martes, 17 de enero de 2012

¿Renunciaríais al BDSM por alguien?

En uno de los foros en los que participo se ha planteado esta interesante pregunta, que tiene más profundidad de la que aparenta.Me gustaría dividir la pregunta en dos partes: Renunciar y BDSM.

¿Renunciarías a una parte de ti por otra persona?

Todos nos hemos encontrado ante esta disyuntiva, conocer a alguien con quien todo es "casi" maravilloso... a no ser por esta pequeña cuestión que sabemos que no le gusta (aquí podeis añadir vuestro caso particular, alguna manía, costumbre, faceta de vuestra personalidad, gusto, afición, o fantasía). ¿Y qué hacemos en ese caso? cuando esa otra persona nos interesa mucho la primera opción es intentar cambiar nosotros, o hablar sobre el tema y negociarlo, y en última instancia ocultarlo o intentar minimizar el impacto de esa cuestión. Y según el grado de importancia que tenga para nosotros eso que ocultamos, con el tiempo se genera frustración e incluso se puede llegar al resentimiento.

Por supuesto que todo es cuestión de grados, no creo que exista la compatibilidad al 100% entre dos personas, y precisamente una de las lecciones más importantes en una relación es la tolerancia, pero también es cierto que por "amor" se hacen muchas cosas, entre otras, dejar de ser uno mismo por agradar al otro. Ese camino tiene un mal pronóstico a largo plazo, una lenta agonía que termina en la sensación de no ser aceptados, que cada cual resuelve a su manera (dejando la relación o satisfaciendo/mostrando esa faceta en un entorno en el que resulte aceptable).

No creo en la palabra sacrificio si no proviene de una necesidad propia de entregar algo nuestro que consideramos valioso a algo, o a alguien, como una forma de sublimación, cuyo resultado final es el engrandecimiento de nuestra estima. Cuando el sacrificio consiste en cercenar, dividir, esconder, entonces hablamos de cuartear, de desmerecer, y eso no creo que sea recomendable para nadie. A veces hay que aceptar que aunque sea "casi" maravillosa esa relación, el poder dormir con la conciencia tranquila es algo mucho más importante, y es que el engaño a los demás al final no es más que una forma de autoengaño.

Y a partir de ahí pasamos a la segunda pregunta: ¿y si lo que tengo que ocultar es el BDSM?

Pues hay varias respuestas posibles en función de lo que se entienda por "el BDSM". Para quien lo entienda como un conjunto de prácticas intensas, morbosas, excitantes, pues digamos que puede poner en la balanza otros factores de la relación, y sobretodo de la otra persona. Se puede llevar una vida sexual más convencional si nos sentimos realizados en esa relación, si nos llena en otros aspectos, aunque me temo que quien ha probado las mieles del BDSM dificilmente puede escapar a su embrujo.

Y así surge la segunda opción, que es la de introducir a la otra persona en el mundo del BDSM, con situaciones que puedan entremezclarse con lo convencional, por ejemplo un masaje de pies en el caso de un fetichista, o asumir las tareas de la casa en alguien servicial, etc. Son formas sutiles de hacerle entender a la otra persona lo que sentimos y necesitamos, de mostrarle nuestros gustos, y a partir de ahí siempre se puede intentar que su participación sea más entusiasta. Pero no nos engañemos, a partir de la parte más inocente del BDSM se entra en otra esfera no tan inocente que solo complace a las personas que lo llevamos en las venas, y puede fácilmente herir la sensibilidad de quien no tiene ningún interés en ello.

Creo que es fundamental asumir que las personas que estamos en el BDSM vocacionalmente estamos dando expresión no solo a una afición, o a unos gustos, sinó también a una necesidad (si no fuera así, sería muy sencillo dejar de lado el BDSM, como quien deja de coleccionar sellos). Es algo que forma parte de nosotros, que sentimos muy adentro, y que en cierta forma nos define y nos marca.

Por eso mi recomendación es que, en lugar de intentar convencer, introducir, o iniciar a alguien que no ha mostrado de motu propio un interés por el BDSM, nos movamos ya por un entorno en el que las personas que conozcamos nos entiendan, para las que podamos ser transparentes, y evitaremos el tener que disimular o escondernos, y a partir de ahi nuestra probabilidad de sentirnos realizados en el caso de que surja una relación más especial con alguien son mucho más elevadas. Por supuesto que a partir de ahí aun queda el camino por recorrer de la afinidad personal, de la complementariedad de personalidades y proyectos de vida, etc, pero al menos podremos recorrerlo con la tranquilidad de que no tenemos un secreto escondido que si sale a la luz lo mandará todo al traste.

