con ella. Afrodita se apiadó de él y en vez de esto infundió vida a la estatua.

Más allá del mito

El trasfondo de este personaje no es otro que la búsqueda de la perfección, en algunos casos como reflejo de la que se cree propia, y en otros porque nada de lo que existe nos satisface. Esa búsqueda de la perfección es solitaria porque nos aleja de la gente real para perdernos en un ideal onírico. 

En algunos casos esta búsqueda de la perfección se enmascara de una buena intención: la de mejorar a la persona, la de hacerla mejor, y este deseo por si mismo no sería malo si no fuera que adolece de dos defectos: ¿qué vía se sigue para conseguir esa perfección? y ¿cómo sabemos que la persona se convierte en algo mejor?

La vía de la perfección

Todos influímos unos sobre otros, de esa manera aprendemos, tomando a los demás como referentes de lo que queremos y de lo que no queremos ser, y nuestra personalidad se va formando con los años y con las vivencias, con las alegrías y con las decepciones.

Lo que aquí comento puede enmarcarse dentro de una relación D/s o no, por supuesto, aunque en el primer caso hay un elemento de autoridad no discutida que hace que se produzca con mayor frecuencia. En el marco de una relación D/s, esa influencia puede ser directa o indirecta. Es directa cuando la parte dominante pretende conscientemente ese cambio, y para ello recurre a los mecanismos a su alcance, e indirecta cuando los cambios se producen sin que ninguna de las partes se dé cuenta de ello. 

Influencia directa o el Efecto Pigmalión

Es muy frecuente en la D/s encontrarse con los siguientes planteamientos: "moldéeme a su gusto", o bien, "haré de ti el/la mejor de l@s sumis@s". Suena muy bien cuando pensamos que esa persona se nos está ofreciendo en su totalidad o bien que intenta cuidar de nosotros y convertirnos en mejor persona, y como intención no está nada mal, aunque más bien parece jugar a ser Dios y arcilla. 

Este tipo de acción se conoce como Efecto Pigmalión, en honor al mito, y se ha referenciado sobre todo al ámbito de la educación, aunque también se da en otros ámbitos como el laboral o el familiar. En todos ellos hay una figura de autoridad (maestros, jefes o padres) que alberga una serie de expectativas sobre la persona (buenas o malas), que al final se convierten en profecías autocumplidas, es decir, la persona termina respondiendo exactamente a como se espera de ellas.

Si esas expectativas se refieren a algún comportamiento o característica que ya está presente en la persona, y potenciamos que se produzca alabándola y recompensándola, se dice que es un efecto pigmalión positivo. Al contrario, si la expectativa se fija sobre una característica indeseable, reprochando a la persona cada vez que aparece, se dice que es un efecto pigmalión negativo. En ambos casos la persona cumple con lo que se espera de ella, en el primer caso aumentando su autoestima al ver cumplidos los deseos de la figura de autoridad, y en el segundo caso la actitud desaparece al igual que la autoestima.

Como Dominantes podemos preferir y pedir un cierto comportamiento hacia nosotros o en nuestra presencia, pero de ahí a intentar modificar totalmente a la otra persona hay un gran trecho. El problema está en que muchos creen que lo hacen por el bien de la otra persona (como cuando nuestros padres nos decían "hazme caso, que es por tu bien"). Olvidamos así que la persona tiene su propio mecanismo para decidir lo que es bueno para ella, y en todo caso, en lo que podemos contribuir como parte Dominante es a que esa persona se conozca mejor a sí misma, poniendo los medios para que experimente diversas vivencias, pero respetando su personalidad.

¿De veras necesitamos moldear no solo la carne sino el espíritu hasta convertirlos en la versión corpórea de la estatua de Pigmalión? A mi entender es un acto de soberbia pretenderlo de verdad, aunque como parte de una fantasía puede resultar tremendamente excitante. Poniendo como ejemplo el despertar de una mariposa, convertir a un sumiso en una perfecta sissymaid puede ser muy gratificante para ambas partes si ambos desean vivir esa experiencia, no porque sea algo necesario para mantener el afecto y la atención de la parte Dominante, sino porque ambos aprenden mucho de si mismos durante el proceso de transformación. 

