Es un tema controvertido, y que a mi me produce cierto desconcierto, y es que tiene tantas connotaciones que al final se convierte en una de esas prácticas que, o te gusta, o no te gusta.
Por una parte habría que diferenciar lo que sería el juego, la representación, de lo que sería la transformación. Cuando se juega a la Ama y su sirvienta, la indumentaria tiene la capacidad de hacer que cada cual se meta en su papel, por ejemplo, y una vez sin las prendas propias del servicio doméstico, se recupera un rol más general. Algo muy diferente es cuando no se trata de un disfraz, sinó de una identidad. Hay quien vestido de mujer se siente mujer, habla, se comporta y siente como si lo fuera, y en ese caso hablamos de transformación, y tiene una profundidad que no tiene el disfraz, porque permite aflorar una personalidad femenina oculta.
Ambas formas me parecen válidas, aunque no sean santo de mi devoción. En el primer caso podría ser parte de una diversión, pero eso no me resultaría excitante, sinó travieso. Y en el segundo caso estaría ante un símil de relación lésbica, que tampoco me resulta motivante.
Hay un tercer caso que me cuesta comprender, que no es tan claro como los anteriores, y es el de los sumisos que vestidos de mujer se sienten humillados por parecerlo. A mi me resulta una contradicción alguien que por una parte admira a las mujeres y que por otra se siente humillado pareciendo aquello que se supone que admira, ¿no sería más lógico sentirse mejor por parecerse a ellas? Y más si es llevando ropas o prendas de su Ama, que es como compartir su esencia.
En los tres casos, el cambio de género me resulta confuso, aunque puedo entender que en un momento dado alguien se sienta un poco "zorra", tanto ellos como ellas, ya que esto es más bien un concepto... machista, pero concepto al fin y al cabo, y entiendo también que en esos momentos haya Amas a las que les produzca gran satisfacción someter no solo al sumiso, sinó al propio concepto machista en sí.
Supongo que al final lo que cada cual está haciendo a su manera es explorar el otro género, y es que como dicen los taoistas, el Yang y el Yin no son opuestos sino complementarios, y cada uno contiene al otro. Y ahí está el equilibrio.... ¿y entonces porqué se espera que las Amas seamos muy femeninas? Como veis, este mundo es una paradoja.
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A mi me gusta feminizarme y trasvestisme y tratar de parecerme lo más posible a una mujer, porque hay una fuerza interior en mí que me hace sentir la necesidad de desarrollar eso de mí misma; en mi vida cotidiana soy un hombre normal, pero me encanta sentirme mujer y vivirlo en nuestro querido mundo BDSM. Cuando me usan y me utilizan como una puta perra, me encanta serlo y entregarme así al goce de quien me posee y usa de esa forma. En todo momento el sentir femenino es un honor para mí, algo que me acerca aunque sea mínimamente al sexo que admiro y como el más fuerte, más lleno de sensibilidades y energías, más capaz de vivir los matices de la Naturaleza. Su pudiera, que ya no puedo, me convertiría en mujer para el resto de mi vida. Para ellas mi admiración, respeto y entrega.
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