Diría que en este caso, como en muchos otros, lo que sí funciona es la honestidad, puesto que nos adentramos en un territorio en el que tener confianza mútua es indispensable, y la confianza no se puede construir sobre mentiras y secretos.

Y no, no recomiendo renunciar a ser uno mismo por nadie. A la larga no funciona.


16 comentarios:

  1. Yo veo imposible renunciar por nadie, es una cosa que realmente necesito en mi vida y renunciar a ello seria renunciar a mí mismo en su plenitud, la persona que quiera estar a mi lado (y por ahora así es) ha de entender mis tendencias y vivirlo del mismo modo o que deberé buscar esa necesidad fuera.

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    1. Así es net{LL}, una relación sana es aquella en la que nos sentimos aceptados por quienes somos :). Gracias por opinar

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  2. Pues en mi caso, y de esto ya hace bastantes años, cuando decidí que mi relación de pareja girara en la orbita de la D/s,…. Ni me plantee la renuncia a nada, simplemente decidí convertir a mi pareja en mi esclavo…. Y así estamos desde entonces.

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    1. A eso se le llama tener afinidad sin saberlo, y es muy divertido cuando descubres que al otro le gustan las mismas cosas, solo que no lo sabías, o que una vez que le introduces en el mundillo, le gusta. Me alegro de que tengais una relación armónica, aunque es verdad que esto ocurre en un porcentaje muy bajito de casos.

      Gracias por aportar una vivencia tan positiva :).

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  3. Hola de nuevo Ama Alyna. Lo primero felicitar el año nuevo, que aunque tarde, nunca lo es si la dicha es buena. Y ya puestos al tema que Usted propone, yo sí sería capaz de renunciar al BDSM, porque eso es una parte de nosotros que no es como respirar, totalmente imprecindible, lo que no se puede hacer es intentar dejar de ser sumiso, en mi caso claro.
    Se puede sacrificar el practicar ese tipo de relación, pero claro, tiene que ser por algo muy importante o inevitable, pero nunca se debe renunciar por presiones de la pareja, lo primero porque eso sería como pedirle que anduviese con una pierna teniendo dos, y lo segundo que a las personas que ya han conformado una pareja y no tiene secretos, pedirle ese cambio sería totalmente injusto y desproporcionado, dejando claro que lo único que le importa sería auto-complacerse.

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    1. Has introducido un matiz que me parece muy interesante, Sacher Masoch, y es que se puede diferenciar entre la personalidad sumisa y el BDSM, e incluso añadiría un matiz más, que es la sumisión que solo se manifiesta sexualmente y en ningún otro aspecto de la vida de una persona.

      Es un tema complejo, en el que intervienen muchos factores, y creo que se podría aplicar perfectamente que cada caso es un mundo. Pero mi idea básica va por ahí, que si la decisión es no practicar el BDSM sea porque uno valore otras cosas, no por presiones externas o por miedo, y que según mi opinión, esconder una parte de nuestra personalidad a la larga conduce a una frustración vital de fondo.

      La sexualidad tiene a su vez dos vertientes: la individual y la compartida. Uno puede autosatisfacerse, hacer el amor con uno mismo de muchas maneras, porque no solo existe el placer genital, y después hay otra forma de sexualidad compartida con otra persona, en la que entran en juego otros intereses aparte de la autocomplacencia, como es la entrega, la confianza, abrir nuestra intimidad a otra persona, crear juntos momentos intensos, y ambos tipos de sexualidad se complementan.

      Hoy leía en un periódico una nota en la que se decía que las prsonas se pueden clasificar según su necesidad sexual en frías, tibias, calientes y muy calientes. Según la necesidad de cada cual la sexualidad tendrá una prioridad determinada en su vida, y una descoordinación en este sentido con la pareja también puede afectar a la relación.

      Seguro que aun hay muchos matices pero te agradezco el que hayas compartido tu opinión en mi blog, y esperemos que este año nos traiga mucha dicha a todos... aunque sea tarde ;).