Influencia indirecta

Respecto a este tipo de influencia, si el motivo de la sumisión es la admiración hacia la parte Dominante, por su forma de ser, de pensar, de comportarse, incluso por su físico, es natural que de esa admiración surja la voluntad o el deseo inconsciente de emular aquellas características que más nos inspiran. Por el contrario, si la sumisión no tiene esa base, es posible que algunas de las peticiones de la parte Dominante se vivan como exigencias, y por lo tanto sólo bien recibidas si se enmarcan en un contexto sexual.

Y es que hay algunas personas en cuya compañía sentimos que nos hacen ser mejor personas, no porque hagan nada en concreto, no porque actuemos expresamente para que sea así, sino que de forma natural se potencian los aspecto más positivos de nuestra personalidad, los que nos hacen sentir satisfechos de nosotros mismos.

Al final la medida de si alguien es mejor persona es si se siente mejor consigo misma, y esa medida es ajena a nosotros, solo podemos observar y preguntar.

El mito de Pigmalión en el cine y la literatura

Toma diferentes formas, aunque una destaca por encima de las demás: El Pigmalión de George Bernard Shaw, que escribió una comedia en el año 1913 que tenía como aparente tema el de la enseñanza de la fonética pero que en realidad trataba sobre el amor, sobre lo que se es capaz de hacer por amor, y la razonabilidad de que los fines justifiquen los medios. Una muestra cinematográfica de ello la encontramos en My Fair Lady (un musical del año 1964), y en Pigmalión, un clásico del año 1938.

En ambas versiones, la vendedora de flores queda reducida a un mero objeto de estudio, y el medio para conseguir demostrar la destreza y el afán de perfeccionismo y protagonismo del profesor, sin que éste se percate de que ella pasó de querer ser mejor para tener una mejor vida a querer ser mejor para agradarle a él. Aunque es una película antigua vale la pena verla para reflexionar sobre algunas cuestiones.



             Efecto pigmalión - Wikipedia
             Pigmalión en el cine


domingo, 17 de junio de 2012

Hacia el Edén de Anne Rampling (Anne Rice)

  "Elliott Slater desea lo que más temor le inspira. Después de un largo periodo de educación con el maestro Martin, firma un contrato por dos años para ingresar como esclavo en un club sadomasoquista en una isla del Caribe. En Hacia el Edén, Rice explora el universo de lo prohibido en un paraíso donde ningún aspecto del placer sexual se considera tabú. "

Siguiendo con las obras más desconocidas de esta autora, llegamos a esta novela en la que recrea un paraíso sado-masoquista / bedesemero en la isla de Edén, que está gobernada por Lisa, "la perfeccionista".

A diferencia de la trilogía de la Bella Durmiente, todas las personas que se acercan a Edén lo hacen voluntariamente, aunque no siempre conocen el alcance de todo lo que puede llegar a suceder allí.

Así empieza:

"Me llamo Lisa. 

Mido un metro setenta y cinco. Tengo el cabello largo, de color castaño oscuro. Visto con frecuencia de cuero —botas altas, chalecos suaves como un guante y faldas—, aunque también me gusta el encaje, sobre todo las prendas de blonda antigua, delicada, blanca como la nieve. Tengo la tez clara y me bronceo con facilidad, los pechos grandes y las piernas largas. Y, aunque no me considero guapa, ni nunca lo he hecho, sé que lo soy. Si no fuera así, no trabajaría como instructora en El Club. 

Poseo una buena osamenta y los ojos grandes; ésa es la base de mi belleza, supongo, aparte del hecho de tener un cabello abundante, con mucho cuerpo, y una expresión dulce e incluso bondadosa, aunque puedo inspirar temor a un esclavo o una esclava en cuanto empiezo a hablar. 

En El Club me llaman «la perfeccionista», lo cual no deja de ser un cumplido en un lugar como éste, donde todo el mundo se esfuerza en hallar la perfección. Esa búsqueda forma parte del placer. 

He trabajado en El Club desde que se inauguró. Contribuí a crearlo, a establecer sus principios, a admitir a sus primeros socios y a sus primeros esclavos. Yo impuse las normas y los límites. Concebí la mayor parte del equipo que se utiliza hoy en día en El Club. Incluso diseñé algunos bungalows y los jardines, la piscina que utilizamos por las mañanas y las fuentes. Decoré varias habitaciones. Sus numerosos imitadores me hacen sonreír. Nuestro establecimiento no tiene rival."

