El mundo del BDSM está plagado de fetichismos de todo tipo: de los pies, del latex, de la lencería, de los zapatos, etc, y todos tienen en común la aparición de un objeto o una parte del cuerpo como potenciadores de la excitación, llegando en muchos casos a ser una reacción compulsiva e inconsciente. Estoy segura de que más de un fetichista de pies que se queda embobado ante unos pies femeninos, exquisitos y desconocidos, sabe a qué me estoy refiriendo, y es que a veces es posible tener control sobre esas reacciones y a veces no.
Lo que ya me ha parecido más curioso es descubrir otra clase de fetichismos, más pertenencientes a la vía psicológica, y entre ellos situaría el fetichismo de la humillación, el fetichismo de la autoridad, y el fetichismo de la obediencia.
En estos casos es la situación en sí la que resulta erótica y adictiva. El recibir insultos, o ser sometido a prácticas y escenarios donde la persona siente vergüenza, culpa, o desprecio, donde se ve "obligado" a realizar acciones que le resultan inconvenientes o embarazosas, viéndose "abocado" a cumplir una orden tras otra... configuran el marco donde estas fantasías provocan su mayor estímulo.
Este tipo de fetichismo no es sencillo de detectar, porque puede englobar prácticas y contextos muy diferentes, pero puede resultar altamente perturbador, para ambas partes. Para alguien desconocedor de ser fetichista de alguno de estos tipos, puede sentir que falta algo en la relación D/s, que hay momentos de desasosiego, incluso angustia, un anhelo desmesurado de cierta clase de situaciones, incluso puede llegar a pensar que la persona Dominante con la que está no es suficientemente dominante. Y es que una compulsión nunca se satisface, está en su naturaleza ser así, y así como un fetichista del latex sabe perfectamente qué le ocurre en ausencia de su fetiche, un fetichista de la obediencia puede que no se dé cuenta de que ejerce una presión constante sobre la otra persona para que la obligue a cumplir órdenes, y que eso implica una esclavitud para la parte Dominante a satisfacer esa necesidad constante de la parte sumisa.
Creo que es importante comprender este tipo de fetiche para evitar malentendidos y situaciones de desgaste por ambas partes, porque no deja de ser una tendencia que puede convertirse en obsesiva al estar ligada al placer, y porque por su naturaleza psicológica puede estar presente de una forma subliminal en todo momento. Decía ayer que las personas fetichistas deben poder controlar su fetiche, ya que si no es así, es el fetiche el que les controla a ellos, y en ese caso poco margen dejan para la intervención de la voluntad de la parte Dominante en la relación.
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