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  4. Qué difícil!!!
    Ni siquiera puedo planteármelo.
    Viví casi 30 años sin dejar salir lo que llevaba escondido, incluso sin yo misma saberlo y ahora vivo todo a plenitud.
    Pensar en renunciar implicaría que mi relación actual terminase y tuviese otra con otro hombre totalmente distinto.
    Imposible.
    Ni siquiera puedo planteármelo :S :(

    Ainssss...
    No.

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    1. Preciosa... te comprendo perfectamente, a mi también me resulta imposible planteármelo ahora. Y somos afortunadas de poder decirlo :).

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  5. Si como dice Usted en su entrada se refiere a renunciar a la Dominación Femenina por decisión propia, creo que ningún Ama o sumiso que realmente lo sean, renunciarían a ello, pues es su forma de ver la sexualidad. Es como si a un sumiso heterosexual se le pregunta que qué es lo que prefiere; si se somete a una Dómina tiene que renunciar a que le guste acostarse con una mujer y viceversa. Es algo indisoluble, algo que es intrínsecamente humano, se puede dejar de practicarlo, pero no de sentirlo, la práctica se puede controlar, el sentimiento no.
    La sexualidad como Usted bien dice, tiene dos vertientes, la individual y la compartida; y aún autosatisfaciéndose, no se eliminan los sentimientos de Dominación o sumisión. A los sumisos que se les prohíbe eyacular, ya di mi forma de verlo en un comentario en mi blog, les gusta hacerlo aunque no lo hagan cuando deseen, porque es su naturaleza. Abrir la sexualidad personal a nuestra pareja, sea cual sea esta, es ampliarla un 100%, porque se le dan pistas de por dónde vamos.
    Referente a lo que ponen en los periódicos, no me gusta etiquetar las cosas, pues ya hay precedentes estúpidos, como cuando adjetivaron a las mujeres como si fueran juguetes por su forma para las tallas en la ropa con la gilipollez, y perdóneme por la expresión, de llamarlas diábolo, campana y cilindro.
    Esta gente no se da cuenta que lo que ellos denominan persona tibia, a lo mejor para esa misma persona es ser todo un volcán. Creo que el error es clasificar todo, pues cada uno vemos nuestra sexualidad como queremos o simplemente podemos.
    Gracias a Usted por aportar desde el punto de vista de Ama sus inquietudes, vivencias y conocimientos, porque aunque yo no sea un experto, sé que soy sumiso y lo que se siente siéndolo, pero no lo que se siente desde la parte superior de la Dominación.
    Gracias Señora por tener un blog serio dónde nos permite intercambiar pareceres para hacer que le Dominación Femenina tenga más luces que sombras para nosotros mismos, los que vivimos de esta forma nuestra sexualidad.

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    1. Es verdad que etiquetar es encorsetar a las personas pero a veces nos permite definir o describir una observación, y aunque cada cual lo vive a su manera también es cierto que en el contexto global hay diferentes intensidades de sexualidad.

      Y gracias a personas como tú, este intercambio de opiniones se convierte en un complemento muy interesante a mis opiniones.

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  6. Señora mía, le agradezco de corazón que diga que mi opinión tiene algo que se complementa con la suya. Porque así se pueden abrir nuevos caminos en el trato del Ama con su sumiso, y hacer que la entrega de éste sea más eficiente, porque si el sumiso que ofrece su entrega a su Dueña se hace desde el respeto y la comprensión de éste, a su vez el Ama complementará esa unión entre ambos, deshaciendo nudos para que no llegue nunca el día en el que el Ama separe de su lado al sumiso, o el sumiso haga que su Ama lo deseche como tal por el hecho de no compenetrarse o flaquear en el entendimiento de ambos, o lo que es lo mismo, nadie tenga que renunciar a sus sentimientos.

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    1. Hay mucha razón en tus palabras, es muy importante que haya una complementaridad entre Ama y sumiso, no solo a nivel de preferencias dentro del BDSM, sinó en otras facetas de la vida, para que una relación se mantenga en el tiempo y evolucione (y que conste que no hablo de la parte puramente D/s de la relación).