Descargar el libro

Lo que ya no es tan conocida es la relación entre esta novela y una simpática comedia que aparece en el año 1994 de la mano de Garry Marshall que no tuvo demasiadas buenas críticas pero que se parece sospechosamente a la novela de Anne Rice: Dos sabuesos en el paraíso (Exit to Eden).

En esta película se mezcla la trama de la novela con otra más policíaca, creo yo que con la intención de disimular la verdadera intención del guionista de presentarnos el mundo tan particular de la isla de Edén y lo que allí ocurre. A mi me parece una manera bastante inocente de introducir ciertos elementos sin que nadie se escandalice, a pesar de que la trama no tiene el peso suficiente para ser considerada la película del siglo. Aún así os animo a verla.




Trilogía de la Bella Durmiente, de Anne Rice (perdón, de A.N. Roquelaure)


Después de su conocida obra "Entrevista con el vampiro", Anne Rice se lanzó a escribir esta trilogía que curiosamente no figura entre sus obras oficiales, y que firmó con un pseudónimo: A.N. Roquelaure. Su contenido claramente erótico y D/s los sitúa al margen de las historias de vampiros a las que nos tiene acostumbrados, y nos muestra un poco más sobre las fantasías de esta autora.


La historia parte justo del punto en el que algunas versiones del cuento popular terminan: el despertar de la Bella Durmiente, que en este caso sólo tiene en común el beso mágico que la hace volver del mundo de los sueños... para darse cuenta de que está siendo violada por el principe. Podría decir que "se despertó sometida en cuerpo y alma a la voluntad del libertador", pero es que a mi me gusta llamar a las cosas por su nombre, que tan dañino es decir eso como que el principe, sin conocerla de nada, la despertó con un beso de amor.

A partir de aquí la historia es un continuo ir de humillación en humillación hasta que la princesa se da cuenta de su fatal destino: seguir al principe sí o sí hasta su reino, donde le espera una suegra de cuidado. Este mismo destino lo encontramos en la versión de Perrault, en la que principe y princesa se veían en secreto y tuvieron hijos antes de casarse. El motivo de este secreto no era más que la Reina Madre, que provenía de raza de ogros y se decía que se comía a los niños. Una vez que el principe fue coronado como Rey, fue en busca de la princesa y de sus hijos y los llevó a vivir a su castillo, donde los dejó en manos de la Reina Madre porque tuvo que partir a la guerra, teniendo a partir de ahí un destino de lo más calamitoso y peligroso.

La versión de Anne Rice tiene mucho de la de Perrault, y la vida de la princesa está plagada de calamidades (se le quitan a una los sueños adolescentes de ser una princesita, os lo aseguro), todas ellas enmarcadas dentro de un contexto D/s en el que el reino de la Madre Ogra está plagado de principes y princesas sometidos a su capricho.

En mi opinión lo de menos es el contexto de Dominación/sumisión, y el centro de la historia está en los castigos, la humillación, la vejación y el maltrato, además del secuestro, la esclavitud, la violación y otros actos que yo no considero Dominación.

Os dejo un fragmento y las obras para quien quiera leerlas:

"La princesa forcejeó mientras la amordazaban y la ligaban, sin saber adónde la llevaban. Estaba oscuro y descendían por unas escaleras. Por un momento, Bella sintió cierto arrepentimiento y un pánico horroroso.

La colgarían en la sala de castigos, y se preguntó cómo iba a soportar el pueblo si ni tan siquiera era capaz de aguantar esto.

Pero un poco antes de que sus apresadores llegaran a la sala de esclavos la invadió una extraña calma y cuando la arrojaron a una celda oscura donde tenía que permanecer tumbada sobre la fría piedra, con ligaduras que le cortaban la carne, sintió un instante de alegría. A pesar de todo, Bella continuó lloriqueando. Su sexo palpitaba rítmicamente, al parecer al compás de sus sollozos, y lo único que la rodeaba era el silencio." El rapto de la Bella Durmiente

 

Versión de la Bella Durmiente de Perrault
Todas las obras de Anne Rice para descargar