Leyendo el blog de mi querida amiga shura{DZ}, surge el tema de la confianza entre la parte sumisa y la Dominante, con la siguiente reflexión:
"Siempre me ha dicho que la confianza del esclavo/sumiso permite que el juego fluya y que se entregue al placer -no olvidemos que el fin del BDSM es el placer. Y es verdad. No se lo discuto. Sin embargo pensé que, si la confianza era importante para la parte dominante, ¿no debería serlo también para la parte sumisa? Pensé en ello porque tenía la sensación de que muchas veces Mi Señora se reprimía y era demasiado suave conmigo. Eso me dejaba insatisfecha y me cuestioné por qué no iba más allá si yo sabía que mi cuerpo podía soportar una intensidad mayor -es más, sentía que lo necesitaba. ¿Será porque no confía en mí y por eso no quiere pasarse?"
Estoy convencida de que he suscitado esa misma pregunta, sobretodo porque se entremezclan por una parte la confianza en la Dómina con la impaciencia por poder sentir y vivir aquello que tanto se anhela y fantasea, y con la necesidad de complacer y agradar, ya que por fin has encontrado a la persona con la que vivir esa experiencia. Por supuesto que cada cual tiene sus razones para actuar como lo hace. En mi caso no es una falta de confianza, al contrario, ya que sin esa confianza de base no sería posible iniciar una relación D/s.
Se puede pensar que la parte Dominante no tiene porqué implicarse, que puede limitarse a hacer o dejarse hacer aquello que más le plazca, y que la parte sumisa se amoldará o debería amoldarse a esas disposiciones con devoción. Pero yo no lo veo así. No se trata tanto de "usar" a la otra persona para nuestro placer (y esto se aplica a ambos roles), sinó de coparticipar en el placer de la otra persona con el propio.
Diría que encuentro mayor satisfacción en proporcionar placer ya que, sumado a la excitación que ello me produce como parte activa por la sensación de logro, ser espectadora privilegiada de la íntimidad expuesta de otra persona me deleita más allá de lo que sería puramente orgásmico. Recorrer otro cuerpo requiere de gran confianza y aceptación por parte de esa persona, al igual que dejarse llevar en los juegos y prácticas que rodean este mundo de la D/s. La responsabilidad para la parte activa es elevada, el cuidado ha de ser exquisito, sobretodo si lo que vamos a hacer puede causar incomodidad, dolor o rechazo. Somos el vehículo para que esa persona pueda explorar sus sensaciones, descubrir su sensualidad y su sexualidad, y no solo a nivel físico, sinó también emocional y mental. Y es que la sexualidad humana lo impregna todo.
¿Por qué existe esa contención de la parte Dominante? Al igual que al inicio de una relación no podemos saberlo todo sobre el otro, tampoco podemos conocer el grado de sensibilidad, ni el umbral de dolor, ni los estímulos que le excitan, y se inicia un viaje conjunto de exploración, una fase de tanteo, que nos proporciona las herramientas sobre las que construir la relación y abrir las compuertas a nuevas experiencias. La confianza necesaria para este camino de descubrimiento proviene de la base que proporciona la parte sumisa, pero también la que se va creando al conocerla mejor, al ir pulsando las diferentes teclas, hasta sentir que realmente "dominas", que en tus manos está el entendimiento de como es esa persona, casi mejor de lo que pueda conocerse a si misma.
Y es a partir de ahí que surge mi confianza en la parte sumisa, la suficiente para a mi vez dejar que me exploren, compartir aquello que me estimula, que me hace vibrar, mostrarme... exponerme. Y es que no dejo de ser una depredadora en el fondo, alerta, cauta, prevenida, y sólo a través de esa entrega incondicional se vence mi natural precaución, mi sentido de supervivencia y me dejo llevar en las manos de quien tanto me ha ofrecido.
Blog de shura{DZ} - Behind the mask
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Usted lo ha dicho: impaciencia. Pero la impaciencia del que ve una cuesta y se dice que la subirá corriendo, es decir, impaciencia y deseo. Ganas. Empuje. Arrojo. La excitación del neófito. Hasta que te ponen la mano en el hombro y te sueltan: "Es mejor subir andando. Además, andando podemos subir juntos."
ResponderEliminarSobre lo del tanteo me limitaré a decir: "Can we try it again, My Mistress?" S. (El tema es extenso y merece tratarse a parte.)
Así es shura{DZ}, esa es la diferencia. La impaciencia procede del deseo propio, de saber que puedes hacerlo, y que quieres hacerlo cuanto antes mejor, pero el camino no se anda a solas en este caso, vas acompañada, y tu paso se ha de acompasar a quien va contigo, más que nada porque conoce los vericuetos de la senda y puede hacer que algo que sería rápido y fugaz se convierta en una vivencia gratificante y profunda. Y la clave vuelve a lo que tú decías: confianza.
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