      Sólo espero que la manera de expresarlo no signifique que también hayas caído en una sumisión onírica, y necesites despertar ;)

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  7. No Señora. A pesar de ser un hombre sumiso, muy romántico, y que idealiza la sumisión centrándome en la vida de siglos pasados,-sin perder la noción del tiempo-, como arquetipo ideal para la entrega del sumiso a su Ama, las imágenes de la entrada de mi blog titulada, ¿Existen diferentes tipos de Dóminas?, serían idóneas para mí, pero no deja de ser un sueño. De ahí mi NICK Sacher Masoch, para mí el icono de sumisión romántica de una época ideal, como lo fuera Larra, pero tengo los pies sobre la tierra y no me pegaría un tiro como hizo éste último, y si viera que existe el peligro de caer en la tentación de convertirme en sumiso de un Ama que sólo existe en mi imaginación o fuese inalcanzable, pondría todos los medios para evitarlo. Para una fantasía está muy bien, siempre que la puedas cumplir, pero tenerla y no poder entregarme a la Dómina en cuestión, sería contraproducente para mi salud mental. Por esa razón escribí una respuesta a la entrada que Usted subió de, ¿Renunciarías al BDSM por alguien? Prefiero renunciar a la Dominación Femenina, que volverme loco pensando en un Ama que no puedo alcanzar, o no tener un Ama a la que entregar mi sumisión y ponerla a sus pies, creo que es mejor sufrir por no tener, que hacerlo por algo que sólo existe en la cabeza. Mire Señora, Francisco de Quevedo dijo; “No hay cosa que más avive el amor, que el temor de perder al ser amado”. Esto lo aplico también a la sumisión, porque al fin y al cabo, para entregar tu ser a un Ama, has de estar mínimamente enamorado, porque sufrir por miedo a perder, es lógico, pero hacerlo por no conseguir o no tener, es de locos.
    De todas maneras, ¿qué sumiso en sus cabales no ha fantaseado con estar sirviendo a un Ama ideal? Ideal me refiero no físicamente, sino espiritualmente, ese Ama que se complementa 100% con su sometido.
    Perdóneme por extenderme tanto, mil gracias.

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    1. No hay nada que perdonar Sacher Masoch, agradezco la detallada explicación porque enriquece lo que yo quería decir, y estoy de acuerdo contigo en que perseguir una quimera, sabiendo que lo es, es una tortura inaguantable.

      La profundidad de los sentimientos en una relación D/s puede marcarnos para siempre, en un sentido u otro, para seguir buscando o para dejarlo, pero lo que es innegable es que surge de lo más íntimo de nosotros.

      Es muy interesante el apunte de que para entregar tu ser a una Ama tienes que estar minimamente enamorado, porque yo lo creo así, y si no es así, esa entrega no deja de ser sincera, pero no creo que sea plena.

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  8. Es bueno saber que un Ama tiene ideas tan afines con un sumiso, y que en su andadura van en el mismo camino y hacia el mismo lugar, y eso da fuerzas para pensar que no siempre que se topa con otra Dómina que las tiene diferentes, es el sumiso el que está equivocado, que por lo menos en mi caso, perdón por la inmodestia, no hace mella, pero en otros pueden llegar a plantearse su condición sumisa. Señora, no creo que mis comentarios enriquezcan los suyos, sino más bien que se complementan, pero por Dios, no crea que la intento corregir en lo que dice. Me enorgullece que diga eso de lo que pienso. Gracias Ama Alyna.

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  9. Descubrí este blog hace unos dias y lo estoy leyendo poco a poco.
    Yo renuncie al Bdsm por amor y respeto a mi pareja y a nuestro hija que estaba por nacer.
    A los tres años cumplidos de mi hija hice balance y me di cuenta que no era feliz.
    Mi papel de pareja pero sobretodo el de madre me tenia tan absorbida (a parte del trabajo) que no me sentia mujer. Y estaba afectando a mi relación de pareja y a mi vida.
    Hablé con mi pareja y le expuse mus sentimientos.
    Él nunca ha querido ni le ha gustado nada que tenga que ver con BDSM pero entendio y me demostró que me respeta y quiere que sea feliz.
    Y llegamos a un acuerdo.
    Y aqui estoy de nuevo desde hace unos meses, retomando amistades.
    De esta he aprendido que si renunciar implica dejar de lado una parte de tu persona, dejar de ser tu mismo, esa renuncia no te traera felicidad, porque dejas de ser tu mismo.
    Un beso.

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