domingo, 19 de mayo de 2013

My normal (2010)

Sinopsis de la película (según su distribuidor)

My Normal es la historia de Natalie, una joven lesbiana de Lower East Side, que está luchando por encontrar un equilibrio entre sus sueños de convertirse en cineasta y su estido de vida como dominatrix. Su aspecto exótico y técnicas poco convencionales hacen de ella una de las más deseables amantes del underground de Nueva York.

Después de hacerse amiga de su distribuidor de maria y una encendida relación amorosa con su nueva chica, Natalie consigue una beca en una película.

Pero si todo lo que ella quiso se hace realidad, ¿por qué su vida se desmorona?. Cuando parece que todo está perdido, Natalie comprende que la única manera de convertir sus sueños en realidad es usar sus talentos como dominatrix para conseguir exactamente lo que desea.

Mi opinión sobre la película

Se trata de una película de bajo presupuesto, lo que se refleja en las interpretaciones y en el guión, que es bastante simple y estereotipado. En este caso nos muestra a cuatro mujeres que se dedican profesionalmente al BDSM y que afirman disfrutar con ello. Todas ellas son lesbianas y su auténtica sexualidad se desarrolla en ese ambiente, siendo el BDSM más una profesión fácil y divertida que una opción sexual.

Me parece altamente curioso que el único personaje masculino favorecido en esta película sea el camello que les proporciona drogas, como si fueran caramelos, que de esa manera contribuye a esa falsa felicidad que se respira en toda la película. No diré que es naïf, es mucho más que ingenuidad o simpleza, intenta dar visos de normalidad a un estereotipo femenino que no me parece en absoluto normal.

El enfoque de estas señoritas hacia el BDSM es el que vemos reflejado tantas veces: el hombre es un subproducto que solo sirve para el capricho de la mujer, y si éste disfruta con la situación ¿por qué no aprovecharse de ello? En una de las escenas, la protagonista comenta que tiene una entrevista para introducirse en el mundo cinematográfico y una compañera le responde que volverá al BDSM, que ahí puede ganar en un día lo que ganaría en un mes en cualquier otro lugar. Y ahí radica gran parte de la motivación de estas señoritas, esa y sentirse las dueñas del mundo (que no es lo mismo que ser dueña de tu vida). Su actitud es claramente divina, y en mi opinión comentan sus sesiones de BDSM de una manera frívola y ridiculizante, incluso mofándose de ello.

El contrapunto lo proporciona la nueva novia de la protagonista, a la que conoce en un club de ambiente, que desconoce la actividad profesional de su compañera hasta que ella se lo confiesa. A partir de ahí empieza a tener sus dudas acerca de si quiere tener una relación sentimental con alguien que se dedica a tal tipo de actividad (duda que se plantea después de escucharlas comentar sus sesiones, y la verdad, yo también me lo plantearía después de esa escena).

Se supone que la película tiene una moraleja: que es posible aplicar esa habilidad como Dominatrix para hacer realidad su sueño de ser cineasta... y terminar produciendo películas en las que sigue repitiendo los mismos estereotipos en los que vive. Yo no creo que eso se pueda llamar "normalidad", en todo caso "normalización" de una situación, de una circunstancia particular. Tampoco creo que en este caso se pueda hablar de desarrollar una habilidad o talento, sino, de nuevo, de aprovecharse de las personas a su alrededor que la alientan a mantener ese rol de Dominatrix en otro ámbito profesional (como el director de cine que acaba de descubrir su sumisión, o el cliente que está dispuesto a financiarla). Es decir, ha trasladado sus sesiones a la pantalla.

No es que esté diciendo que el personaje de la protagonista no se pueda considerar Dominante, es más bien que lo que intenta es considerar cotidiana a una Dominatrix. ¿Cuál es para mi la diferencia? Una persona Dominante está reflejando un rasgo de su carácter, mientras que una Dominatrix está aprovechándose de un rasgo de carácter de otros. ¿Que disfruta con ello? Habría mucho que decir al respecto. En la película, por supuesto, en la realidad.... creo que son esclavas de su propio personaje.

Una persona Dominante puede o no mostrar ese rasgo de su personalidad, al igual que cualquier otro rasgo, y eso depende de las circunstancias, de la compañía y de otros variados factores, y eso se muestra en las escenas en las que están la protagonista y su novia. Mientras que una Dominatrix nunca puede bajarse del pedestal sin perder con ello su credibilidad, son siempre las "chicas malas" con los hombres, las divas, las castigadoras, las humilladoras, sin piedad y sin corazón. Nótese que hablo de un estereotipo, no de una persona, es un rol. Muy distinto es el caso de quien se cree y recrea ese rol en todos los aspectos de su vida. Y esa es la cuestión. En las escenas en las que se relaciona con su familia, y en otras que podríamos denominar la vida cotidiana, la protagonista parece tener dificultades no solo para comentar a qué se dedica, sino para integrar ese rasgo dominante y expresarlo sin caer en el estereotipo que comentaba.

Ser profesional del BDSM es dar un servicio, cumplir un deseo o una fantasía a cambio de un tributo, sin ir más allá de esto. No digo que no pueda surgir un cierto afecto por las personas que acuden a estos servicios, y es que el roce hace el cariño, pero ¿hay algo más? ¿se llegan a traspasar las cortinas de la fantasía? Una de las paradojas de las Dominatrix la encontramos en las que realmente creen que tienen el control de la situación, y que hacen esto porque les gusta. Yo las animaría a hacer un examen de conciencia, para determinar si realmente lo están disfrutando como sexualidad propia o si solo resulta ser un trabajo entretenido, un trabajo del que dependen para vivir, con un horario establecido y unas condiciones a cumplir para que los clientes satisfechos vuelvan.


El placer no está reñido con ganarse la vida, nada más lejos de lo que quiero decir. Al igual que un artista disfruta al realizar sus obras y es importante que pueda vivir de su arte para que pueda seguir expresándolo, asimismo me parece encomiable que una Dominatrix lo sea en toda su magnitud durante las sesiones, es lo mínimo. Lo que no me ha convencido de la película es la actitud que muestran en todo y para todo, fuera del ámbito de las sesiones, ese aire de superioridad auto-atribuido y sacado de contexto que desvirtúa su vida cotidiana.

En resumen, intenta mostrar una de las cuestiones principales que nos planteamos a menudo: nuestra propia "normalidad" al expresar nuestra sexualidad en la forma en la que lo hacemos, pero con un guión bastante vacuo y sin planteamientos demasiado profundos, pensada más para entretener que para reflexionar.

Como siempre, es solo mi opinión. Y qué ganas tengo de que hagan películas de BDSM en las que las protagonistas no sean profesionales..... al final es una cuestión de Fantasía o Realidad. Yo prefiero cada cosa en su momento, en equilibrio.

Trailer de la película (en inglés)