lunes, 14 de febrero de 2011

El romanticismo en el BDSM

Puede resultar curioso decir que el romanticismo es un tema controvertido, pero así es en el BDSM. Por supuesto hay variadas formas de entender este mundo, y en él tienen cabida todas las variantes, y a mi me gusta en especial el BDSM Romántico, en el que se expresan los sentimientos, en el que la entrega no se realiza a un primer nivel, como sería el del cuerpo, ni siquiera a un segundo nivel, como sería el mental, sinó que se alcanza el tercer nivel, el del corazón.

Incluso en este nivel podríamos diferenciar entre el afecto que surge de la confianza, de compartir las fantasías desde la comprensión mútua, de poder ser totalmente honesto en la forma de vivir y entender la sexualidad, que en sí resulta profundamente liberador, y el que pueda surgir de un vínculo más profundo, fruto de la admiración entre ambas personas implicadas, donde el conocimiento mútuo va más allá de unas prácticas o unas fantasías y engloban a la totalidad de la persona.

Hay quien prefiere quedarse al margen de esta clase de sentimientos, ya sea porque considera que se desvirtúa la esencia del BDSM, ya sea porque en un plano meramente sexual se siente más seguro, o porque teniendo otros vínculos afectivos no le interesa ahondar más.

A mi modo de entender las relaciones, los sentimientos tienen su propia razón de ser, profundizan el vínculo, y envuelven el placer en una atmósfera de ternura que le confiere nuevas dimensiones. Cuando el corazón está implicado cualquier gesto, una mirada, se convierte en una fuente de calidez que llena por dentro, y que proporciona una sensación de continuidad después del juego, y profundiza el sentimiento de pertenencia.

Siendo esencialmente una mujer romántica, me pregunto porqué las galanterías, los detalles, el cariño, las caricias, los besos, parecen tener un papel muy secundario en el BDSM más ortodoxo. Es como si fuera sinónimo de vainillismo el permitir aflorar el sentimiento, cualquier signo de cortejo se ve como sospechoso o se difraza, pero para mi, el romanticismo va más allá de lás prácticas, y constituye un complemento para alcanzar mayor profundidad. Es el corazón y no la mente el que nos lleva más allá de los límites, y ahí donde una busca razones, el otro encuentra motivos. Y es que aunque la confianza se afiance en razonamientos y en hechos, al final quien nos lleva de la mano hacía esa dulce entrega sin reservas es el corazón.


3 comentarios:

  1. Andaba yo buscando cosas referentes a ese tema. A todas, Dominas y sumisas nos gustan determinados gestos, que nos acerquen la silla, nos cedan el paso ect.
    Como mujer que soy me gusta que me alaben, los gestos de cariño, que repentinamente me mire y me bese porque le apetece, que me diga que me quiere, que me diga que soy lo mejor que le ha pasado.
    Pero eso después.. o antes... no durante.
    Existen determinados gestos en sesion, no se.. que te coja del pelo y te arrastre hasta donde quiere que vayas, para despues acariciarte la cabeza y peniarte el cabello revuelto por los tirones con los dedos, el azotar y despues acariciar la zona azotada, ect... Esos no los veo como gestos romanticos, son gestos de cuidado con los que me demuestra que pase lo que pase me considera una persona y que puedo estar tranquila porque no sera nada "terrible".
    Ahora bien, si cuando estoy a cuatro patas, y me acaba de azotar,y me toca entremedias y me dice lo muy puta que soy que haga lo que me haga me mojo... entonces va y lo remata con un amor mio o con un te quiero. Entonces me mata, me baja la libido al suelo.
    Si en vez de decirme que aguante que no se como le pone verme asi,y para demostrarlo me pasea su pene por la cara o me hace tocarselo, va y me dice que estoy preciosa asi que eso le gusta mucho... entonces me da la risa floja y la sesion se va al carajo.
    No quiero un hombre romantico, es decir si lo quiero pero no durante, lo quiero despues. Quiero un dominante que me use sin miramientos y que no me tenga consideracion, quiero que mire su placer y no el mio. Quiero que me haga sentir puta y perra y que me lo diga, quiero que me demuestre que ante el no soy nada, y solo valgo para usarme de reposapies y eso solo despues de suplicarle mucho. Quiero que me haga sentir humillacion y dolor, besarle los pies, suplicar el orgasmo, suplicar a gritos que entre en mi porque necesito sentir su empuje y su potencia y que lo haga si es eso lo que quiere (a veces me lo niega).
    En todo eso hay deseo, mucho deseo, y mucha pasion. Esta lleno de morbo de visceralidad por mi parte, de control por la suya... pero no le veo romanticismo. El romanticismo despues, cuando queda atras el dolor, las lagrimas, la frustración, cuando el deseo se ha calmado y me abraza y me dice lo muy especial que soy la suerte que ha tenido en conocerme, que le costo mucho llegar a mi pero que merecio la pena y que me quiere...

    ResponderEliminar
  2. Hay momentos para todo en una relación, y como bien dices puede resultar desconcertante mezclarlos o puede resultar interesante, todo depende de como estés viviendo el momento y de lo que implique para ti. Por supuesto en esos instantes en los que estás inmersa en tu faceta más morbosa el romanticismo no tiene cabida, ya que es la que quieres explorar plenamente. Pero también es cierto que después de lanzarnos a un extremo, satisfaciendo las necesidades de la líbido, es reconfortante volver a los brazos del afecto, llenando de esta manera el corazón.

    Enhorabuena por la intensidad y la fuerza de tus sentimientos.

    ResponderEliminar
  3. Desde mi punto de vista si has abierto el corazón a otra persona eres más sensible a todo lo demás, todo te llega más profundo, una caricia, un azote, ... también sabés más de ella y ella de tí, sabes más qué quiere decir esa mirada, ese gesto sin necesidad de expresar nada más. Es algo diferente.

    ResponderEliminar

Se agradecen los comentarios