domingo, 13 de febrero de 2011

La belleza del bondage

Mucho se puede encontrar en internet sobre el origen japonés del bondage, y todos los tipos de ataduras posibles, así como suspensiones y "torturas" que se practican, así que poco puedo añadir en este aspecto, por eso mi idea es expresar lo que significa para mi el arte del bondage.

Cuando tengo la cuerda en mis manos un montón de ideas empiezan a agolparse en mi cabeza. Tengo ante mi un cuerpo desnudo o semi-desnudo, de formas definidas, que tiene su propia manera de expresarse: la colocación de los brazos, la posición de la espalda, la forma de sus piernas... cada cuerpo cuenta su propia historia de la vida que lleva, de la que ha tenido.

Hay dos formas para mi de entender el bondage. Como forma de embellecer el cuerpo, los nudos y los recorridos de las cuerdas resaltan las formas, marcan más aún los músculos de brazos y pecho, y constituyen en si mismas una vestidura ajustada, entallada y armónica. Pero hay otra forma de entender el bondage, y es como moldeador de la personalidad. Cuando un cuerpo que está acostumbrado a ciertas formas de expresarse es moldeado con las cuerdas para expresarse de otra forma, esto ejerce una influencia en la personalidad.

Ya no es solamente la inmovilización en si, el hecho de estar a merced de la otra persona, sinó que ciertas posturas despiertan memorias ancestrales, de tiempos de esclavitud, de tiempos de guerra, sensaciones de desamparo entremezcladas con la confianza necesaria para dejarse atar. No me extraña que haya personas que al ser atadas tengan crisis de ansiedad, hay un miedo atávico relacionado con esa sensación, pero para aquellos que superan esa fase, surge una nueva de dulce abandono, de cerrar los ojos y dejar aflorar las sensaciones que las ataduras despiertan, las emociones que las posturas evocan, y es en ese momento en el que el bondage se acerca a su expresión máxima.

Es el arte de despertar los rincones prohibidos....

Los diseños de las cuerdas trazan nuevos surcos en el vínculo entre ambos, cada gesto de entrega se complementa con la delicadeza y el cuidado hacia ese cuerpo subyugado. La belleza propia del cuerpo, porque todos los cuerpos tienen su propia belleza, se une entonces a la belleza de una actitud humilde y cautivada.

Es la seducción de la rendición....

Y en ese momento de reverencia, de última pleitesía es cuando se despierta en mi una infinita ternura hacia ese ser humano, vulnerable y expuesto, al mismo tiempo magnífico y dócil, una muestra de la ductilidad y la riqueza de la naturaleza humana.


3 comentarios:

  1. Saludos Señora Alyna.

    Qué preciosidad de artículo. Me identifico plenamente con su punto de vista, es pura sensibilidad. Me ha encantado esa idea de la "seducción de la rendición". Leyendo sus reflexiones me ocurre a menudo que encuentro en ellos una paz interior que me tranquiliza, como si usted tuviera el don de dar forma escrita, resolviéndolas, a las cuestiones que rondan por mi cabeza.
    Después de leer este artículo, ponerse a disposición de sus manos, y sus ataduras, sería un auténtico privilegio.

    Beso su mano y le agradezco poder expresarme.

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  2. Siempre es de agradecer cuando alguien te hace saber que le has llegado profundo, y más cuando es para aportar esa sensación de tranquilidad y paz que me comentas, y es que creo que precisamente uno de los valores que se pueden encontrar en la Dominación Femenina es esa tranquilidad, esa confianza cuando las manos que te guían son firmes y sensatas, cariñosas y expertas. Te agradezco mariomg25 que hayas querido compartir conmigo lo que has sentido al leerme, me has emocionado con tu comentario.

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  3. Perdonadme mi señora si leer el comentario que voy a hacer os roba un instante de vuestro precioso tiempo.

    Creo que las reflexiones que expresais aqui, no son simplemente unas opiniones, si no que denotan toda una filosofia.

    A mi (si no caigo en la soberbia de expresar una opinion ante una Ama como vos) siempre me ha atraido el mundo del bondage, pues no solo entregas tu cuerpo, sino que depositas en las manos de tu amo/a el factor tiempo.

    Dicho esto, repito mi verguenza por el atrevimiento de colgar un comentario en vuestro excelso blog. Espero sabreis perdonadme o bien si no merezco vuestro perdón, tengais a bien subministrame algun tipo de correctivo.

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Se agradecen los comentarios